¿Tiene que ocurrir una tragedia para que los mexicanos nos unamos? Los mexicanos somos solidarios, sabemos unirnos y trabajar juntos. Así ha ocurrido en muchos sucesos en la historia de nuestro país, los mexicanos nos unimos para ayudar a los afectados. Esta solidaridad está en nuestro ADN, lo vemos en el día a día cuando un familiar o amigo está en dificultades. Fomentar esta unión nos daría una fuerza como país que nos permitiría resolver muchos de los problemas y rezagos que tenemos.
En contraste, desde Palacio Nacional, se fomenta lo contrario: la división, el encono, el rencor de unos contra otros que bajo un liderazgo populista le genera seguidores y votos que son clave para que su ideología y visión de país pueda continuar. El costo de esta política es muy alto, hay un enorme deterioro en la seguridad del país, en los servicios públicos de salud y educación, en la corrupción, en la infraestructura necesaria para aprovechar el nearshoring y el desarrollo económico. Es decir, en el andamiaje necesario para que nuestro país mejore los niveles de bienestar de la población.
El huracán Otis, con sus vientos de 260 km por hora y ráfagas de más de 300 kilómetros por hora tomó por sorpresa al estado de Guerrero; de una tormenta tropical, en 12 horas se convirtió en un huracán de categoría 5. Sin embargo, dos días antes el Central Hurricane Center de los Estados Unidos emitió boletines manifestando que la tormenta tropical se convertiría en huracán, 12 horas antes boletinó que sería un huracán de categoría 5.
El gobierno mexicano fue omiso de dichas alertas y no informó oportunamente a la población para que se preparara, ni generó las condiciones para mitigar en la medida de lo posible los efectos del huracán.
El huracán causó, hasta el momento, el fallecimiento de al menos 27 personas y pérdidas económicas estimadas en 15 mil millones de pesos. Falta aún cuantificar el monto necesario para reactivar la economía del estado una vez que se haya reconstruido toda la infraestructura e inmuebles dañados. Esta reactivación tomará al menos tres años.
Recordemos que en 2021 el gobierno federal desapareció el Fonden, utilizado como reserva para desastres naturales y quedó la inquietud de a dónde fue a parar ese recurso.
Sin embargo, el gobierno federal afirma que tiene un fondo de 18 mil millones de pesos que utilizará para la reconstrucción de Guerrero.
Ante la tragedia, el presidente hace un llamado a la solidaridad de todos los mexicanos para ayudar a los damnificados y señala que se reunirá con empresarios para planear la reconstrucción del puerto de Acapulco y municipios afectados. Vemos que ahora sí necesita de los empresarios y de los conservadores y de todos aquellos que a lo largo de cinco años ha denostado y calificado como sus enemigos. Y seguramente tendrá su ayuda porque así somos los mexicanos: solidarios.
¿Le servirá de lección al presidente para dejar su política de dividir al país y continuar con su deterioro? O en breve generará una estrategia política para usar el desastre y a los afectados como plataforma electoral para su candidata que apoyará con toda la fuerza y recursos del Estado. Es pregunta. #OpiniónCoparmex
El autor es presidente del Comité de Membresía, Afiliación y Participación de Coparmex Nacional.