Para los mexicanos, la calavera es un símbolo único de naturaleza caleidoscópica, convergen en su forma la vida y la muerte, lo prehispánico y lo moderno, el arte de lo sagrado y el arte popular, gracias a esta esencia simbólica nos invita a reflexionar sobre la inevitable muerte y a festejar la vida; igual nos atemoriza que nos divierte cuando se vuelve el medio de críticas políticas o nos maravilla si es vehículo de expresión artística.
Y precisamente en el arte, en vísperas de Día de Muertos, la calavera se convierte en el tema principal de diversas exposiciones, entre ellas, la de Mexicráneos, proyecto que surgió en 2017 y que por cinco años consecutivos expuso a lo largo del Paseo de la Reforma una serie de cráneos monumentales intervenidos por distintos artistas según temáticas definidas anualmente, sin embargo, ante las dificultades que impuso la pandemia de covid-19 interrumpió sus actividades.
Tras una pausa de tres años, este 2024 Mexicráneos de nuevo lanzó una convocatoria para intervenir 12 nuevas piezas que se exhiben en el Parque Bicentenario de la alcaldía Azcapotzalco. Esta vez se recibieron más de 200 propuestas inspiradas en el tema Raíces en el corazón de la ciudad y la cultura, los artistas debían, además, pensar en el parque como un sitio en el que converge la música, la recreación, el deporte y la naturaleza.
Las obras seleccionadas muestran coloridas figuras que reiteran la importancia de los espacios naturales en la ciudad, sin embargo, resultan de especial interés las intervenciones que abordan conceptualmente el tema, como Oro negro, de Tania Caro Silva, un símbolo de renovación. La artista empleó el color negro para referirse al pasado del lugar, “ilustra de una manera muy elegante y abstracta cómo el parque antes fue una refinería”, comenta Odette Paz, curadora de la exposición. De 1933 a 1991, la Refinería 18 de marzo produjo keroseno, gas natural y gasolina, luego de un lento desmantelamiento, la planta petrolera se convirtió en un verde oasis al norte de la ciudad, una joya natural que Caro representó con orquídeas y el color dorado.
Con esta nueva serie de cráneos monumentales que van de lo figurativo a lo abstracto, Mexicráneos celebra la renovación de los espacios urbanos, retoma su homenaje anual a las tradiciones mexicanas y enriquece una colección que suma unas 200 piezas en constante exhibición dentro y fuera del país: “ha tenido una evolución natural la exposición”, explica Odette Paz, quien enumera una nutrida lista de giras y sitios de exhibición, entre ellos, el Paseo de la Reforma en la Ciudad de México y la avenida Juárez en Puebla, Puebla.
Todas las actividades de Mexicráneos pueden consultarse en las redes sociales de la exhibición, IG: @mexicraneos.