Colaborador Invitado

Gastos navideños y de fin de año prudentes ante nueva arremetida inflacionaria

La deuda pública sigue bien controlada, aunque la inflación no mejore porque no hay las condiciones y eso tiene su impacto en el costo de la vida.

El cierre de fin de año no será fácil en materia económica, ni tampoco el inicio de 2023, por eso es recomendable que las familias mexicanas tomen en cuenta la más reciente expectativa inflacionaria de nuestro Banco de México (Banxico), que pasará de 7.83 por ciento en julio a 8.15 por ciento en diciembre, para poder sortear este nuevo vendaval con los recursos que reciban a fin de año, sobre todo los aguinaldos.

La principal recomendación es el ahorro, tener prudencia navideña, ahorrar; sí, como es tradicional consumir, pero con mesura, porque posiblemente seguiremos enfrentando un entorno económico nacional e internacional complicado. La guerra de Rusia en Ucrania no se va a resolver pronto, como tampoco la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Además que Rusia busca su nuevo lugar en el panorama económico y político mundial, este país y China compiten con la Unión Europea, por lo que el reacomodo de fuerzas va a seguir teniendo efecto en todos los países y el control de la inflación seguirá siendo complicado.

Recordemos que la previsión inflacionaria de diciembre es del casi el doble de lo estimado en enero de este año, por eso es importante que el Banco Central reconozca en sus estimaciones esta realidad, como lo ha hecho desde que se decretó su autonomía en 1994, con un manejo profesional y claro de la moneda mexicana. La estabilidad del peso requiere medidas así, donde las tasas de interés se sigan elevando para estar acordes a la situación actual, decisiones que han funcionado de manera correcta y lo deseable es que el gobierno federal mantenga el respeto a esa autonomía, aunque en algunas ocasiones no le gusten al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Que el Banxico y su Junta de Gobierno mantengan su margen de maniobra es muy importante, porque el efecto recesivo a nivel mundial de la economía y la continua alza de precios en las materias primas y los insumos es una tendencia muy clara, sobre todo en Europa. No será pronta la desescalada, porque el conflicto bélico ucraniano ha tomado más de lo previsto y en este momento quedó rebasado el escenario en el que el país invadido se iba a rendir pronto.

La subida de precios seguirá durante varios meses más, porque se mantienen las restricciones y “embargos comerciales” a productos rusos y sus exportaciones de gas y carbón, lo que afecta a la industria energética del Viejo Continente. Es cierto que otras naciones se benefician por tener recursos de gas o energía eléctrica que venden a mejores precios y en mayor cantidad, pero lo deseable es que el conflicto bélico se termine para volver a la estabilización.

En México, las repercusiones han sido evidentes, y la crisis inflacionaria se ha intensificado más por la toma de decisiones erróneas en infraestructura que desincentivan la inversión en el tema energético, amén las posturas del titular del Poder Ejecutivo de pretender beneficiar tanto a Petróleos Mexicanos como a la Comisión Federal de Electricidad, a través de medidas no apegadas al marco jurídico vigente, que se pretenden hacer normativas, cuando se siguen declarando inconstitucionales. Encima, tenemos en curso las consultas del T-MEC y todo eso impacta a México.

A pesar de todo, la deuda pública sigue bien controlada, aunque la inflación no mejore porque no hay las condiciones y eso tiene su impacto en el costo de la vida, de ahí la recomendación de ver las próximas fiestas decembrinas como una oportunidad más de ser responsables con el dinero familiar y, por supuesto, el del erario.

El autor es experto en inversiones y asesoramiento de empresas en materia corporativa y regulatoria.

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