Colaborador Invitado

La restricción del crédito que viene

Esta semana Banxico anuncia un nuevo incremento en su tasa de referencia, con efectos en el costo del dinero que ayudará a disminuir la inflación y tendrá un impacto en familias y empresa.

Carlos Alberto González Tabares, director de análisis económico, cambiario y bursátil de Grupo Financiero Monex

La decisión de la Reserva Federal de EU de la semana pasada era ampliamente esperada por el mercado, pues previamente se había generado la expectativa de un falso dilema, entre subir las tasas para contener la inflación o mantenerlas sin cambios con la finalidad de salvaguardar la situación de algunos bancos y no afectar al sistema financiero. Optó por la primera opción, subió la tasa 25 puntos base para ubicarla en un rango entre 4.75 y 5.0 por ciento, y con ello mandó dos mensajes: el primero, que continuará haciendo lo posible para mantener la inflación bajo control; y el segundo, que el sector financiero no está en riesgo, pese a la reciente quiebra de dos bancos regionales (Silicon Valley Bank y Signature Bank), y la problemática de otros bancos internacionales (Credit Suisse y Deutsche Bank), entre algunos otros. Recientemente el Banco Central Europeo hizo lo mismo, incrementó la tasa en 50 puntos base a 3.5 por ciento, dejando clara la prioridad de controlar la inflación, pero dejando abierta la posibilidad de implementar las medidas necesarias para dar liquidez y estabilidad al sector.

El incremento en tasas de interés por parte de los bancos centrales tiene por objetivo moderar la demanda y con ello provocar una disminución de la inflación hacia los niveles objetivos, sin embargo, hasta ahora los resultados han sido limitados, dejando abierta la posibilidad entre los inversionistas de un abanico de escenarios económicos que iban desde un aterrizaje suave de la economía norteamericana hasta una recesión, pero al mismo tiempo desconectados de la narrativa del banco central.

Con las noticias más recientes relacionadas con la problemática del sector financiero a nivel mundial, las perspectivas se han venido alineando. Aunque hasta ahora no se espera un colapso como el observado en 2008 tras la quiebra de Bear Stearns y Lehman Brothers, es muy probable que sigamos viendo efectos secundarios, por ejemplo, un retiro de los depósitos de bancos de nicho en EU a bancos grandes, nuevos anuncios de rescates principalmente en bancos de menor tamaño, pero sobre todo una mayor regulación por parte de las autoridades, anuncios de nuevas y mayores capitalizaciones, aumento en los costos operativos de supervisión y riesgos, y por lo tanto la necesidad de los bancos de ser mucho más selectivos en el otorgamiento de crédito para evitar riesgos de default, lo que aunado al incremento en las tasas de referencia, inevitablemente se traducirá en una mayor restricción crediticia y  por lo tanto en un menor crecimiento económico, así lo dejó ver el presidente de la FED en su conferencia de prensa: “la situación actual repercutirá en condiciones de crédito más estrictas para las familias y las empresas”.

Este escenario es justamente lo que comenzará a reflejarse en los mercados, pues a pesar de los comentarios de Powell, señalando que aunque ve posible estar cerca de una tasa terminal no ve un recorte en la tasa para este año (“las actuales condiciones crediticias podrían sustituir algunos incrementos en tasas”), el mercado de bonos ya descuenta una disminución en la tasa de referencia durante 2023 ante una posible recesión en EU, lo cual se puede apreciar cuando las tasas de largo plazo se ubican por debajo de las de corto plazo, lo que se conoce como “inversión de la curva”, y que estadísticamente ha ocurrido antes de una recesión, mientras que el alza reciente observada en los mercados accionarios descuenta la posibilidad de una pronta pausa en el ciclo alcista de tasas que eventualmente ayude a mejorar las expectativas de utilidades de las empresas.

En lo que respecta a nuestro país, el sistema financiero se encuentra bien capitalizado, datos de la CNBV señalan que el índice de capitalización promedio del sector se ubica en promedio en 19.0 por ciento, muy por arriba del requerido por las normas internacionales, y, a diferencia de EU, la regulación es igual de estricta para todos los bancos, chicos y grandes, lo que da mayor tranquilidad respecto a nuestro sistema financiero. No obstante, estimamos que esta semana Banco de México anuncie un nuevo incremento en la tasa de referencia de 25 puntos base para ubicarla en 11.25 por ciento, probablemente muy cerca de los niveles máximos que veremos, pero con efectos en el costo del dinero que, si bien ayudará a disminuir las presiones inflacionarias, también tendrá un impacto en familias y empresas, pues además de los efectos de la desaceleración norteamericana para nuestro país, también repercutirá en una restricción del otorgamiento de crédito local que eventualmente se traducirá en un menor ritmo de crecimiento económico.

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