Pemex desistió de la petición, a sus principales contratistas, de pagar hasta 2021 las obras facturadas y reconocidas oficialmente para evitarse una sanción de la Comisión de Valores (SEC) de los Estados Unidos.
Los pupilos de Octavio Romero comprendieron que maquillar los estados financieros de 2020 con esa solicitud, los ponía en violación de la Ley Sarbanes-Oxley, lo que aceleraría la degradación de su calificación.
Recordará que aquí le informamos que en enero-febrero liquidaría lo de mayo y junio de 2020, en marzo-abril lo de julio y agosto, en mayo- junio lo de septiembre y octubre y en julio-agosto lo de noviembre y diciembre.
Por eso algún avezado de la Secretaría de Hacienda, que lleva Arturo Herrera, hizo ver al director financiero, Alberto Velázquez, que no era por ahí y que mejor se negociara otra fórmula que implique pagos ya.
Con la espada de Damocles de la SEC encima, Pemex llegó a nuevos acuerdos la semana pasada para dar trámite a 300 contratos que involucran a 100 contratistas, incluidos ahora 85 más que no se tenían.
El global de adeudos revisados en las negociaciones con esos 100 contratistas suma 130 mil millones de pesos. Eso es lo que está en la ventanilla de Codificación de Pagos y Descuentos (Copade).
De las facturas aceptadas ya, Pemex va a pagar este año para no incurrir en violaciones a las leyes financieras de Estados Unidos 95 mil millones de pesos, y quedarán pendientes otros 35 mil millones en 2021.
De los 300 contratos 220 se están ampliando y 80 fueron modificados, lo que significó una reprogramación de pagos. En el primer caso, en el de los 220, son compañías con más de un contrato.
Aquí hablamos del grupo de 25 más grandes: Protexa de Rodrigo Lobo, Bosnor de Ramiro Garza, Cotemar de Mario Dávila, Perfolat de Carlos Vizcarra, Halliburton que lleva Hermes Aguirre.
La lista continúa con Schlumberger que dirige José de Jesús Gutiérrez, Seamex de David Martínez, Opex de Alfredo Miguel Bejos, Baker Hughes que preside Lorenzo Simonelli.
Además TAMSA de Paolo Rocca, Costa Mesa de Eduardo Tricio y Daniel Servitje, Weatherford que maneja Mark A. McCollum, Perforadora Latina de Adolfo del Valle y Tayphoon al mando de Bernardo Villacecias.
Parte de estos contratistas, que facturan más de mil 500 millones de pesos anuales, aceptaron firmar convenios y ampliar contratos a cambio de ofrecer descuentos a Pemex que van en un rango de entre 5 y 20 por ciento.
Se les pagará este mismo año entre 70 y 80 por ciento de sus Copades, algo así como 90 mil millones de pesos en conjunto. Son 25 grandes contratistas los que ya están en la etapa de firma de convenios.
Amén de esos grandotes, Pemex Exploración y Producción (PEP) sumó 85 contratistas más pequeños, que facturan al año no más de 250 millones de pesos, a los que se les liquidará 100 por ciento de sus adeudos.
Estamos hablando de fabricantes de válvulas, suministros de refacciones, tecnología de información, proveedores de grúas, rentas y movimiento de equipos, químicas y constructoras, principalmente.
A ellos se les saldará, en teoría, toda la deuda. Pemex desembolsaría para tal fin 3 mil millones de pesos para evitar la quiebra de muchos negocios que están en vilo desde el inicio de la 4T.
Y decimos que 'en teoría', porque todos estos acuerdos, los de los 25 grandes y los 85 Pymes, son con PEP, que ya acordó con ellos cómo facturar y pagarles para no violar la Ley Sarbanes-Oxley.
Ahora falta que la dirección Corporativa de Finanzas de Pemex libere los 95 mil millones de pesos y los 'devengables'. Pequeño detalle.
LOS MENSAJES DE Palacio Nacional fueron contundentes: "Háganse a un lado y absténganse de litigar". Si no obedecían, toda la fuerza del Estado recaería sobre ellos. La recomendación-advertencia fue del Consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, a los penalistas que operaron los principales casos en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Apunte por ejemplo a Javier Coello que defendió a Emilio Lozoya Austin y a Diego Ruiz que patrocinó la de Guillermo Billy Álvarez. Pero también a José Luis Nassar, que manejó el del exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval; a Alonso Aguilar Zínser, que encabezó las de Rodrigo Medina y Mario Marín, principalmente. La 'sugerencia' ha llegado a otros despachos, como los de Marco del Toro, Fernando Gómez Mont y Antonio Lozano. Y es que con la cruzada que la 4T inició contra sus adversarios políticos de los últimos dos gobiernos, muchos de los señalados podrían recurrir a sus servicios. Lo mismo pasa con los fiscalistas.
ESTA SEMANA EMPEZARÁ a sonar la máquina registradora de Aeroméxico, que preside Javier Arrigunaga. Y es que ingresarán los primeros 100 millones de dólares de los 200 millones que comprometió Apollo Management Global. En septiembre el fondo neoyorquino capitalizará los otros 100 millones para completar el primer tranche. El segundo paquete de 800 millones iniciaría antes de que termine el año con 170 millones de dólares más. Apollo, de Leon Black, dejó en el camino a JPMorgan. Este último banco presidido por Jamie Dimon planteó en su oferta a Rothschild, el banco asesor, un préstamo de cuando mucho 700 millones de dólares.
CAR VAL INVESTORS, el poderoso fondo de Cargill, es uno de los que componen también el Comité de Acreedores Comunes de Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa. Tiene en custodia activos por más de 10 mil millones de dólares en el mundo. A través de este vehículo, Cargill, que preside David MacLennan, también es hoy el principal acreedor de Altos Hornos de México, de Alonso Ancira. El gigante prestó 575 millones de dólares en 2018 para concluir su reestructura financiera, cuya situación dio un vuelco con la congelación de cuentas y persecución de Ancira por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. No los pierda de vista.
MÁS ALLÁ DEL escándalo por dar dinero a Pío López Obrador, David León Romero no crea que había avanzado en la creación de la nueva empresa estatal que se hará cargo de las compras y distribución de medicamentos, vacunas e insumos para la salud. Birmex, el vehículo que fallidamente desde que inició este régimen se ha querido utilizar para tal fin, está en punto menos que muerto. Sus empleados van a laborar una vez a la semana por la pandemia. No hay orden desde que la dejó Carlos Rello, ahora director de Interjet. El de León fue más bien un anuncio de relumbrón del presidente Andrés Manuel López Obrador.