Colaborador Invitado

La esencia de la política es el legado y la trascendencia histórica

El Museo Soumaya dedica una exposición al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien diseñó y construyó obras de relevancia nacional como la Basílica de Guadalupe y el Estadio Azteca, entre otras.

El ejercicio del poder político sólo adquiere sustento y legitimidad si se sirve a la gente. Si se garantizan seguridad, libertad y bienestar social. La esencia de la política es su legado. Muchos han sido los presidentes de México, muy pocos los que han trascendido. La gran mayoría, borrados por la historia y un número importante repudiados por el pueblo por su autoritarismo, corrupción, negligencia e ineptitud política.

México no ha tenido suerte con sus gobernantes. Es la historia, sin fin, de la mediocridad, falta de liderazgo, conducción política y ausencia de estadistas con visión de futuro. Un gran país sin aprovechar cabalmente las oportunidades de desarrollo. Hemos permanecido anclados en el tiempo y perdidos en la atmósfera sideral. No valoramos nuestras fortalezas y nuestro potencial. Debemos creer más en nosotros mismos.

Con esfuerzo y sacrificio logramos la independencia, restauramos la República y fuimos capaces de hacer la revolución, uno de los primeros movimientos sociales del siglo XX. En paz hicimos posible la transición democrática y la alternancia del poder. Este es el espejo en el que debemos reflejarnos para alentar nuestro espíritu y sacar adelante a nuestro país.

Construyamos una narrativa de un pueblo victorioso al extraer la savia de lo mejor de nuestra cultura y sentimientos humanos. Merecemos victorias y destellos luminosos. Busquemos y hurguemos en los escondrijos de nuestro pasado lo que nos enaltece y estimula.

«No todo el pasado es malo». Hoy tuve la oportunidad de visitar con María, mi esposa, la exposición que el Museo Soumaya dedica a Pedro Ramírez Vázquez. Vale la pena. Un trabajo del arquitecto profesional, de calidad excepcional y signo inequívoco de un pasado de realizaciones del gobierno del presidente López Mateos.

Una acción de gobierno luminosa. López Mateos, Torres Bodet, Ramírez Vázquez y otras y otros mexicanos trascendieron su época. El plan de educación de once años, la construcción de escuelas con base en prototipos únicos, los libros de texto gratuitos y los grandes museos, entre otros el Museo Nacional de Antropología e Historia, el del Caracol y el de Arte Moderno, son testimonios de éxitos que debemos replicar y que nos dan confianza y seguridad.

En la exposición está parte de la narrativa de la Olimpiada del 68. El presidente Díaz Ordaz encargó la organización de los juegos al expresidente López Mateos y éste nombró presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de México 1968 a su amigo, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. El reto era monumental, pero al final todo fue un éxito. Esto prueba la capacidad de los mexicanos y son realizaciones que deben darnos confianza y pertinencia de futuro.

En su actividad privada, el arquitecto Ramírez Vázquez diseñó y construyó obras de relevancia nacional como la Basílica de Guadalupe y el Estadio Azteca, entre otras. La vida me dio la oportunidad de tratarlo en asuntos oficiales cuando se desempeñaba como secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas.

Posteriormente me contacté con él para que nos ayudara a construir una réplica del Museo del Caracol en Comitán, Chis., mi pueblo natal. Muy amable y generoso, se iba encargar sin costo alguno de este importante enclave cultural. Sin embargo, las condiciones no se dieron y el proyecto no se desarrolló. Ojalá lo hagamos realidad con la fundación Slim y construyamos la ciudad de la cultura.

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