Colaborador Invitado

Entre la sostenibilidad y la rentabilidad energética

La inteligencia artificial no es solo una herramienta para aumentar la eficiencia operativa, sino un recurso estratégico para navegar la dualidad de la transición energética.

La transición hacia un futuro de bajas emisiones de carbono enfrenta un desafío complejo: satisfacer la creciente demanda global de energía mientras las empresas adoptan soluciones más sostenibles sin comprometer la rentabilidad. El más reciente estudio de Bain & Company, basado en la opinión de más de 700 líderes de sectores como petróleo y gas, servicios públicos, químicos, minería y agroindustria, refleja este dilema. A pesar de las inversiones récord en energía limpia durante el último año, el optimismo respecto a alcanzar las emisiones netas cero se ha enfriado.

Cerca del 44% de los ejecutivos no espera alcanzar las emisiones netas cero antes de 2070, un cambio significativo respecto a años anteriores, cuando casi la mitad proyectaba cumplir con este objetivo para 2050. Este pesimismo tiene fundamentos claros: las empresas enfrentan costos de capital que crecen a doble dígito y una creciente presión para justificar cada inversión bajo un estricto escrutinio financiero.

En este contexto, la inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una herramienta fundamental para enfrentar los desafíos del sector. Más allá de la automatización de procesos, la IA está transformando la gestión de proyectos de capital, la optimización operativa y el equilibrio entre inversiones en energías tradicionales y renovables.

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es el aumento en los costos de los proyectos de capital. Más del 75% de los ejecutivos reportaron un incremento durante el último año, y uno de cada diez experimentó aumentos superiores al 20%. Esta presión ha obligado a las empresas a replantear sus estrategias de inversión, buscando eficiencia sin comprometer la seguridad.

La IA se está convirtiendo en un aliado clave para optimizar la ejecución de estos proyectos. Mediante algoritmos avanzados, las empresas pueden mejorar la planificación, identificar cuellos de botella y ajustar cronogramas en tiempo real. Además, el análisis predictivo permite mitigar riesgos y tomar decisiones más informadas. Según el estudio, cerca de la mitad de los ejecutivos planea implementar tecnologías digitales, incluida la IA, para mejorar la gestión de proyectos en los próximos años.

La demanda de electricidad está creciendo exponencialmente, impulsada por el auge de los centros de datos y la expansión de la IA generativa. Bain & Company estima que, para 2027, estos centros podrían consumir hasta el 2.6% de la electricidad global, lo que requerirá inversiones superiores a los 2 billones de dólares en infraestructura de generación de energía.

Para enfrentar este desafío, los líderes del sector de servicios públicos están adoptando estrategias como la inversión en energías renovables, la prolongación de la vida útil de los activos existentes y, en algunas regiones, la incorporación de más infraestructura de gas natural. En América del Norte, la energía nuclear también se considera una opción viable para atender la creciente demanda.

En este panorama, la IA desempeña un papel crucial al optimizar la gestión de las redes eléctricas. Los sistemas inteligentes pueden analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real para predecir la demanda, ajustar la producción y mejorar la eficiencia operativa. Esta capacidad es esencial para integrar fuentes renovables de manera efectiva y garantizar la estabilidad del suministro energético.

El estudio destaca que más del 70% de los líderes del sector ven en la IA y las tecnologías digitales un motor de crecimiento. Una de las áreas prioritarias es la modernización de los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés), con más del 60% de las empresas planeando renovar estos sistemas en los próximos tres años.

La modernización de los ERP es más que una actualización tecnológica: es un habilitador clave para mejorar funciones críticas como la gestión de la cadena de suministro, el mantenimiento de activos y la previsión de la demanda. Al integrar la IA en estos sistemas, las empresas pueden automatizar procesos complejos, mejorar la precisión de las predicciones y optimizar la asignación de recursos.

El sector de energía y recursos naturales enfrenta un delicado equilibrio. Por un lado, debe satisfacer la creciente demanda global de energía, impulsada por el desarrollo en economías emergentes y la expansión tecnológica en países desarrollados. Por otro, debe reducir su huella de carbono y adaptarse a regulaciones cada vez más exigentes.

En este escenario, la inteligencia artificial no es solo una herramienta para aumentar la eficiencia operativa, sino un recurso estratégico para navegar la dualidad de la transición energética. Las empresas que adopten estas tecnologías de forma proactiva estarán mejor posicionadas para enfrentar la volatilidad, optimizar sus inversiones y liderar el camino hacia un futuro más sostenible.

A medida que los costos aumentan y la incertidumbre persiste, la capacidad de innovar y adaptarse rápidamente se vuelve crucial. La IA ofrece una oportunidad para transformar los desafíos en ventajas competitivas, permitiendo que las empresas no solo sobrevivan, sino que prosperen en la próxima era de la energía.

Luis Lapiedra

Luis Lapiedra

Socio de Bain & Company en México y Líder de la Práctica de Energía y Recursos Renovables

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