Después de un año sin cambios en la tasa de referencia, la Reserva Federal de Estados Unidos finalmente movió sus fichas y anunció el primer recorte de tasas de este ciclo en su reunión del 18 de septiembre. El mercado daba por descontado el recorte, pero la gran incógnita era la magnitud. La Fed optó por una rebaja agresiva de 50 puntos básicos, llevando la tasa de interés de referencia al rango de 4.75-5.00%. Con esto, la Fed envió una señal clara de que está dispuesta a actuar proactivamente para evitar una mayor desaceleración del mercado laboral. Los inversionistas ahora se preguntan: ¿cuáles fueron los cambios principales en la postura de la Fed? ¿Qué tan rápido y profundo será el proceso de recortes de tasas? Y ¿cómo posicionar las carteras hacia adelante?
La Fed ofreció muchas pistas sobre su evaluación de la economía en su última reunión. Las proyecciones económicas actualizadas indicaron que la Fed sigue creyendo en un aterrizaje suave para la economía de Estados Unidos, en el cual es capaz de reducir la inflación sosteniblemente hacia el 2% y normalizar el crecimiento sin desencadenar una recesión. Las proyecciones de crecimiento se mantuvieron casi sin cambios, con la Fed esperando un crecimiento del PIB real del 2.0% anual en los próximos cuatro años.
Las estimaciones de inflación se revisaron a la baja, mientras que la tasa de desempleo estimada para este año y el próximo aumentó a 4.4%, incrementándose en 0.4% y 0.2% puntos respectivamente. En la conferencia de prensa, Powell adoptó un tono cautelosamente optimista sobre la economía, reconociendo la desaceleración en las condiciones del mercado laboral, pero señalando que el mercado laboral aún está en una base estable. Dado que la Fed ya está cerca de cantar victoria en el frente de la inflación, con el índice PCE ubicándose en 2.5% en julio, su foco ahora está en apoyar el mercado laboral y mantener el “aterrizaje suave” en curso con recortes de tasas proactivos.
A pesar de un recorte ligeramente superior a lo esperado para comenzar, la flexibilización seguirá siendo gradual, a menos que haya una desaceleración más significativa en la economía. “Recalibración” fue una de las palabras más usadas en la conferencia de prensa por Jerome Powell, presidente de la Fed, y las proyecciones para la tasa en los próximos años también sugieren recortes graduales. La mediana proyectada por los miembros de Fed señala otros 50 puntos básicos de recortes en las dos reuniones restantes del año, seguidos de 100 puntos básicos en 2025 y 50 puntos básicos en 2026. La tasa alcanzaría su destino final, en un nivel de 2.9% considerado “neutral” por la Fed, para finales de 2026.
Esto significa que las tasas a corto plazo ya alcanzaron su mejor nivel: los rendimientos de los bonos del Tesoro a 3 meses probablemente bajarán del 4.6% actual para ubicarse más cerca del 3.0% en los próximos 18 meses. Y si la economía pierde más impulso, las tasas podrían disminuir más rápidamente y estabilizarse en un nivel aún más bajo. Para los inversionistas, la acción clave sigue siendo evitar el riesgo de reinversión y reducir su exposición al efectivo. Durante los últimos seis ciclos de recortes, el desempeño de bonos medidos por el índice de US Bloomberg Aggregate en los 12 meses posteriores superó al efectivo en todas las ocasiones. En la ausencia de una recesión, las acciones también superaron al efectivo.
De cara al futuro, los recortes de tasas de la Fed en el contexto de un aterrizaje suave deberían ser favorables tanto para los mercados de acciones como de bonos. A pesar de la fuerte caída en rendimientos que ocurrió antes del primer recorte, los bonos del Tesoro de mediana y larga duración siguen ofreciendo tasas atractivas. Además, aunque la probabilidad de una recesión es baja, no es nula, y los bonos han brindado históricamente diversificación y protección a las carteras ante ese escenario, para las acciones, la línea es más tenue.
Se ha vuelto más importante monitorear si el aterrizaje suave no se convierte en un aterrizaje forzoso, ya que las acciones suelen tener rendimientos negativos cuando los recortes de tasas son acompañados por una recesión. En la coyuntura actual, las sólidas perspectivas de crecimiento del PIB nominal y el fuerte crecimiento de utilidades corporativas del 10% esperado por el mercado en 2024 deberían seguir apoyando a las acciones estadounidenses.
Sin embargo, siguen existiendo riesgos como incertidumbre macroeconómica, tensiones geopolíticas y una alta concentración del índice S&P 500.
Sea cual sea la preocupación de los inversionistas, aumentar la exposición a empresas que presentan características de calidad tiene sentido.
Estas empresas tienden a tener utilidades más consistentes, una sólida generación de flujo de caja libre y márgenes operativos elevados, y por lo tanto pueden estar mejor preparadas ante una posible desaceleración económica y otros riesgos.