Colaborador Invitado

El primer piso de la Cuarta Transformación en la Ciudad de México

La CDMX rescató de la miseria a 526 mil personas; es decir, el 10.3 por ciento de la reducción nacional en un momento de crisis sanitaria sin precedentes.

Luz Elena González Escobar, secretaria de Administración y Finanzas de Ciudad de México

En la Ciudad de México nos encaminamos hacia el final de un sexenio que encabezó la Doctora Claudia Sheinbaum enfocado en transformar a través de la innovación, cortar de tajo la corrupción y priorizar la atención de la gente que menos tiene; un gobierno extraordinario por sus desafíos, por los inmensos problemas que enfrentó, pero también, por los buenos resultados que –al cabo– está en condiciones de ofrecer.

Al decir esto hablo de que esta administración abatió los índices de inseguridad, redujo drásticamente los homicidios dolosos y disminuyó los crímenes de alto impacto un 58 por ciento, una tasa no vista en todo el siglo XXI; gracias a lo cual los capitalinos estamos y nos sentimos mucho más seguros, según datos del INEGI.

Hablo también de la inversión en infraestructura –de esa que impacta directamente en la calidad de vida de todos–, la cual alcanzó un máximo de 160 mil millones de pesos, el más alto en una década para, entre otras cosas, llevar agua a las zonas más pobres, renovar el Metro con sus 55 años de existencia, crear un transporte público digno para conectar zonas aisladas que nadie volteaba a ver, como se hizo con el nuevo sistema Cablebús y el Trolebús Elevado, mejorar las escuelas, tener tres nuevos hospitales, contar con 44 millones de nuevos árboles y mil 400 hectáreas de parques  públicos.

Y hablo también, por supuesto, de la economía de la Capital, cuya recuperación no solo se ha mantenido firme desde hace un año, sino que se despliega con toda fuerza en el último tramo del gobierno.

Nuestra actividad productiva está creciendo a una tasa de 4.1 por ciento anual. Es importante para los que vivimos aquí, pero también para todo el país pues, como documenta el INEGI, la CDMX aporta el 15 por ciento de la riqueza nacional y ha impulsado en 21 por ciento el crecimiento del país durante 2023. Así se confirma una realidad estructural: si a la Ciudad le va bien, al país le va bien.

Pero las cifras más significativas: 5.1 millones de personas han escapado de la pobreza en nuestro país entre 2018 y 2022, esto equivale a sacar de la pobreza a un país completo como Costa Rica o Irlanda, y la Ciudad de México contribuyó en gran medida a esa meta principalísima, rescatando de la miseria a 526 mil personas; es decir, el 10.3 por ciento de la reducción nacional en un momento de crisis sanitaria sin precedentes. Este hecho no puede ni debe ser olvidado, como un logro combinado entre las políticas nacionales del presidente López Obrador y del proyecto de la Dra. Sheinbaum.

Durante estos años alcanzamos un registro de tres millones 510 mil 190 empleos formales, lo que representa el 17 por ciento del total nacional. El salario base de cotización al IMSS es el más alto del país: 670 pesos, 26 por ciento más que el promedio nacional.

Y, gracias a ese esfuerzo, en este momento hay más personas trabajando en la Ciudad que en cualquier otro de la historia. ¿El resultado? Una nueva situación de expansión con una mucho mejor distribución del ingreso.

Esta transformación a favor de la equidad ¿ha ido en contra de nuestros empresarios y de sus decisiones fundamentales? De ningún modo, en el último año la Ciudad reafirmó su posición como la entidad más atractiva para la inversión extranjera, al recibir 10 mil 225 millones de dólares solo en el primer semestre de 2023, 35 por ciento del total nacional, un máximo histórico para cualquier periodo similar. Si abrimos el foco de visión, reconoceríamos que en la presente administración de la Capital se han captado 42 mil 683 millones de dólares, 50 por ciento más que en el mismo periodo del gobierno anterior.

¿Y la inflación? Que tanto impacta a las familias, es de 3.74 por ciento en la primera quincena de octubre, sumando 82 quincenas por debajo del nivel nacional. Las decisiones de los actores económicos, aquí, se toman con confianza y certidumbre en el futuro.

Estos datos, estas evidencias, deben ser valoradas en su contexto. Estamos hablando de cifras récord en materia de trabajo, abatimiento de la pobreza, infraestructura, seguridad pública, inversión local y extranjera ocurridas durante una crisis sanitaria de dimensiones mundiales.

Tanto a nivel nacional como local nos encontramos ante un panorama positivo, lleno de oportunidades, nadie puede negar que vamos bien. Con gran satisfacción podemos demostrar con datos duros que poner primero a los más vulnerables, da muy buenos resultados. Hoy tenemos un país con menos pobres, menos desigual y en crecimiento. De eso se trata el primer piso de la Cuarta Transformación.

COLUMNAS ANTERIORES

El mal de montaña, síndrome del poder político
Inversiones que tienden puentes

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.