Colaborador Invitado

La tomatina, región T-MEC

La aplicación de cuotas compensatorias al tomate mexicano tendría un impacto de 7.5 mil millones de dólares y afectarían a más de 49 mil empleos en todo el territorio estadounidense.

A lo largo de los últimos cinco meses, los tomateros mexicanos han estado enfrentando nuevamente las quejas de los tomateros de Florida, que insisten en impedir las importaciones mexicanas para mantener alto el precio de sus tomates, cuyo sabor se considera inferior al de México. Este es un asunto que se ha vuelto recurrente y que parece coincidir con el inicio de las elecciones primarias en Estados Unidos, lo que llevó en otras ocasiones a que las querellas se resolvieran 12 y hasta 18 meses después, una vez que el Presidente hubo tomado posesión.

Esta vez, el Florida Tomato Exchange (FTE) –una asociación creada en 1974 que representa a los productores y empacadores de tomates de ese estado–, presentó una demanda este 16 de junio solicitando que el Departamento de Comercio (DOC) rescinda el Acuerdo de Suspensión firmado en 2019 (AS2019) y que aplique cuotas compensatorias del 20.9 por ciento a las importaciones mexicanas, argumentando dumping y otras prácticas ilegales de los tomateros mexicanos que no define. Un grupo de 59 legisladores encabezados por el senador Marco Rubio (Florida), en su mayoría republicanos, y entre los que se encuentran 23 de los 28 miembros de la delegación de Florida, enviaron el 22 de septiembre una carta a la Secretaria de Comercio, Gina Raimondo, apoyando la petición del FTE.

El DOC está por concluir una evaluación para determinar si rescinde el AS2019, que no es parte del ámbito del T-MEC, y hasta el momento no ha encontrado motivo para hacerlo. Por su parte, la Asociación de Productos Agrícolas Frescos de las Américas (conocida por sus siglas en inglés como FPAA), que representa a los importadores de frutas y hortalizas de Estados Unidos, ha estado argumentando en favor del AS2019 y en contra del FTE. Un grupo bipartidista de 34 legisladores, encabezados por los senadores de Arizona, Krysten Sinema y Mark Kelly, y de Texas, John Cornyn y Ted Cruz, enviaron una carta a la secretaria Raimondo el 22 de septiembre, cuestionando los argumentos del FTE, a la que se unió un grupo de más de 400 organizaciones y empresas de 32 estados, que fue enviada el mismo día.

Dos estudios recientes, que muestran las consecuencias en caso de que el DOC diera la razón al FTE, han fortalecido la postura del FPAA. La Universidad Estatal de Arizona (UEA) publicó el 15 de septiembre un análisis que estima que la suspensión del AS2019 y la aplicación de cuotas compensatorias a los tomates mexicanos incrementaría el precio promedio del tomate en todo el país en 52 por ciento, dado que las importaciones mexicanas representan el 91 por ciento de las importaciones totales de tomate en Estados Unidos. En caso de que solo se restringiera la entrada al 25 por ciento de las importaciones mexicanas, el aumento promedio del precio de todas las variedades de tomates sería del 13 por ciento.

Por su parte, la Universidad de Texas A&M publicó el 24 de agosto un estudio que concluye que la recisión del AS2019 y la aplicación de cuotas compensatorias al tomate mexicano tendría un impacto de 7 mil 540 millones de dólares y afectarían a 49 mil 128 empleos en todo el territorio estadounidense, en base a que el año pasado México exportó 2 mil 480 millones de dólares de tomates, que representaron un valor al menudeo de 5 mil 980 millones de dólares. La prensa de Texas y Arizona –los estados que serían más perjudicados, según el estudio de la UEA– y la de otros estados han comentado estos dos estudios, pero no han citado a las autoridades mexicanas.

El espíritu proteccionista de la queja del FTE –que no tiene que ver con el caso del maíz– se refleja en tanto que la recisión del AS2019 y la aplicación de cuotas compensatorias a las importaciones de tomate mexicano no garantizaría tener mano de obra adicional para aumentar la producción en Florida o en otros estados y compensar por la caída en la oferta. Tampoco previene a la producción en Estados Unidos de afectaciones por desastres naturales o de las consecuencias del clima extremo y del cambio climático, que la enorme mayoría de los legisladores republicanos han decidido ignorar. Y tampoco cambia las condiciones del suelo en Florida, que hacen que por su sabor y calidad los tomates mexicanos sean preferidos.

La queja del FTE se da cuando las exportaciones mexicanas de tomate a Estados Unidos lograrán un nuevo récord histórico, superando al del 2022. Muestra que la cooperación con el sector privado de Estados Unidos es un gran antídoto ante el proteccionismo de ese gobierno. El tema no ha concluido, pero otras industrias pueden aprender mucho de este caso.

El autor es consultor en Políticas Públicas y Comercio Exterior

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