En un acto de lealtad y de servicio a su partido; de consideración, fidelidad y respeto al presidente Andrés Manuel López Obrador, y de convicción y honestidad consigo mismo, el senador Ricardo Monreal Ávila hizo esta semana el último intento de mantener esa relación, pero, al votar contra la reforma electoral, prácticamente firmó su salida de Morena.
El legislador, quien fundó ese partido junto con el presidente de la República y ha defendido su ideología y sus principios en todo momento con sobrada eficacia, ya no pudo hacerlo en la medida que se le exigía; su congruencia y su honradez no le alcanzaron para tanto.
Al rechazar personalmente un tema de vital importancia para AMLO, lo hizo con argumentos irreprochables:
“Es un asunto que me mueve asumirlo con toda integridad y responsabilidad; incluyendo los desenlaces, las consecuencias (…). Soy legislador, soy académico, soy político y servidor público (…) He sido llamado a sostener la Constitución (…). Esta es una Cámara revisora y tiene esa obligación constitucional (…)”.
Consciente de lo que hacía, conocedor de las circunstancias, con un dejo de tristeza, recalcó desde la tribuna senatorial: “No soy ingenuo y sé a lo que me enfrento…”.
Con dignidad, trató de quedar bien con su causa, dando trámite, aun con cambios, a la iniciativa del presidente y, a la vez, acompañando a la oposición hasta donde pudo, en la modificación de algunas partes de su contenido.
Pero como uno y otra no conocen de términos medios y ambas partes juegan al todo o nada, con una queda del todo mal, porque su servicio no fue completo, dado que la minuta de los diputados fue alterada, y con la otra no saldrá bien librado del todo, pues su exigencia era que se radicalizara y la rechazara en su totalidad, junto con sus homólogos de toda la fracción, lo cual no estaba en sus posibilidades.
Si en el gobierno hubiese capacidad de dimensionar la dificultad que puso en manos de Monreal y aquilatara lo mucho que hizo, aun cuando la legislación sea impugnada ante la Suprema Corte, lo esperable y lógico sería que se rectificara el trato que se le ha dado durante los últimos meses.
Para Ricardo Monreal, entonces, parece haber llegado el tiempo de la definición más importante de su vida política: salir de Morena o buscar otras alternativas mirando a cristalizar su anhelo de gobernar México.
Una de ellas, dentro de su mismo partido, podría ser su posible candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, aunque en reiteradas ocasiones lo haya negado.
Por las cuentas que entrega de la aprobación de la reforma electoral con su voto en contra, la oposición, que lo ha visto con muy buenos ojos para encabezar la posible alianza PRI-PAN-PRD y eventualmente MC, podría también… darle la oportunidad.
Sotto Voce.– Luis Miguel Barbosa fue un luchador incansable por la democracia. Su lucha siempre estuvo enfocada a la transformación y la mejoría del entorno sociopolítico y económico. Su búsqueda del bien común, se hizo patente en las muchas obras que como gobernador realizó para su comunidad. Su partida es dolorosa y lamentable. Puebla y los poblanos pierden a un ciudadano honorable, a un hombre de sólidos valores y principios, a un extraordinario ser humano. Qepd… ¿Qué decidirá Ricardo Mejía Berdeja, al no ganar la encuesta para ser candidato al gobierno de Coahuila?... Por vacaciones, esta columna dejará de publicarse las próximas dos semanas. Reaparecerá el 6 de enero. ¡Felices fiestas para todos!