La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos marca una época de retos y desafíos para nuestro país. Es una sacudida política que pondrá a prueba la fortaleza y la inteligencia del actual gobierno. «Sobre advertencia no hay engaño». Trump ha sido enfático, determinado y amenazante acerca de las acciones drásticas que podría tomar en relación con México y que complicarían nuestra relación bilateral.
Los truenos anunciaban tormenta. Ya llegó. A sortear el vendaval. En puerta una política proteccionista del vecino del norte. Privilegiará lo nacional frente al exterior. Aplicará políticas públicas para estimular las inversiones dentro de Estados Unidos. Aranceles para las exportaciones mexicanas, en especial automóviles y autopartes.
Como hemos mencionado, México es un vecino incómodo para el nuevo huésped de la Casa Blanca. Es un asunto de seguridad nacional. Las fronteras mexicanas, la del norte y la del sur, adquieren relevancia internacional. La migración, la falta de seguridad, las relaciones comerciales y el narcotráfico serán los instrumentos que se utilizarían para presionar a México y ponerlo contra las cuerdas.
Por supuesto, el T-MEC estará sujeto a una revisión exhaustiva a la luz del creciente proteccionismo de nuestros vecinos del norte. Además, es punto vulnerable para la economía mexicana. El tratado abrió importantes oportunidades de crecimiento para nuestro país, en especial en los estados del centro y norte. El crecimiento de nuestras exportaciones ha sido exponencial. Somos su principal socio comercial. Fuerza y debilidad. Dependencia vulnerable.
Descuidamos el crecimiento de nuestro mercado interno y olvidamos al México pobre. Convertimos la frontera sur en el traspatio mexicano. La llegada de Trump marca el momento de plantear un nuevo esquema de desarrollo regional que genere ingreso y ocupación para los mas necesitados.
Trump ha denunciado una y otra vez que el gobierno de México está rebasado y ha sido incapaz de combatir la criminalidad. Con el fantasma del terrorismo podría pasar de la amenaza a acciones unilaterales concretas, según ellos para poner orden en nuestro país y garantizar su seguridad. Dentro de esta cruzada sería factible que abriera expedientes de políticos involucrados con la delincuencia organizada. El recorrido ya se inició, ahí está la muestra con García Luna, El Mayo, El Chapo y los Chapitos.
Trump llega a la presidencia con gran fuerza y compromiso con sus seguidores. Está obligado a cumplir sus promesas de campaña. Los republicanos ganaron la mayoría en el Senado y posiblemente en la Cámara de Representantes, además de contar con gran influencia en la Corte. En la práctica no habrá equilibrio de poderes. Total libertad para actuar. La presidencia imperial.
El mundo cambió y no nos hemos dado cuenta. La gente ya no es la misma, ya no es la de antes y tampoco lo hemos entendido. A Trump le han dicho de todo sus adversarios, lo han exhibido ante la opinión pública, lo han acusado de múltiples delitos y, lo más delicado, se le declaró culpable de algunos y así, en calidad de convicto, llegó a la candidatura y ganó la presidencia. Qué hay en el alma de esa sociedad que votó a su favor. Disgusto, coraje, frustración, hartazgo y encono por la falta de liderazgo, ineficiencia y corrupción de los gobernantes. Les atrajo el hombre fuerte y autoritario en la búsqueda de solución para sus problemas.
El desprestigio, la frivolidad y la falta de compromiso de las y los políticos han desgastado a la democracia. Los gambusinos buscadores del metal áureo han corrompido la noble profesión de la política.
Ante estos hechos, irrumpe en el mundo el populismo de izquierda y derecha. Su propuesta de cambio atrae como poderoso imán a la gente y la suma a la aventura y al encuentro del paraíso. Trump, Bolsonaro, Bukele, Milei y López Obrador, entre otros, son producto de una nueva conciencia popular, harta del oficialismo débil e ineficiente y en la búsqueda de un sueño perdido.
Se abren y cierran ciclos. Los tiempos pasan. La globalización, desgastada y en revisión. En puerta, el nacionalismo proteccionista. A juicio de Trump, la historia dorada de Estados Unidos. La realidad obliga. El gobierno de la 4T tiene la palabra.