La relocalización de empresas o nearshoring abre nuevas oportunidades y retos en varias zonas geográficas del país. No sólo son compañías llegando a México: hay algunas que ya están aquí y están ampliando sus actividades, se están mudando de ciudad, modificando o incorporando variaciones a sus productos para satisfacer nuevas solicitudes, incluso de clientes actuales en el país y el extranjero.
El sector financiero tiene un gran papel por cumplir en esta nueva demanda y/o evolución de los negocios en el país. Clientes en Asia y otras regiones preguntan y analizan oportunidades en México, incluso por zona geográfica, casi siempre relacionadas con las facilidades que otorgan los diferentes acuerdos comerciales vigentes en nuestro país, la logística y la especialización en manufactura.
Lo interesante es que si bien muchas empresas y analistas esperan que en 2024 y 2025 alcance su punto más alto el nearshoring en México, como arrojó una reciente encuesta de Banxico, lo más probable es que el fenómeno continúe con fuerza en los siguientes 10 años. Las bases comerciales y de manufactura de México están dadas desde tiempo atrás.
En HSBC vemos que algunos de los sectores más activos captando ya oportunidades al amparo del nearshoring son por supuesto la logística, los parques industriales, el transporte y la construcción. La relocalización, sea nueva o por crecimiento, implica movimientos importantes que muchas empresas ya están atendiendo con diferentes servicios.
Los sectores que están buscando oportunidades con la relocalización son el de los plásticos, refrigeración, automotriz, componentes, manufactura y agronegocios, entre otros. La mayoría de ellos ve en la relocalización o ampliación de plantas de producción en el país una forma de ubicarse más cerca y más rápido a su mercado final en Norteamérica, lo que elevaría sus negocios.
Las principales necesidades financieras de las empresas que realizan nearshoring en México son:
• Conectividad internacional que facilite su operación bancaria, dado que son empresas que tienen ya un historial crediticio en sus países de origen.
• Asesoría sobre el mercado mexicano, legal, fiscal, de negocios; agilidad en la apertura de sus cuentas bancarias, activación de su banca en línea y operación con diferentes divisas y tipo de cambio, servicios de nómina, etcétera.
• Cartas de crédito, garantías, capital de trabajo, es decir, soluciones para enfrentar los retos del comercio internacional y para que los principales jugadores involucrados en nearshoring se beneficien de la transparencia y rastreabilidad de su flujo de efectivo a lo largo de su cadena de suministro. La tecnología es fundamental en estos procesos.
• Herramientas de factoraje para pagar a proveedores a mejores plazos y tasas de interés competitivas. Al elevarse la liquidez, las empresas pueden negociar mejores precios y condiciones.
• Conocimiento de los ciclos específicos de flujo de su negocio y soluciones adaptadas a su actividad.
Ya la Asociación de Bancos de México (ABM) anticipa que el nearshoring elevará de manera sustancial el financiamiento en el país en los siguientes años. Si bien el entorno de inflación y tasas de interés ha permeado a todo el contexto internacional, es un hecho que las empresas están encontrando en el financiamiento la alternativa para capitalizar oportunidades de aquí a los siguientes años. El sistema financiero puede ser un gran aliado en ello.
Diego Spannaus es director de Comercio Exterior y Factoraje de HSBC México y Latinoamérica.