Colaborador Invitado

Nearshoring: Un tsunami en acción

Ha posicionado a México en el interés de países e industrias que no solo tienen como mercado final al vecino del norte; sino también para distribuir mercancías a distintos mercados clave.

Julio Escandón, director general de Grupo Financiero BASE

Con un mercado que se estima alcance ganancias por 35 mil millones de dólares en el corto y mediano plazo, por concepto de relocalización de industrias extranjeras hacia México, el nearshoring se está volviendo un ‘tsunami’ en acción en tiempo real. Esta tendencia que está posicionando al país como un destino de inversión estratégico dentro de la gran fábrica del norte, es una oportunidad que no podemos dejar pasar quienes atendemos las operaciones financieras relacionadas con este reacomodo y las del comercio internacional en relaciones más duraderas.(1)

La marea de inversiones hacia México con el objetivo de generar exportaciones de mercancías ha posicionado el interés de países e industrias que no solo tienen como mercado final y potencial al vecino del norte; sino también para quienes desde esta relocalización estratégica piensan distribuir mercancías a distintos mercados clave.

En lo que va del año y si tomamos como referencia el comportamiento de algunos estados de la República Mexicana en cuanto al crecimiento de sus exportaciones frente a 2021, vemos un interesante dinamismo no solo de estados del norte del país, como Baja California, Chihuahua, Durango y Nuevo León, sino también de estados del centro y sur como Campeche, Chiapas, Hidalgo, Tabasco y Veracruz, que no solo corresponde a la reactivación pospandemia, sino que ya es un reflejo de la relocalización estratégica.(2)

Como parte de este efecto, empresas asiáticas (como mareas chinas, en sentido figurado) están relocalizando sus operaciones y se encuentran cada vez más cerca de México, generando grandes beneficios, en empleabilidad, flujo comercial e inversiones no solo para proveedores extranjeros sino también para proveedores mexicanos progresivamente más interesados en alcanzar las dimensiones del comercio internacional.

Sobre este punto, se nos presentan oportunidades luego de identificar y reconocer que los factores que más afectan el crecimiento de las empresas son de índole ligadas a la falta de financiamiento y al costo del mismo.

No queda duda de que la geografía económica, nos está evidenciando en tiempo real los diferentes modos en que las economías nacionales, regionales o locales están interactuando con el reacomodo de las cadenas productivas globales y apuntalará el desarrollo económico del área con la que se interrelacionan.

En ese sentido, hoy estos negocios deben encontrar aliados en sus pagos internacionales, en la operación de divisas, en el manejo de dólares, en soluciones de financiamiento y también en soluciones ágiles en materia de coberturas con derivados, que cobran mayor sentido para las tesorerías en un entorno de gran incertidumbre y volatilidad derivado de los movimientos de política monetaria, tipo de cambio, inflación y hasta de disputas comerciales y tensiones geopolíticas como las que ahora se viven.

Es un hecho que este ‘tsunami’ económico es muy potente, por ello es importante que las empresas se encuentren altamente preparadas para arriesgarse y poder subirse a este ‘tsunami’, perder el miedo y estar dispuestas a formar parte de esta estrategia económica que ha venido a revolucionar el comercio exterior.

Con esta realidad que pinta en mayor medida positiva para el país, es sensato reconocer también que existen ciertos riesgos de que este ‘tsunami’ no sea tan benéfico por lo menos de manera esporádica, como pretenden alertarnos los recientes roces entre México y Estados Unidos sobre el T-MEC, así como las aparentes señales de recesión económica en Estados Unidos o las crisis europeas de gobernabilidad y sociales, que también pueden generar reacomodos desde otras regiones del mundo y no solo desde Asia. Con todo ello, vemos desde nuestro negocio de apoyo al exportador y de una administración eficiente de los riesgos, un interés creciente de invertir en México que no flaquea, ya sea visto a través de una transaccionalidad mayor y necesidades de financiamiento o coberturas.

Tampoco nos queda duda que la realineación de las cadenas de suministro o las oportunidades abiertas por el T-MEC son fenómenos estructurales con beneficios de largo plazo. Hoy son menos las dudas, de que el nearshoring generará ventajas en la logística, en la reducción de costos, en la disminución de distancias y en los beneficios de la zona horaria. La pandemia solo aceleró la identificación de los problemas de las cadenas de suministro que ya se vislumbraba con la ‘guerra comercial’ entre Estados Unidos y China evidenciando la fragilidad del sistema.

Nuestra visión constructiva sobre la actualidad de la economía mexicana y global en épocas de reacomodo considera que de toda crisis se derivan grandes oportunidades, sólo queda identificarlas y apropiarse de ellas, siendo el nearshoring una de ellas.

(1) El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que la ganancia potencial en el corto y mediano plazo por concepto de reubicación de empresas en México es de 35 mil millones de dólares, esto representa el 2.6 por ciento del PIB de la región y el más alto.

(2) Señaló el banco en un comunicado y con información del INEGI, cifras originales a julio de 2022.

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