No importa el pesimismo que en ocasiones inunda el ambiente, yo me atrevo a decir que México tiene un gran futuro. No es una frase insensible, ingenua y sin fundamento. Lo creo de verdad. El momento es un parteaguas que puede definir un futuro brillante para el país.
Diversas naciones han pasado por estos momentos de cambio profundo y lograron sembrar las bases para un crecimiento y desarrollo importantes. Ejemplos claros los podemos observar en Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, España, Alemania y por supuesto China. Por ello no es descabellado decir que es el momento de México y debemos aprovecharlo.
China logró un desarrollo extraordinario al recibir inversión extranjera para manufacturar diversos productos que eran necesarios a nivel mundial. Se convirtió en la fábrica del mundo. El modelo, aunque muy robusto, fue sencillo en su aplicación. Recibieron la inversión, preparan a su población en las mejores universidades para que ocuparan los mejores puestos en las nuevas empresas. Aprendieron, crearon empresas propias con ese conocimiento. De esta forma, ahora tienen empresas de microprocesadores, de manufactura tradicional, de tecnologías avanzadas, automóviles a combustión y eléctricos, entre otras. Logran disminuir en mucho su pobreza y analfabetismo, generaron una robusta clase media y clase alta. Es verdad que también les falta mucho camino, pero son un gran testimonio de lo que una política pública puede hacer para generar desarrollo económico en una nación.
Se dice que México se beneficiará de la relocalización de empresas incluso a pesar de los errores y omisiones que se puedan tener en todos los ámbitos de decisión, ya sea en el gobierno o en la iniciativa privada.
Pero, ¿qué necesitamos hacer para poder aprovechar la oportunidad de esta reconfiguración internacional? Por ello me permito compartir las 5 cosas claves que se deben hacer para aprovechar este gran momento:
- Tener un plan. Como en todo gran proyecto se debe tener una clara estrategia aterrizada en un plan que contemple a los diversos actores. En este caso a las empresas, al gobierno en sus tres niveles y sus tres poderes y; por supuesto, a la academia.
- Generar condiciones. Las empresas necesitan lugares adecuados dónde ubicarse, agua, energía y talento, entre otras muchas cosas. A nivel internacional hay un estándar donde los países otorgan incentivos hasta por el 2% de la inversión total que realizará la empresa que está llegando. Si bien esto puede ser posible para algunos países, no cabe duda que es importante tener una política nacional de incentivos para inversiones estratégicas, que promueva las distintas regiones del país de acuerdo a sus fortalezas y vocacionamiento estratégico.
- Hacer equipos y coordinar acciones. En días pasados tuve la oportunidad de estar en una reunión con una delegación de Estados Unidos que está haciendo una evaluación de distintas partes del país para promover el desarrollo de proveeduría para la cadena de suministro de microprocesadores. Si bien, las grandes fábricas de chips se están estableciendo en Arizona y Texas, la proveeduría que alrededor de estas se necesitará, es un gran oportunidad para las empresas mexicanas. Si bien hay que desarrollar muchas capacidades, es importante empezar a trabajar en la adecuación de las mismas. En la reunión me llamó poderosamente la atención la forma en la que tanto organismos empresariales, representantes de la academia y del gobierno, de una manera coordinada, ofrecieron información, testimonios y promovieron la inversión en nuestro país. Esta forma de trabajo en equipo, con la bandera de México por delante, sin colores, sin competir, sino buscando el beneficio para el país, es lo que se necesita para dar información adecuada a las empresas que están llegando, para su toma de decisiones.
- Promover al país. Es necesaria una estrategia de promoción robusta, que a través de embajadas y consulados, cámaras y representaciones internacionales y cuanto mecanismo de acercamiento se considere viable, permita entregar la información de las distintas regiones del país. Si bien hay empresas que se dedican a apoyar en el aterrizaje suave o soft landing, es importante que exista información objetiva y libre de conflictos de interés que permita a las empresas evaluar alternativas de ubicación que les ofrezcan el mayor valor agregado.
- Seguimiento y adaptación. Contar con equipos y mecanismos de seguimiento adecuados es pieza clave para ayudar a las empresas a llegar al país. Para ello se necesitan directorios con proveedores relevantes como son fiscalistas, abogados, contadores, parques industriales, asesores en comercio exterior y varios tipos más, de manera que las empresas tengan la confianza de que están cumpliendo con las leyes y que además están aprovechando las mismas de manera eficiente para mantener tiempos y costos adecuados en su puesta en marcha y posterior operación.
La oportunidad está ahí. Es un diamante que hay que trabajar, que necesita de muchas manos para que se pueda lograr aprovechar. Estoy seguro que tendremos la sabiduría para hacerlo. México tiene un gran futuro.
Como diría Goethe (1749 - 1832), poeta y dramaturgo alemán: “No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer”.