Colaborador Invitado

La estabilidad importada del peso

La reciente fortaleza del peso nada tiene que ver con elementos idiosincráticos de la economía mexicana, es simplemente un reflejo de la posición cíclica de Estados Unidos.

Andrés Jaime, administrador de portafolios en mercados emergentes globales.

Durante los últimos meses, el peso mexicano ha mantenido un comportamiento muy estable, lo cual contrasta con otros episodios en donde el dólar mostró una tendencia de apreciación generalizada.

Para dar un poco de contexto, en lo que va del año, el peso es la cuarta divisa –incluyendo divisas desarrolladas– con mejor desempeño frente al dólar, solo detrás de países como Rusia, Brasil y Perú. Todo esto a pesar de que el dólar ha presentado una apreciación de más del 12 por ciento, tomando como referencia su tipo de cambio real efectivo, es decir, respecto a sus principales socios comerciales y ajustado por diferenciales de inflación.

Como resultado, esto ha llevado a paridades como euro-peso mexicano a cotizar en niveles no vistos/mínimos desde 2017.

¿Qué tan inusual es esto? Si solo lleváramos a cabo un análisis histórico, sin tomar en cuenta el contexto económico, dicho comportamiento no suele ser tan común. Esto se debe, principalmente, a que la correlación del peso frente a otras divisas depende de la causa por la que el dólar presenta ese comportamiento de fortaleza.

1) Episodios de aversión al riesgo. Tomando como ejemplo la crisis financiera de 2008 y el más reciente episodio de volatilidad en 2020, el peso mexicano presentó un comportamiento muy similar al resto de sus pares, es decir, no fue la excepción ante la apreciación del dólar (correlación positiva).

No obstante, la apreciación generalizada del dólar, en ambos episodios, vino acompañado de una recesión en Estados Unidos, así como de un incremento sustancial en los costos de fondeo del dólar. Aunque episodios diferentes el de 2008 y 2020, en ambos casos, el debilitamiento del peso está estrechamente ligado al comportamiento de la economía de Estados Unidos.

2) Divergencia en los ciclos económicos de Estados Unidos respecto al resto del mundo. Otras de las causas por las que el dólar tiende a apreciarse frente a sus socios comerciales es cuando hay una divergencia marcada en la fortaleza de las diferentes economías.

Episodios en donde la economía estadounidense tiende a crecer, en términos relativos y a su potencial, a ‘tasas’ por arriba de sus pares, es normal el observar una apreciación del dólar ya que esto normalmente atrae todo tipo de capitales. Dada la alta dependencia de la economía mexicana a la estadounidense, dichos episodios tienden a ser positivos para el peso mexicano (correlación negativa) al incrementar el flujo de dólares a México.

El contexto actual es un muy buen ejemplo del punto 2) anteriormente mencionado. A pesar del terrible desempeño de la demanda doméstica, lo que se ha reflejado en una inversión estancada, así como a una recuperación subpar del PIB respecto a sus niveles pre-Covid y pares emergentes, el peso mexicano se mantiene como una de las divisas con mayor fortaleza frente al dólar. Bajo diferentes modelos, el peso es una de las divisas con valuaciones más ‘caras’, lo cual también se ha reflejado en niveles inusuales de volatilidad comparado con otras divisas emergentes.

Esto se explica, simplemente, por la dinámica de la balanza de pagos. No obstante, la constante salida de capitales, las exportaciones, y en mayor medida, las remesas, han continuado con una tendencia muy positiva dado el vigor de la economía de Estados Unidos. Por otro lado, la débil demanda local ha mantenido el crecimiento de las importaciones. Naturalmente esto aumenta la demanda de pesos/oferta de dólares, viéndose reflejado en el comportamiento del tipo de cambio.

En resumen, la reciente fortaleza del peso nada tiene que ver con elementos idiosincráticos, los cuales, si algo han sido en detrimento de la economía mexicana. La estabilidad reciente del peso es simplemente un reflejo de la posición cíclica de Estados Unidos.

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