El nearshoring, en términos simples, consiste en acercar la producción de insumos a los mercados donde se consumen, reduciendo así la dependencia de países lejanos. Durante la pandemia de COVID-19, quedó en evidencia la fragilidad de las cadenas globales de suministro de insumos médicos y medicamentos, una situación que afectó gravemente a México, pues muchos insumos provienen de países asiáticos.
Ante esta situación, México con su proximidad a Estados Unidos y su infraestructura comercial, parecía tener todo a su favor para capitalizar la oportunidad del nearshoring y atraer nuevas empresas al país. Sin embargo, la falta de incentivos claros para la inversión extranjera, la incertidumbre regulatoria y la recientemente aprobada reforma al Poder Judicial ocasionaron un ‘freno’ en esta oportunidad.
La reciente reunión del US-México CEO Dialogue, encabezada por la presidenta de México, dra. Claudia Sheinbaum; Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), secretarios de Estado y empresarios binacionales, también contó con la presencia del dr. David Kershenobich, secretario de Salud.
Los mensajes emitidos por la presidenta Sheinbaum Pardo y el de Francisco Cervantes, vuelven a poner en el centro del debate el nearshoring en salud. Esta estrategia podría ayudar a mejorar el sistema de salud al atraer la producción de insumos médicos y farmacéuticos al país, lo que no solo aumentaría la autosuficiencia, sino que también podría posicionar a México como un líder en la región.
A pesar de las críticas, la reciente reunión entre empresarios y figuras clave del gobierno sugiere que hay un interés renovado en aprovechar el nearshoring en salud. La presencia de Kershenobich y Cervantes refuerza la idea de que esta administración podría estar buscando ajustar las políticas públicas para crear un entorno más favorable para la colaboración privada.
Lo anterior es en esencia un cambio de discurso de esta administración en comparación con la anterior. La integración del sector privado al Sistema Nacional de Salud, con la adecuada rectoría del Estado, no solo es una oportunidad para resolver problemas inmediatos como el desabasto de medicamentos, sino también para garantizar una mayor autosuficiencia en la producción de insumos esenciales para la salud de las y los mexicanos.
La reunión con los empresarios binacionales y la presidenta Sheinbaum refleja el interés de la nueva administración por retomar el camino hacia el nearshoring en salud. Si se implementa de manera eficaz, esta estrategia no solo podría apoyar al sistema de salud, sino también a la economía mexicana en su conjunto.
Durante el US-México CEO Dialogue, la dra. Sheinbaum fue enfática al decir a los empresarios: “No competimos entre nosotros, nos complementamos”, y anunció que, como parte de una estrategia nacional de inversión, se implementarán esquemas de participación público-privada diferentes. Aclaró que estos serán más saludables que los que existieron en el pasado, que se estructuraron en condiciones desventajosas para el Estado mexicano, como fue el caso de los hospitales realizados bajo este modelo.
La colaboración entre el gobierno y las empresas privadas en la producción de medicamentos y dispositivos médicos puede convertir a México en un centro regional de manufactura en salud, lo que no solo beneficiaría a la economía, sino también a millones de mexicanos que dependen del acceso oportuno a estos productos. Esta apertura del gobierno con la iniciativa privada también podría encontrar eco en la participación de los consultorios adyacentes a las farmacias.
El nearshoring ofrece beneficios claros: mejorar las cadenas de suministro, reducir costos y asegurar que los insumos médicos lleguen a tiempo a quienes más los necesitan. México, con tratados comerciales con más de 46 países y costos de manufactura competitivos, sigue siendo un candidato ideal para atraer este tipo de inversiones. Un ejemplo de este potencial es el estado de Jalisco, que ha recibido intenciones de inversión de empresas asiáticas interesadas en el sector salud, lo que demuestra el interés en el país.
El futuro de la salud en México depende, en gran medida, de cómo se gestionen las oportunidades, y el nearshoring sigue siendo una de las más prometedoras. La colaboración entre el sector público y privado será crucial para asegurar que el sistema de salud mexicano no solo se fortalezca internamente, sino que también sea más resiliente ante futuras crisis globales.
El autor es médico especialista y analista en salud.