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Los retos económicos del IMSS Bienestar para el 2024

Con la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2024, el Organismo Público Descentralizado IMSS Bienestar tendrá para su funcionamiento el presupuesto que correspondía al desaparecido INSABI.

Por Juan Manuel Lira, Médico especialista y ex titular de la Unidad de Atención Médica del IMSS.

Con la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2024, el Organismo Público Descentralizado IMSS Bienestar (IMSS-B), tendrá para su funcionamiento el presupuesto que correspondía al desaparecido INSABI. Este monto asciende a 128,623 millones de pesos (mdp), 20% más que el presupuesto del 2023.

Con el mandato de atender a la población no asegurada mediante servicios y medicamentos gratuitos, el IMSS-B ha firmado convenios de coordinación para la transferencia de recursos presupuestarios federales, en materia de personal, infraestructura y equipamiento, con 23 estados y la Ciudad de México.

La transferencia de los recursos presupuestarios federales a los que hacen referencia los convenios entre los estados y el IMSS-B corresponde básicamente a dos rubros: el Fideicomiso del Fondo de Salud para el Bienestar (FONSABI) y los recursos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA).

Ambos recursos están destinados para brindar atención médica a la población sin seguridad social, por lo que ahora que el IMSS-B será la Institución encargada de dar atención a 60 millones de mexicanos, los recursos de estos dos rubros deberán pasar a ser administrados por el IMSS-B.

De esta manera el presupuesto total del que dispondrá el IMSS-B para el 2024 -sumando lo autorizado en el Presupuesto de Egresos para el FONSABI y el FASSA-, será de 297 mil mdp.

Para poder dotar al IMSS-B de los recursos del FASSA y FONSABI existen limitantes en la Ley General de Salud (LGS) y en la Ley de Coordinación Fiscal (LCF). La Senadora Lilia Margarita Valdez Martínez ha tomado la iniciativa, presentando una propuesta legislativa que reforma leyes fundamentales para facilitar la transferencia de estos recursos al IMSS-B.

Esta medida, fue aprobada recientemente por mayoría en comisiones del senado y deberá pasar al pleno para su discusión y votación. Más allá de ser una maniobra política, se trata de un reconocimiento a la urgencia de centralizar el presupuesto para los servicios de salud y lograr una mayor eficiencia y equidad para la población sin seguridad social.

El IMSS-B está en el centro de un esfuerzo transformador y su evolución será un barómetro clave para medir el progreso hacia una sociedad más saludable y equitativa, y para la continuidad del “segundo piso” planteada por la precandidata Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, existen dudas y posicionamientos que deberán ser aclarados y mayormente discutidos:

¿Qué pasará con los recursos del FASSA que son destinados a la prestación de servicios a la comunidad (vacunación, promoción a la salud, prevención entre otros rubros), y los destinados a la generación de recursos humanos y rectoría de los Sistemas Estatales de Salud, pues estas actividades no las realizará el IMSS-B?

Estos recursos ascienden a 46 mil mdp, que con esta reforma ya no contarán los estados para cumplir estas funciones. ¿Qué pasará con los recursos del FONSABI en aquellos estados que no se han adherido al convenio con el IMSS-B?

El Director del IMSS Zoé Robledo en la segunda sesión extraordinaria del Comité Técnico del FONSABI sentenció: “El FONSABI es un fideicomiso exclusivamente para los estados que firman el convenio con el IMSS Bienestar (…) FONSABI no va a volver a financiar OPD estatales (…) ahora se convierte prácticamente en el presupuesto del IMSS Bienestar para financiar a las unidades que se transfieran”.

El IMSS-B tiene un gran reto financiero para el 2024, las modificaciones a la ley le brindarán las herramientas financieras más que urgentes para avanzar en su encomienda. Sin embargo, la interrogante siempre será recurrente: ¿Será este presupuesto suficiente para lograr los objetivos planteados?

Twitter: @doclira1

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