El autor es Médico especialista, extitular de la Unidad de Atención Médica del IMSS.
La publicación reciente del informe por parte de la autodenominada “Comisión Independiente” sobre la gestión de la pandemia de COVID-19 en México invita a una reflexión profunda. Este documento pretende analizar las respuestas a la crisis sanitaria con el objetivo de aprender de los errores cometidos, sin embargo, emerge en un contexto político electoral.
Primero, es fundamental entender quién compone esta Comisión. Aunque incluye a tres médicos, sólo uno es epidemiólogo. Los demás miembros provienen de diversas disciplinas y están vinculados a ideologías políticas de derecha, lo que podría influir en la objetividad del informe.
El segundo punto por analizar es su hipótesis de trabajo: “¿Los malos resultados se explican solamente por esas (sic) condiciones estructurales preexistentes o también por las decisiones de política, liderazgo, rigor y seriedad de quienes conducen la respuesta a la crisis?” Una hipótesis que de inicio “adjetiva” sus resultados ya está marcada por un sesgo de investigación.
La metodología descrita como “descripción cuantitativa y cualitativa” es útil, pero insuficiente. Es necesario un análisis estadístico inferencial o modelos de regresión que permitan una comprensión más profunda de las causas y sus efectos.
En cuanto a los resultados, el informe critica la gestión de la autoridad debido a “la austeridad aplicada sin matiz alguno”, sugiriendo que exacerbó la crisis. El presupuesto en gasto público en salud como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) durante la pandemia se incrementó en 4 décimas de punto al pasar en el 2019 de 2.4 a 2.8 para el 2020, por lo que esta aseveración es insostenible (SHCP 2022).
Otros resultados del informe son: “El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presentó las peores tasas de letalidad hospitalaria (…) límites en la reconversión de hospitales (…) La reconversión desplazó y distrajo la atención de otros padecimientos (…) deficiencias en la implementación de protocolos clínicos y de seguridad en las unidades médicas (…) Se renunció a la atención de pacientes con COVID-19 en el primer nivel, entre muchos otros”.
Durante la pandemia, el sistema de salud mexicano enfrentó un desafío monumental. A pesar de las dificultades, se obtuvieron logros significativos. El IMSS aumentó su capacidad hospitalaria, reconvirtiendo 20 mil camas, lo que representa el 56% del total nacional. Además, se construyeron 42 centros de atención temporales y se completaron cuatro hospitales que estaban inconclusos, añadiendo 2 mil 369 camas adicionales.
Se implementaron protocolos clínicos y de seguridad en todas las unidades médicas del IMSS, 80 mil trabajadores con algún factor de riesgo se “resguardaron” en sus domicilios para evitar un contagio, por lo que la tasa de mortalidad en el personal de salud fue de 1.7%.
Con estas y otras medidas, durante el periodo 2020-2022 en el IMSS casi 7 millones de pacientes egresaron por mejoría, de ellos 150 mil con COVID salvaron su vida. Mientras que en el primer nivel de atención se atendieron a casi 7 millones de pacientes en 5 mil 191 módulos de atención respiratoria. Todo ello gracias a la dedicación del personal de salud de primera línea.
La mortalidad en el IMSS fue multifactorial: edad, comorbilidades (obesidad, diabetes, hipertensión, etc.), retraso y gravedad a su ingreso (muchos pacientes llegaron graves de instituciones privadas cuando se terminaban sus pólizas de gastos médicos). En este sentido, la aseveración de que “el 95% de los fallecidos lo hicieron en soledad” debido al mal manejo hospitalario, es una declaración totalmente irresponsable y carente de sustento.
Más allá de la confrontación de cifras que en toda democracia es saludable, el cuestionamiento es: ¿por qué publicar este informe cuando se acercan las elecciones? ¿en dónde estaban los autores del documento durante la pandemia, que ahora vienen a opinar desde la comodidad de su escritorio?
La respuesta la dio uno de sus miembros, el biólogo Antonio Lazcano: “Ejercer justicia en las urnas”.
¿Hay que corregir muchas cosas de cara a una futura pandemia? Por supuesto que sí, hay muchos aprendizajes. Lo que no es correcto es lucrar con algo tan sensible como lo es la vida de las personas en tiempos electorales, esa es una actitud poco ética y reprobable.
Fuente: IMSS, División de Información en Salud. Sistema Sal 13.
Twitter: @doclira1