El 2024 fue un año excelente para los mercados bursátiles globales, con el índice MSCI All Country World Index registrando un impresionante aumento del 18 por ciento, impulsado principalmente por Estados Unidos. Una economía robusta, un sólido crecimiento de las ganancias y un entusiasmo continuo por la inteligencia artificial (IA) catapultaron al índice S&P 500, que subió un 25 por ciento. En contraste, la renta fija global enfrentó turbulencias, con volatilidad en los bonos debido a preocupaciones fiscales y al crecimiento resiliente en algunas regiones, especialmente en EU, incluso con el inicio de los recortes en las tasas de interés por parte de los bancos centrales. Con los excesos de la pandemia disipándose, 2025 trae un nuevo enfoque para los inversionistas: las políticas de la administración del presidente electo Donald Trump y su impacto potencial en los mercados.
La economía estadounidense comienza el año con vigor para enfrentar estos cambios, tras un crecimiento de casi el 3 por ciento en 2024, impulsado por el consumo, que representó cerca del 80 por ciento del crecimiento en los tres primeros trimestres. La inversión empresarial, especialmente en tecnología, sigue siendo robusta. Este año, una moderación del consumo podría resultar en un crecimiento del PIB a un ritmo más normalizado de aproximadamente 2.5 por ciento. El mercado laboral debería mantenerse saludable, con una tasa de desempleo estable en torno al 4 por ciento. La inflación, por su parte, podría seguir disminuyendo gradualmente, acercándose a la meta del 2 por ciento del banco central hacia la mitad del año, favorecida por menores presiones en precio de alquileres y seguros de automóviles.
Sin embargo, la trayectoria de la inflación para la segunda mitad del año y más allá estará influenciada por la implementación y el momento de las nuevas políticas. Medidas como recortes de impuestos, tarifas más altas y reducción de la inmigración podrían generar presiones inflacionarias, llevando a la Reserva Federal a ser más cautelosa al continuar recortando las tasas de interés este año. Tras reducir las tasas de 5.25-5.5 por ciento a 4.25-4.5 por ciento, el mercado ahora anticipa solo uno o dos recortes adicionales.
Los mercados estarán atentos a la política fiscal y arancelaria para prever la inflación y la postura de la Reserva Federal. La discusión fiscal de 2025 se centrará en la extensión de la política Tax Cuts and Jobs Act, que podría aumentar el déficit en los próximos 10 años. Los mercados ya han valorado este escenario, con los intereses de los bonos del Tesoro a 10 años subiendo 100 puntos base desde septiembre de 2024. Sin embargo, nuevas noticias fiscales, como más recortes de impuestos o desafíos en la reducción de gastos, podrían generar volatilidad adicional.
Las amenazas de tarifas están a punto de escalar y serán otra fuente de volatilidad, además de contribuir a la apreciación del dólar. Sin embargo, distinguir el ruido de la señal será esencial. En la guerra comercial de 2018-19, se amenazaron muchas tarifas sobre socios comerciales importantes, pero pocas se implementaron efectivamente. En contraste, China fue el principal objetivo. Es probable que EU mantenga este enfoque, exigiendo cautela de los inversionistas en acciones chinas. Para otras regiones, como México, Canadá y Europa, las tarifas podrían servir como herramientas de negociación en cuestiones como inmigración o gastos de defensa. Oportunidades de inversión pueden surgir cuando las tarifas se valoran incorrectamente, siendo crucial monitorear acciones en lugar de titulares en los primeros 100 días de la nueva administración.
La renta fija global sigue siendo un elemento clave de los portafolios, ofreciendo protección en este entorno incierto y rendimientos atractivos, especialmente en el crédito corporativo. La perspectiva macroeconómica resiliente y los balances sólidos pueden sostener los bonos de empresas estadounidenses. Se encuentran rendimientos interesantes en bonos del Tesoro, pero se aconseja atención al riesgo de duración, prefiriendo emisiones de plazos más cortos. Las incertidumbres sobre el déficit y tarifas pueden mantener la prima de riesgo elevada para inversiones en bonos a largo plazo.
Para las acciones, aunque las grandes empresas de tecnología han liderado las ganancias recientes, la tendencia para 2025 es de un liderazgo más diversificado entre los sectores. Las acciones estadounidenses deberían seguir siendo impulsadas por una economía resiliente y un fuerte crecimiento de las ganancias, con analistas proyectando un aumento del 14 por ciento en las ganancias del S&P 500.
Aunque las perspectivas para 2025 siguen siendo positivas, las incertidumbres en las políticas de EU, los estímulos en China y los riesgos geopolíticos permanecen. Mantener una visión a largo plazo y buscar diversificación global es siempre la mejor estrategia.