Tax Managing Partner en EY México y Tax Deputy para EY Latinoamérica.
El nearshoring ha evolucionado más allá de ser una tendencia pasajera, consolidándose como una estrategia fundamental para el crecimiento económico de México a corto y mediano plazo. En el panorama global, las señales apuntan a un terreno fértil para estas tácticas, gracias a ventajas competitivas de nuestro país como su ubicación geográfica, los beneficios del T-MEC y de los diversos incentivos fiscales para la inversión, además de su rol como impulsor de inversión en Latinoamérica, entre otros. Sin duda, México se encuentra en una posición privilegiada para capitalizar las oportunidades que el nearshoring ofrece.
El éxito de la relocalización empresarial en México no depende de un solo factor, sino de una amalgama de elementos críticos. Estos incluyen el potencial de crecimiento de industrias específicas o nichos de mercado, la estabilidad política y social del país, así como la eficiencia y la simplicidad con la que las empresas pueden navegar los procesos fiscales y legales. Esto es relevante tanto para las corporaciones que están en la fase de establecimiento como para aquellas que ya tienen una presencia consolidada en México.
Desde un enfoque estratégico, la gestión tributaria emerge como un elemento decisivo para maximizar los beneficios del nearshoring. Una política fiscal adecuada y eficiente puede ser el catalizador que asegure que el nearshoring en México trascienda su condición de moda y se convierta en un pilar de desarrollo económico sostenible.
Para lograrlo, será importante considerar ciertos aspectos fiscales clave que determinan la viabilidad e idoneidad de un mercado para la reubicación de cadenas de suministro. Para las empresas que buscan iniciar operaciones en nuestro país, es fundamental tomar en cuenta los siguientes aspectos:
1. Preparación para el traslado. Implica llevar a cabo un análisis integral para gestionar la transición de la empresa de forma eficiente, que considere un enfoque fiscal, jurídico y de diseño organizativo, entre otros.
2. Softlanding. Representa una etapa clave para el éxito de la estrategia de llegada de la empresa y de su cadena de suministro, por ello, es necesario:
a) Definir el modelo operativo: este punto resulta trascendental para el tipo de estrategia de negocio y el periodo por el que la empresa decida traer sus operaciones a México.
b) Identificar el tipo de establecimiento de la compañía: el segundo factor a considerar es la elección del tipo de entidad corporativa más adecuada para las operaciones del negocio, así como los aspectos fiscales que están relacionados con ello. Este aspecto resulta clave porque determinará en mucho, los aspectos de cumplimiento que la empresa deberá seguir en México.
c) Analizar tendencias de fiscalización: Las corporaciones deben revisar las prácticas de cumplimiento fiscal y las regulaciones aplicables al considerar la reubicación de sus operaciones, para asegurar una adaptación exitosa y conforme a lo establecido en la legislación.
Para aquellas empresas ubicadas previamente en México, las cuales buscan potenciar sus modelos operativos y cadenas de suministro al amparo del nearshoring, es prioritario considerar los siguientes puntos:
• Identificar las ventajas que ofrecen los incentivos fiscales en México.
• Potenciar su estrategia con la inclusión de certificaciones y tratados comerciales a los que tienen acceso en el país.
• Establecer una estrategia de gestión de cumplimiento de largo plazo.
Tener en cuenta estos aspectos, permitirá a las empresas definir e implementar una estrategia muy apegada a la realidad mexicana, lo que no solo impulsará el crecimiento de su negocio, sino que también fomentará el desarrollo del mercado, de la fuerza laboral y de la sociedad en su conjunto.
El nearshoring debe ser una práctica que genere beneficios para todas las partes involucradas, siendo la mano de obra una de las más importantes. Al potenciar el empleo y la capacitación de los trabajadores, se podrá promover el impulso de una sociedad mucho más dinámica, con acceso a mayores recursos y oportunidades y con el potencial de avanzar no solo en lo económico, sino en lo educativo y en lo social.