Por Alejandra Marcos, Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa.
Este año ha sido particularmente complicado para la economía local e internacional. Ha sido un año de constantes recortes a los pronósticos sobre la economía tanto de México como del mundo. De acuerdo con la encuesta de Citibanamex que se publicó en esta semana, se espera un crecimiento de la economía mexicana de 0.1 por ciento, inclusive hay algunos analistas que pronostican una contracción. De acuerdo con los datos publicados por el INEGI, la economía mexicana decreció 0.4 por ciento en los últimos 12 meses, y de enero a septiembre muestra un crecimiento del cero por ciento.
México no ha sido ajeno a un entorno de desaceleración mundial, la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha cobrado factura en prácticamente todo el mundo. La falta de inversión ha sido la constante en la mayoría de las economías, originada por la incertidumbre y la disminución en el comercio internacional. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las estimaciones sobre el crecimiento económico mundial pasaron de 3.5 por ciento al inicio del año, al 3 por ciento en su más reciente informe de Perspectivas Económicas. Para México, al inicio del año se esperaba un avance en el PIB del 2 por ciento, y ahora la estimación es del 0.4 por ciento, muy difícil de lograr considerando el nulo crecimiento de la economía en los últimos nueve meses. Pero para México, además del complejo entorno internacional, se le formó la tormenta perfecta.
Para comenzar, en el primer trimestre del año, la economía estuvo afectada por eventos extraordinarios tales como el combate al robo de combustible, que originó el desabasto de gasolina en varias ciudades, las huelgas en Tamaulipas y el bloqueo de las vías férreas en Michoacán. Además, la inversión se ha contraído cerca del 10 por ciento porque los empresarios no han tenido la suficiente certidumbre, no sólo sobre las políticas públicas de la administración que acaba de llegar, sino porque no se sabía a ciencia cierta si existiría la suficiente demanda para aumentar la producción que justificaran las nuevas inversiones.
Por otro lado, el sector de construcción, que representa el 12 por ciento del PIB, se encuentra en recesión por la falta de permisos, clausuras y suspensiones de prácticamente todas las obras de la Ciudad de México. Esto a la postre originó una oleada de inseguridad que se suma a la fragilidad del Estado de derecho.
Adicionalmente, el freno en el gasto público ha originado gran parte del estancamiento de la economía. Tradicionalmente cada cambio de sexenio derivado de la falta de expertisse, hay una ejecución más lenta del gasto, sólo que en esta ocasión ha sido mayor. De acuerdo con datos publicados por la SHCP, hay un subejercicio del presupuesto por cerca de 81 mil millones de pesos al mes de septiembre. Destaca que el subejercicio se ha dado principalmente en proyectos prioritarios del gobierno, por lo que el dinero no llega a la población. El factor dominante en la contribución del PIB es el consumo. Mientras que el resto de los componentes disminuyen, el consumo y las exportaciones crecen. Los grandes contrapesos de la debilidad de la demanda han sido los niveles máximos de las remesas, niveles históricamente altos de la confianza del consumidor y una inflación controlada, pero aun así el consumo ha perdido gran parte del impulso que había sostenido en años anteriores.
Es prioritario para el gobierno reactivar la economía. Empresarios, mercados e inversionistas están a la espera de los planes de infraestructura y vivienda, que se deberán conocer en las siguientes semanas. Por otro lado, ha mejorado modestamente la percepción y el gobierno deberá de continuar abonando a generar confianza y certidumbre. Ante una solución del conflicto comercial entre las dos potencias más grandes del mundo, han disminuido las probabilidades de una inminente recesión. Es así que estamos posicionados para cerrar un año que sin duda será para olvidar, pero frente a una mejor cara para el 2020, que por lo pronto esperamos que, dadas las bajas bases comparativas sea de crecimiento, moderado, pero crecimiento al fin.