Juan Hernández, CEO de Vanguard para América Latina
Cuando hablamos del ahorro en México, usualmente pensamos en objetivos a corto y mediano plazo, como vacaciones, educación o un patrimonio; o bien, lo vemos como “salvavidas” en caso de una emergencia o imprevisto. Pero ¿cuánto dinero destinamos para nuestro retiro?
Según el estudio que realizamos junto con México, ¿cómo vamos?, este dato varía mucho dependiendo del perfil del ahorrador y una serie de circunstancias que determinan cuánto puede ahorrar y a través de qué instrumentos, entre otros.
Este estudio nos dio información para conocer el universo potencial de personas que pueden ahorrar para su retiro, detectar quién puede ahorrar más y qué instrumentos usan, y sobre todo ofrecer soluciones y mejores prácticas de ahorro y retiro a partir de recomendaciones de política pública puntuales.
Situación Actual
Según este estudio, el 39.2 por ciento de la población tiene una cuenta de ahorro para el retiro y el mexicano típico que ahorra tiene las siguientes características:
Es un hombre entre 18 y 29 años; vive en una localidad urbana superior a 100 mil habitantes; cuenta al menos con licenciatura; tiene un trabajo formal
Este ahorrador destina sus ahorros para: atender emergencias (41.7 por ciento), comida y servicios (31.2 por ciento), gastos de salud (8.9 por ciento), y vejez (2.6 por ciento), entre otros.
Mercado potencial
Existen más de 23 millones de personas que constituyen el mercado potencial de ahorro por tener ingresos laborales suficientes. De este mercado potencial el 30 por ciento no ahorra y 70 por ciento sí lo hace, pero podría ahorrar más.
Reflejo de esto es que 4 de cada 10 mexicanos tiene una cuenta para el retiro o Afore y, sin embargo, no están ahorrando lo necesario para su vejez.
Por otro lado, tenemos al 55 por ciento de la población ocupada laborando en empleos informales. Esto representa un reto ya que al laborar en la informalidad no están registrados en algún sistema de seguridad social y, por lo tanto, carecen de prestaciones como el ahorro para el retiro. Sin mencionar que un empleo informal paga en promedio 46 por ciento menos que un empleo formal; lo cual merma considerablemente la capacidad de ahorro de la población ocupada.
Estos datos nos dejan ver que:
En México, sí se ahorra y existe un mercado potencial importante de personas con ingresos suficientes para ahorrar o ahorrar más; el mercado informal puede representar un reto para acceder a instrumentos formales de ahorro; la tasa de reemplazo deseable se encuentra entre el 70 – 85 por ciento de los ingresos previos a la jubilación.
Con base en esta información, emitimos 13 recomendaciones de política pública que podrían ayudar a mejorar la situación de ahorro para el retiro del país.
Si bien todas son de gran valor, me gustaría resaltar tres debido a su relevancia para las aportaciones voluntarias automáticas.
Planes de ahorro para el retiro voluntario con registro automático y opción de salida (opt-out): en estos los participantes son registrados de forma automática por el empleador y se les descuenta un porcentaje de su ingreso al plan de retiro, sin embargo, tienen la opción de salirse en cualquier momento.
Un ejemplo de este tipo de planes es el que describimos en nuestro estudio How America Saves 2021, pues quienes estuvieron bajo este sistema de aportaciones tuvieron una tasa de ahorro del 10.9 por ciento, es decir, casi 50.0 pro ciento más que la tasa de 7.3 por ciento de los participantes. Además, una vez que el individuo se inscribe al plan, es difícil que lo abandone porque la misma lógica de procrastinación de ahorro funciona en la desidia de salirse.
Inscripción automática a las Afores con trámites gubernamentales: para incrementar el porcentaje de población que ahorra para su retiro y trabaja de forma informal, es importante utilizar incentivos para asociar de manera automática la inscripción a instrumentos financieros formales, por ejemplo, las Afores con trámites gubernamentales como la obtención del INE.
Aquí entra nuevamente la economía del comportamiento, pues los ahorradores tendrían que tomar un menor número de decisiones al hacer aportaciones y, de esa forma, se les empujaría a ahorrar voluntariamente.
Educación financiera: es crucial que tanto instituciones públicas como privadas continuemos fomentando la cultura del ahorro y la inclusión financiera; si bien 6 de cada 10 personas ahorran, la mayoría lo hace de manera informal; según el estudio.
Como podrán ver, este estudio muestra una imagen completa de la situación de ahorro actual en el país, pero va más allá al ofrecer recomendaciones sobre qué acciones concretas podríamos llevar a cabo para mejorar la situación. Invito a todos a leer este estudio y a que cada uno, desde nuestra trinchera, tomemos acción para que cada vez más mexicanos tengan acceso a un retiro digno.