"Hicieron él y otros ingenieros, Riobóo, hicieron un proyecto de segundo piso. Claro que quienes les pidieron este proyecto era para que se cobrara si se hacía el segundo piso", así recordó ayer Andrés Manuel López Obrador al ingeniero David Serur tras anunciar su muerte.
"Al final no hicieron nada, porque el gobierno no los apoyó y quedaron por ahí los bocetos, el proyecto y cuando lo conocí me planteó lo del proyecto. Y le dije que estaba yo interesado y fui a su despacho. Y ahí de las cajas salió el anteproyecto y me explicó y me convenció y dije vamos, a diferencia de que no iba a ser de paga, pero lo íbamos a hacer…"
El proyecto del segundo piso del Periférico ciertamente fue de Serur, pero quien lo empujó y lo planteó al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari fue Emilio Azcárraga Milmo. El Tigre incluso estaba dispuesto a financiarlo, pero sí, como dice López Obrador, sus promotores tenían la intención de cobrar peaje, a lo que el mismo Salinas se opuso y el proyecto ya no voló.
Años después, ya como jefe de Gobierno, el tabasqueño conoció del mismo Serur el proyecto. Fue durante una cena que organizó Adolfo Fastlich Kurian, entonces presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), con hombres de negocios de la comunidad judía.
Los de la ADI solían reunirse cada mes en la casa de algunos de sus socios. AMLO acababa de asumir la jefatura de Gobierno del entonces DF y fue invitado a una cena de honor por ese grupo. Marcos Fastlicht Sacker fue el artífice de ella.
Pidió a su amigo Isaac Saba Raffoul que convenciera a López Obrador para que asistiera. El político aceptó, pero rechazó ir a la casa de alguno de los empresarios y propuso que la cena fuera en el patio del antiguo edificio del Ayuntamiento.
Por ahí estuvieron desarrolladores que hoy concentran las grandes inversiones de la ciudad y que paradójicamente Claudia Sheinbaum, como jefa de Gobierno, afectó con el veto que impuso durante sus primeros 18 meses de gobierno a la construcción en la metrópoli.
Apunte, además de Serur, Fastlicht y Saba, a Marcos Shabot, Freddy Helfon, José Daniel, Abraham Metta, Jorge Quinzaños y Alfonso Salem, este último en representación de Carlos Slim.
Fue en esa cena que Serur desempolvó su proyecto del segundo piso del Periférico. A López Obrador le fascinó la idea y le dieron para adelante semanas después.
Serur puso manos a la obra e invitó a José María Riobóo, quien haría el diseño estructural y vial. El constructor designado por el gobierno capitalino fue Grupo INDI, de Manuel Muñozcano, quien lamentablemente acaba de fallecer.
El ahora presidente de la República ya traía diferencias con César Buenrostro, su secretario de Obras Públicas, herencia de Cuauhtémoc Cárdenas, y lo sacó de la jugada. El proyecto del segundo piso se lo encomendó a Sheinbaum, quien era la secretaria de Medio Ambiente.
Los contratos fueron asignados arbitrariamente y en la opacidad. Jamás se supo a ciencia cierta cuánto costó ese Periférico elevado de 12 kilómetros que corre del Eje 5 de San Antonio a la Glorieta de San Jerónimo.
Pero esa ya es otra historia.
HOY A LA medianoche vence el plazo para que el sindicato de pilotos y Aeroméxico definan una propuesta de ahorros. Dado que la compañía de Eduardo Tricio y el gremio que lidera Rafael Díaz no se pusieron de acuerdo el 31 de diciembre, empezó a correr un plazo extra de siete días que estableció la jueza Shelley C. Chapman, de la Corte de Quiebras de Nueva York, para que entreguen un acuerdo definitivo. En las últimas horas las negociaciones entre las partes se han intensificado. Entre los mil 800 pilotos hay una facción radical que no está dispuesta a ceder un ápice del contrato colectivo. Le mencioné que se les cargan ahorros hasta por 500 millones de dólares. Ayer el sindicato de sobrecargos llevó a cabo su propio proceso de votación. El gremio que encabeza Ricardo del Valle estaba por respaldar la propuesta de la aerolínea que dirige Andrés Conesa. El sindicato de trabajadores de tierra Independencia y el STIA ya firmaron nuevos contratos colectivos de trabajo.
POSADAS ESTÁ EN pleno desarrollo de proyecciones y fundamentos financieros para construir una reestructura financiera del bono de 450 millones de dólares que se le vence el año próximo. En eso están Rothschild que capitanea Daniel Nicolaievsky, que representa a los bonistas, y DD3 Capital, de Martín Werner, que asesora al grupo hotelero que preside José Carlos Azcárraga. La estrategia de éste es preservar la liquidez, de ahí que en diciembre volvieran a defaultear por segunda vez el pago de intereses de dicho papel. Ya son 31 millones de dólares. La única forma de no pagar es que los accionistas principales, léase Alfredo Harp, Roberto Hernández y Fernando Chico, ya tengan un acuerdo con un tercero que controle la deuda. ¿Se acuerda de David Martínez en Vitro y después en ICA? Algo más o menos así.
TAMBIÉN ESTAMOS A días de que se defina la compra de los canales de FoxSports. El único tirador es el grupo español MediaPro, que fundó Jaume Roures. Pero Walt Disney Company sigue presionando al Instituto Federal de Telecomunicaciones para que pase por alto su resolución de que la venta de los canales deportivos sean a un tercero, so pena de vetar la fusión aquí con 21st Century Fox. El gigante presidido por Bob Chapek ya hizo una petición formal al regulador que encabeza Adolfo Cuevas para quedárselos ellos mismos. El abogado general así lo planteó a los comisionados hace ya varias semanas. Argumentó que la pandemia por el Covid-19 modificó a nivel mundial la industria del deporte.
AYER SE PRENDIERON las alarmas en los bufetes de abogados penalistas de connotados personajes de la vida política de México. Y es que bastó con que Andrés Manuel López Obrador dijera en la conferencia mañanera que pediría cuentas del avance del caso Emilio Lozoya Austin, para que se activaran supuestas indagatorias y carpetas sobre Enrique Peña, Luis Videgaray, Francisco García Cabeza de Vaca, Francisco Domínguez, Ricardo Anaya, Jorge Luis Valle, David Penchyna, Ernesto Cordero, José Antonio Meade, José Antonio González Anaya y Carlos Treviño, principalmente.
ALEJANDRO DEL VALLE presentó en la penúltima semana de diciembre un plan para reflotar a Interjet. Es su última carta y depende, otra vez, de un apoyo que Raquel Buenrostro desde el SAT, es un hecho que no dará para que se liquide el abultadísimo pasivo fiscal que ronda ya 7 mil millones de pesos. El esquema consiste en el pago de impuestos, incluido el TUA, a través de una figura de 'deudor sustituto', acceso a crédito de la banca privada y de desarrollo y continuidad de la operación con fondos para nóminas. Se ve muy muy cuesta arriba, pero ese es el plan.
POR CIERTO QUE ayer el Juzgado Tercero de Distrito del estado de Quintana Roo desechó la petición de quiebra de Interjet Vacations, que como ayer le informé, es una empresa de Miguel Alemán Magnani que no formó parte del acuerdo de venta a Alejandro del Valle. Es la segunda ocasión que el Poder Judicial batea la solicitud por estar plagada de inconsistencias. Por ejemplo, no exhibe estados financieros certificados, no señala domicilios y lo más importante: no indica todos los datos de sus acreedores y deudores. El apoderado legal es Eduardo Delgado.
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