Sofia Pérez Gasque, consejera delegada de Asociaciones y Organismos de Coparmex
En el ámbito empresarial actual, el concepto del nearshoring se alza como una tendencia de creciente relevancia. Esta estrategia ofrece a las empresas la agilidad de trasladar una parte sustancial de su producción para acercarse a sus mercados de destino, superando retos logísticos y estratégicos. No obstante, junto a sus beneficios, este enfoque plantea desafíos logísticos y legales, a la vez que ofrece una oportunidad crucial para estimular la inclusión de las mujeres en el mundo laboral.
Si bien la implementación del nearshoring promete avances estratégicos notables, requiere ajustes significativos, especialmente en la búsqueda de profesionales con habilidades en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). México se vislumbra como un terreno propicio para inversiones en industrias como la automotriz, dispositivos médicos, aeroespacial y tecnologías de la información y comunicación (TIC), generando una creciente demanda de expertos en estas áreas.
Sin embargo, la brecha de género en campos STEM representa un desafío. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) revela que solo tres de cada diez profesionales en estas áreas en México son mujeres. Esta disparidad no solo limita el aprovechamiento del talento altamente capacitado, sino que también implica un costo estimado para el país de alrededor de 429 millones de dólares al año, sin considerar el valor de la inversión relacionada con el nearshoring.
Para maximizar las ventajas del nearshoring, resulta imperativo adaptarse a las nuevas tendencias en métodos de aprendizaje y formación, impulsar el talento y fomentar la activa participación femenina. Esto abarca desde la educación primaria hasta la integración laboral, promoviendo la igualdad salarial, el progreso profesional y desmantelando los estereotipos de género arraigados en estas disciplinas.
¿Cómo logramos esta transformación? Desde programas educativos tempranos hasta políticas productivas que faciliten la inclusión y el avance de las mujeres en el sector STEM. Se requiere el respaldo de planes de desarrollo sustentados por legislaciones locales, análisis detallados de barreras y la utilización de programas del sector privado o la sociedad civil centrados en la educación STEM.
El empoderamiento de las mujeres en STEM no solo fortalece el entramado empresarial, sino que impacta positivamente en la sociedad en su conjunto. Al abrir oportunidades laborales en estas áreas, se genera una comunidad más equitativa y se afrontan los desafíos globales de manera más eficaz. El futuro de las mujeres en STEM es prometedor y el nearshoring es una herramienta clave para hacerlo realidad.
Esta disparidad de género no solo es local. Según datos del IMCO, en México, solo el 30 por ciento de los profesionales en áreas STEM son mujeres, reflejando un desafío generalizado en la equidad de género en estos campos. A nivel global, estadísticas comparativas muestran similitudes preocupantes en países como el Reino Unido y Estados Unidos, subrayando la necesidad de abordar este desafío a nivel internacional.
Estos datos subrayan el impacto económico y social de la brecha de género en STEM. Limitar el acceso a una fuerza laboral diversa y altamente calificada reduce la capacidad de generar innovación y afrontar los retos del mundo actual. #OpiniónCoparmex