Colaborador Invitado

La minoría que parará todo

El domingo 8 de marzo, las mujeres saldremos a la calle a exigir al Estado y a la sociedad que se nos reconozca el estatus de seres humanos que merecen vivir libres de violencia.

Por Jeny Farías, directora de Proyectos Especiales y Operaciones en Mexicanos Primero .

Muchas instituciones, empresas, organizaciones y universidades se han unido a la iniciativa del 9 de marzo 'Un día sin nosotras', apoyando que sus colaboradoras, alumnas e integrantes mujeres participen en esta protesta social. Se les agradece mucho, pero también se les recuerda que no estamos pidiendo permiso.

El reconocimiento de derechos no es una concesión ni una prerrogativa que nos hemos ganado. Es una deuda pendiente que urge saldar en memoria de las que ya no están, por las que aquí seguimos y por todas las niñas que vienen detrás. No necesitamos autorizaciones o anuencias para exigir dignidad y tampoco habrá distracciones que nos aparten de esta lucha, que si bien no es nueva, gana cada vez más aliadas y aliados.

El domingo 8 de marzo (#8M), las mujeres saldremos a la calle a exigir al Estado y a la sociedad que se nos reconozca el estatus de seres humanos que merecen vivir libres de violencia, para luego hacer un paro de actividades al día siguiente (#9M), que nos permita reflexionar a todos y a todas acerca de nuestro rol en el día a día. ¿No resulta absurdo que, si las mujeres representamos más de 51 por ciento de la población, seamos un grupo calificado como minoría?

Una 'minoría' que aporta 40 por ciento de la fuerza laboral en el país, así como 75 por ciento del trabajo no remunerado, en el que se incluyen las valiosas labores de cuidado y las tareas domésticas. Una 'minoría' que sostiene sola a alrededor de nueve millones de familias. Una 'minoría' en cuyas manos está la educación de los niños y niñas, pues 67.4 por ciento del personal docente en nuestras primarias son mujeres y 53.1 por ciento en las escuelas secundarias. Una 'minoría' que se prepara cada día ocupando 50.15 por ciento de las aulas de educación escolarizada en el sistema público, y 59.4 por ciento de los lugares de capacitación para el trabajo.

Una 'minoría' que aporta al desarrollo y crecimiento de un país que tolera que le pasen tantísimas cosas terribles. Como las 10 muertes al día por feminicidio, con un porcentaje de crecimiento del 111 por ciento en los últimos cuatro años. Como que 66 de cada 100 mujeres de 15 años y más han experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea violencia emocional, física, sexual, económica, patrimonial o discriminación laboral. Como que casi 3.o por ciento de las mujeres casadas se unió a su actual pareja porque fue obligada a hacerlo, ya sea porque se embarazó, se la 'robaron' o bien porque se arregló su unión a cambio de dinero o bienes. Como que a 7.6 por ciento no se les haya permitido asistir nunca a la escuela. Como que 28 niñas menores de 14 años den a luz diariamente.

Por todo esto, la 'minoría' está decidida a marcar la agenda política, esta 'minoría' dice que está cansada de tener miedo, harta de ser invisibilizada, inconforme por ganar menos, enojada por las vidas que le han arrebatado, por los cuerpos que se han manoseado, mancillado, lastimado, amputado, quemado con ácido. Esta 'minoría' seguirá existiendo cuando termine marzo, cuando el calendario no marque más que es nuestro día.

Porque esta 'minoría' ya hizo cuentas, y se percató de que no lo es, que sabe que con ella el país avanza, crece, se reproduce, se enriquece y se educa. Una 'minoría' que está dispuesta a gritar con todas sus fuerzas, a destruirlo todo si nos quitan a una más, a rayarlo todo si no se nos escucha. Una 'minoría' que está más unida que nunca y que parará el país con su ausencia.

Los datos para esta pieza han sido obtenidos de las páginas del Inegi, Inmujeres, SEP y ENAPEA e INEE.

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