Decíamos aquí, apenas el 2 de mayo, que Andrés Conesa ha sido el arquitecto de la nueva Aeroméxico. Llegó en 2003 proveniente de la Secretaría de Hacienda a reordenar la industria.
El entonces secretario Francisco Gil Díaz encomendó a ese joven egresado del ITAM que venía de la Dirección de Planeación Hacendaria la fusión de Aeroméxico y Mexicana, en poder del Estado.
Conesa creó la controladora Cintra y operó la venta de Mexicana al grupo de Gastón Azcárraga y Aeroméxico a Banamex, entonces de Roberto Hernández y Alfredo Harp, y un grupo de inversionistas.
En 2005 Aeroméxico lo fichó como CEO. Explotaron sus relaciones con el equipo hacendario: Agustín Carstens, José Antonio Meade y Luis Videgeray. La línea se movía a sus anchas.
Pero años después el capital se reconfiguró y los problemas para Conesa iniciaron. Valentín Diez Morodo, pero sobre todo Eduardo Tricio, asumieron el control como accionistas mayoritarios.
Banamex se salió y con el banco una docena de empresarios que hicieron la 'vaquita'. Tricio, el dueño de Grupo Lala, desde el principio tuvo roces con su CEO, pero a éste lo respaldó el gobierno.
Memorable aquella reprimenda en la que decía no entender por qué el director de Aeroméxico despachaba en una cómoda oficina de Reforma y no atendía desde las instalaciones del aeropuerto.
En esa misma entrega de hace 27 días señalamos que Conesa ya no es funcional en el gobierno de la 4T. Pero tampoco Tricio es bien visto por Andrés Manuel López Obrador. Y así lo están haciendo ver.
Ayer la SCT, que comanda Javier Jiménez Espriú, que como exdirector de Mexicana vivió de cerca el poder de Aeroméxico en los últimos tres sexenios, se deslindó de lo que pudiera ser un Waterloo.
El Waterloo de Conesa y Tricio: ¿quién llamó para detener y regresar el vuelo AM198 del sábado que volaría de Mexicali a la CDMX? Una grave falta en esta ya larga cadena de yerros operativos.
La orden al piloto, cuya entidad está guardada bajo siete llaves, tuvo que salir de las áreas de Despacho y Control de vuelos de Aeroméxico. ¿Quién tiene la fuerza para doblar a un piloto?
¿El director, el presidente o un consejero propietario? ¿O por ahí saldrá un chivo expiatorio? Aeroméxico en la tablita.
UN RUBRO QUE debe poner sus barbas a remojar es el de los despachos fiscales. El adelanto que le dimos ayer, de lo que parece ser una cacería del SAT contra familias como las de Marcos Achar, Carlos Senosian y Juan Collado, sí se refiere a quienes se acogieron al programa de repatriación de capitales que impulsó el sexenio pasado el entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade, y su entonces titular de ese organismo, Aristóteles Núñez. El esquema era bueno, pero se prostituyó por la intervención de bancos y asesores fiscales que ofrecieron operaciones back to back que resultaron en una tomadura de pelo. Hoy la nueva jefa del SAT, Margarita Ríos-Farjat, y el procurador fiscal, Carlos Romero, cayeron en cuentas.
OTRO SIGNO DE temor por la incertidumbre que permea ya en varios estratos se refleja en los negocios inmobiliarios. Nos hemos referido en varias ocasiones a la sequía de nuevos proyectos en la CDMX por el freno que impuso el gobierno de Claudia Sheinbaum. Otra expresión se da en la inusual venta de casas habitación. Por ejemplo, en el desarrollo Bosques de Santa Fe se han multiplicado las propiedades en venta o renta. De una veintena que había hace un año ahora hay cerca de 150. El complejo habitacional lo desarrolló Dine, de Fernando Senderos. El metro cuadrado llegó a cotizarse hasta en 8 mil dólares, solo equiparable a la calle de Rubén Darío en Polanco.
Y BUENO, QUÉ pensar del proceder ayer de la Unidad de Inteligencia Financiera a cargo de Santiago Nieto. Sin decir 'agua va' el organismo congeló las cuentas de Altos Hornos de México (AHMSA) y de Alonso Ancira en lo particular. En el caso de la acerera se le cerró la llave a un flujo diario de 15 millones de dólares, recursos con los que se financia la operación y se paga a proveedores. No hubo notificación ni mucho menos derecho de audiencia. Cuando quisieron hacer operaciones con Banorte y Afirme fueron los funcionarios de esos bancos de Carlos Hank González y Julio Villarreal quienes les dieron la noticia.
LOS ACREEDORES DE Abengoa, que preside Joaquín Fernández, saltaron cuando la semana pasada la firma sevillana inauguró la planta A3T, en Tabasco. Esa cogenaradora está impugnada como "fraude de acreedores" porque la subsidiaria mexicana transmitió ilegalmente el 49 por ciento de sus acciones a la matriz española. Abengoa México arrastra una deuda de 18 mil millones de pesos con BanBajío de Salvador Oñate, Banco Base de Lorenzo Barrera, Infonavit de Carlos Martínez y el Instituto de Pensiones de Jalisco que lleva Iván Argüelles.
SOLO UN INTERESADO en la base de mantenimiento de Mexicana está haciendo una auditoría de compra. Ya le habíamos mencionado que se trata de MRO Holdings, de Roberto Kriete, el fundador de TACA y accionista de Volaris, que dirige Enrique Beltranena. Es el más serio. Caoba Capital, un banco boutique de El Salvador que dirige José Ofilio, es el asesor financiero. En unas tres semanas podría concluir el due-dilligence y presentarse una oferta de compra.
HACE UN PAR de semanas le dimos cuenta del despido masivo que María Asunción Aramburuzabala efectuó en Abilia, su negocio dedicado al sector inmobiliario. Ejecutivos con más de 15 años de acompañarla en sus proyectos, como Guillermo Buitano, fueron cesados. La empresaria los reunió el lunes 13 de mayo, confiscó celulares y corrió a todos los directores. El argumento fue "abuso de confianza". Se habla de un fraude que ya se investiga.
OTRO PLEITO QUE también ya se fue a arbitraje es el de Tecnologías Relacionadas con Energía y Servicios Especializados (Trese), de Ricardo Silva, y Sistemas Integrales de Compresión, de Mariano Hernández. La segunda demandó a la primera que está declarada en quiebra y con adeudos cercanos a los mil millones de pesos. El panel ya quedó constituido. El árbitro de la demandada es Raúl Valencia, el de la demandante José Sáenz y el presidente es Rodrigo Zamora.