La Cuarta Transformación

Acredita UIF a los Zebadúa lavado de dinero en casinos

La Fiscalía General de la República no puede otorgar a Emilio Zebadúa el criterio de oportunidad que está solicitando.

La Fiscalía General de la República no puede otorgar a Emilio Zebadúa el criterio de oportunidad que está solicitando para atajar las denuncias que pesan sobre él por operar la 'estafa maestra'.

Y es que el exfuncionario no sólo mintió en las declaraciones que rindió a la instancia que comanda Alejandro Gertz Manero, sino que tendría que reponer el daño por el fraude económico que se le imputa.

La Unidad de Inteligencia Financiera le detectó una serie de operaciones y cruces financieros en el que figuran su hermano José Ramón y su hermana Lourdes.

A esta última, los sabuesos de Santiago Nieto incluso le detectaron millonarias operaciones en casinos, lo que implicaría una estrategia de lavado del dinero del que se acusa a su hermano, Emilio, que provino de operaciones que hoy mantienen en la cárcel a su ex superior jerárquica, Rosario Robles Berlanga.

La pregunta es si Emilio, en el criterio de oportunidad que negocia con la 4T, seguirá el mismo camino del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, en el sentido que aportará información que incrimine a personajes como Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio ChongJosé Antonio Meade, o incluso el expresidente Enrique Peña Nieto, para salvar a sus hermanos.

¿Habrá nuevamente impunidad y además no devolución del dinero defraudado? ¿La FGR va a aceptar sus mentiras y omisiones, cuando la UIF lo tiene denunciado desde septiembre del año pasado?

Zebadúa se desempeñó como oficial mayor de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) de 2015 a 2018, funciones por las cuales percibió ingresos de 2015 a 2017 por la cantidad de 7 millones 226 mil 609 pesos.

De las declaraciones presentadas por el denunciado se desprende que en el año 2018 percibió 2 millones 480 mil 610 pesos, dando un total de 9 millones 707 mil 219 pesos.

Financieramente se detectaron a nombre del exfuncionario las siguientes cuentas o contratos en cuatro diversas instituciones: Banamex que comanda Manuel Romo, Santander que dirige Héctor Grisi y Scotiabank que maneja Adrián Otero.

Asimismo, se identificó que Zebadúa en el periodo que comprende de junio de 2015 a julio de 2018 erogó por concepto de tarjetas de crédito de American Express la cantidad de 14 millones 861 mil 646 pesos.

Esas transacciones llamaron la atención de la UIF, pues la cantidad que Zebadúa eroga por concepto de tarjetas de crédito sale del perfil transaccional manejado por él mismo, pues no debe pasar desapercibido  que de las declaraciones patrimoniales del denunciado, así como de las declaraciones presentadas por la Sedatu, se desprende que en el periodo comprendido de septiembre de 2015 al año 2018 percibió por concepto de sueldos y salarios la cantidad de 9 millones 707 mil 219 pesos; sin embargo erogó, por cuanto ve a tarjetas de crédito, un excedente de 5 millones 154 mil 427 pesos más de lo que percibió por su función como servidor público.

Lo que antecede hace probable que Emilio Zebadúa percibiera diversas cantidades de efectivo por la comisión de actos de corrupción, pues ninguna otra justificación se encuentra en la conducta de un servidor público que eroga cantidades mayores a las que recibe por concepto de sueldos, máxime cuando si bien de la información con que cuenta la UIF se desprende que Zebadúa es accionista en las personas morales TOMAU S.C. y Zenago Editores S.C., también es cierto que en relación a dichas personas morales, el exfuncionario no registra ingreso alguno en sus instrumentos financieros y tampoco declara ante la autoridad fiscal ingresos por tal concepto.

Aunado a lo anterior no pasa desapercibido que de la información con que cuenta el órgano de inteligencia se desprende que Emilio Zebadúa cuenta con un apoderado legal, quien resulta ser su hermano, José Ramón Zebadúa, y que en tal sentido se identificó en los instrumentos financieros manejados por este último un esquema de operatividad incongruente.

Por ejemplo, en el periodo que comprende los años 2018 y 2019 su hermano envió transferencias internacionales por un total de 470 mil 865 dólares, de los cuales 335 mil dólares, es decir, aproximadamente 6 millones 700 mil pesos, fueron enviados a favor de Fox Partners Enterprises LLC DBA Mercury Title.

Dicha operación sin que se identifique relación comercial entre José Ramón Zebadúa y la empresa señalada, por lo que el envío en cantidades millonarias de recursos genera inusualidad al no poder establecerse la finalidad de la operación realizada.

Se conoce además que en 2017 el hermano de Emilio adquirió un inmueble ubicado en Polotitlán, Estado de México, por el que pagó 3 millones de pesos.

Asimismo se identificó que en el periodo comprendido por los años 2015 a 2019 el mismo José Ramón registró gastos por concepto de tarjetas de crédito American Express por un monto de 45 millones 300 mil pesos.

Es decir, de acuerdo a lo establecido, se sabe que en el periodo comprendido de los años 2015 a 2019 el apoderado legal erogó al menos la cantidad de 48 millones 300 mil pesos, así como 470 mil 865 dólares, lo anterior por concepto de gastos realizados con tarjeta de crédito, enajenaciones y transferencias internacionales.

Pero al contrastar la información financiera de José Ramón Zebadúa con la información declarada ante la autoridad fiscal, se desprende que se localizaron declaraciones anuales presentadas por los ejercicios 2015 a 2018 ingresos por un total de 21 millones 859 mil 157 pesos y un impuesto de causado de 7 millones 128 mil 596 pesos.

Es decir, sus ingresos totales en el periodo 2015-2019 oscilaron en los 14 millones 730 mil 561 pesos.

En el mismo orden de ideas declaró ingresos por préstamos por un total de 18 millones 830 mil pesos durante los ejercicios 2016-2018.

Finalmente, en 2019 se identifica que ha percibido ingresos por concepto de sueldos y salarios de dos empresas, Innovaciones Intelectuales Javornik por la cantidad de 700 mil pesos, así como de RH Actinom por 60 mil 464 pesos.

Es decir, fiscalmente José Ramón ha declarado ante la autoridad hacendaria ingresos totales que ascienden a 34 millones 321 mil 27 pesos, ello en el periodo que comprende los ejercicios fiscales 2015 a 2019, no obstante que en el mismo periodo realizó gastos por 48 millones 300 mil pesos, así como 470 mil 865 dólares, lo que se traduce a moneda nacional a un aproximado a 57 millones 717 mil 302 pesos.

En tales circunstancias, la UIF considera irregular que una persona física realice erogaciones por un monto que supera sus ingresos en aproximadamente 70 por ciento, máxime cuando resulta evidente que los mismos se encuentran justificados en una actividad lícita.

Asimismo, la falta de declaración de tales ingresos ante la autoridad fiscal puede ser una estrategia elaborada por José Ramón Zebadúa para evitar que el verdadero origen de los recursos operados sea conocido por la autoridad fiscalizadora y con ello lograr el ocultamiento de recursos provenientes de actividades ilícitas e incluso, posiblemente, provenientes de actividades realizadas por su hermano Emilio Zebadúa.

Asimismo, se identificó que el ex oficial mayor de la Sedatu tiene registrado un domicilio ubicado en Carretera México-Toluca 5265 PH1, en Cuajimalpa, que comparte con su hermana Lourdes Zebadúa, de quien también se identificaron operaciones irregulares que dan lugar a dudas sobre el origen de los recursos operados.

En tal contexto se conoció que en el periodo comprendido entre los años 2017 a 2019 su hermana erogó por concepto de gastos realizados en casinos la cantidad de 58 millones 600 mil pesos.

Asimismo, se sabe que en el periodo comprendido entre los años 2014 a 2019 erogó 26 millones 100 mil pesos, lo que antecede relacionado con transacciones con tarjetas de crédito.

Lo relevante de esas operaciones en principio de cuentas deriva de que no se cuenta con información suficiente para contrastar los ingresos de Lourdes Zebadúa, puesto que la misma es omisa en presentar declaraciones de ingresos y egresos ante la autoridad hacendaria, por lo que se desconoce cuál es el origen de las cantidades de activos que opera, lo que se considera es una estrategia para no enterar a la autoridad fiscal acerca de los montos transaccionados, pues con un alto grado de probabilidad, los mismos provienen de actividades ilícitas.

Asimismo, por lo que hace a las cantidades operadas en casinos, de acuerdo al Grupo de Acción Financiera contra el blanqueo de capitales, la industria de los juegos de azar es fuente importante de blanqueo de activos, mismos que provienen de actividades ilícitas y son invertidos en fichas de casinos o certificados de regalo de los mismos, con la finalidad de dar la apariencia de licitud de los recursos operados.

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