Colaborador Invitado

El Reino Unido y su ingreso al CPTPP

Más allá del logro geopolítico, la eliminación de los aranceles para casi la totalidad de los bienes del Reino Unido en los 11 mercados del CPTPP también traerá beneficios.

César Guerra*, consultor y director de Trade & Access Consulting

El 16 de julio pasado el Reino Unido firmó formalmente el acuerdo para ingresar al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico o CPTPP por sus siglas en inglés. Este hecho no es menor. Es un logro para la diplomacia comercial británica porque no solamente traerá los beneficios propios de la liberalización del intercambio comercial en la región del Asia-Pacífico –convirtiéndose en el primer miembro fuera de ésta–, sino que alcanza uno de los objetivos que el Reino Unido se planteaba al retirarse de la Unión Europea: la autonomía en la política comercial y de negociación de acuerdos de libre comercio.

El tratamiento preferencial a los bienes del Reino Unido comenzará individualmente con cada país que concluya sus procedimientos internos para poner en vigor las nuevas condiciones con el nuevo miembro. Es decir, los bienes de México se beneficiarán del tratamiento arancelario en el mercado británico, al igual que los bienes del Reino Unido aprovecharán las ventajas en el mercado mexicano, una vez que el Senado mexicano y el Parlamento del Reino Unido hayan ratificado el acuerdo.

El Reino Unido es el primer país no fundador que ingresa al CPTPP. La lista de pretendientes para ingresar a este pacto comercial incluye a China, Taiwán, Costa Rica, Ecuador y Uruguay. Sin embargo, el mercado más atractivo que su aceptación no representaba una amenaza geopolítica ni al interior de los 11 miembros fundadores ni con otras hegemonías que alguna vez estaban sentadas en la mesa de negociación y que ahora lo ven de lejos como EU, era precisamente el Reino Unido. En este momento, EU está tan lejos de regresar al CPTPP que ahora intenta ganar espacio en Asia con megaproyectos de integración tan vacíos en la parte de acceso a mercados que desmotivan a sus integrantes.

Además, los países del CPTPP constataron rápidamente, sobre todo Australia y Nueva Zelanda, que el grado de ambición que el Reino Unido estaba dispuesto a aportar cumplía con sus expectativas y con los del resto del grupo. Las concesiones que recibieron ambos países en sus acuerdos bilaterales con el Reino Unido en productos sensibles como la carne de res –eliminación de aranceles en 10 años para entrar al mercado británico– jamás lo hubieran visto en una negociación si dicho país siguiera en la Unión Europea.

Más allá del logro geopolítico, la eliminación de los aranceles para casi la totalidad de los bienes del Reino Unido en los 11 mercados del CPTPP también traerá beneficios. Además, la acumulación origen entre sus miembros mejora las posibilidades de cumplir con los criterios de origen, aunque las distancias son enormes. La acumulación de origen con la UE es un elemento al que el Reino Unido le ha dado una gran importancia en sus acuerdos bilaterales, con un éxito muy relativo. Sin embargo, no hay que perder de vista que la posibilidad de acumular origen con 11 países en el CPTPP muy probablemente no podrá sustituir la facilidad con la que se puede cumplir con las condiciones de origen en acuerdos bilaterales como los que el Reino Unido ha firmado con Australia y Nueva Zelanda.

Por ejemplo, las reglas de origen en el sector automotor del CPTPP reflejan un balance entre la flexibilidad que buscaba Japón para llegar con sus autos al mercado de EU y la resistencia de México y Canadá para que se considerara su proveeduría. Japón y EU habían llegado a un acuerdo en este tema en el que Japón ofrecía concesiones nunca vistas en su sector agropecuario –que después replicaría en su negociación con la Unión Europea–, pero la amenaza de rompimiento del proceso en defensa de un sector insignia para México fue el contrapeso que llevó al resultado actual. En conclusión, difícilmente el Reino Unido utilizará el CPTPP para exportar autos a Australia y Nueva Zelanda porque las condiciones en los acuerdos del Reino Unido son mejores para su industria.

Por otro lado, México no tuvo que hacer grandes concesiones en sus productos sensibles como lácteos –principal demanda del Reino Unido– porque este país compartirá las cuotas de acceso ya negociadas originalmente con Australia y Nueva Zelanda. Sin duda, próximamente veremos el queso Stilton más accesible en los anaqueles de ciertas cadenas en México porque en dicha cuota hay espacio para que el Reino Unido la aproveche. Sin embargo, debido a lo exigente del mercado británico en estándares sanitarios y de calidad, aunado a las mejores condiciones arancelarias que tendrán proveedores como Australia y Nueva Zelanda, pasará tiempo para ver flujos de carne mexicana llegando al mercado del nuevo miembro del CPTPP.

*Preside el comité de política comercial en la Cámara Británica de Comercio ante la Unión Europea y Bélgica.

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