Contra los pronósticos apocalípticos de la oposición, México avanza en el camino de la recuperación. Para este año, la Secretaría de Hacienda estima un crecimiento económico para 2021 de 6.3 por ciento, una cifra que coincide con la ofrecida por el Banco de México. Para 2022, el crecimiento sería de 4.1 por ciento y en los siguientes años las estimaciones irán disminuyendo hasta alcanzar 2.5 por ciento en 2025.
Con estos números a la vista conviene recordar que la recuperación de 2010, tras otra pandemia, se dio con aumento de impuestos (se incrementó el IVA, se creó el IETU y aumentaron otros rubros).
La estabilidad macroeconómica y social, así como la disciplina fiscal, son los ejes del proyecto transformador del gobierno de México.
Las decisiones que se tomaron para enfrentar la crisis derivada de la pandemia (que produjo una caída de -8.3 por ciento) han permitido una recuperación acelerada que se fundó en las políticas de bienestar, en la responsabilidad fiscal sin aumento de impuestos y en proyectos estratégicos de desarrollo generadores de empleo.
Llegamos al momento de la definición del presupuesto con presiones inflacionarias que llevaron al Banxico a prever una inflación de 5.7 por ciento al cierre de 2021, y con un tipo de cambio estable (se estima un tipo de cambio promedio de 20.1 pesos por dólar).
En los Criterios Generales de Política Económica para 2022 se destacan las acciones emprendidas para lograr la recuperación económica. En primer lugar, el Programa Nacional de Vacunación que ha permitido que 65por ciento de la población mayor de 18 años haya recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19; los programas de bienestar vigentes desde 2019; las reformas laborales y el sostenido incremento al salario mínimo (45.3 por ciento en lo que va de esta administración); y la inversión en infraestructura estratégica para el desarrollo.
Así, la producción de petróleo crecerá 9.6 por ciento durante la actual administración, lo que es acorde con las metas del Plan de Negocios de Pemex 2021-2025.
Cabe decir que aumentará la producción pero las exportaciones disminuirán 25.2 por ciento, lo que significa que el petróleo se procesará en el país en una gran parte, sobre todo a partir de 2023, cuando se prevé inicie operaciones la Refinería de Dos Bocas.
Los proyectos de infraestructura que son ya signos de este sexenio tendrán un presupuesto total de 130 mil 752 millones de pesos, parte de un gasto neto estimado de 7 billones de pesos.
Se espera que a nivel global disminuyan las presiones inflacionarias y que haya estabilidad en los mercados financieros, lo que permitirá bajar la inflación en México en el contexto de un mayor dinamismo del comercio exterior y de mayor integración entre las cadenas de valor con nuestros socios comerciales.
El paquete económico entregado al Congreso será una herramienta clave para la recuperación económica frente a los saldos de la pandemia y al mismo tiempo para la consolidación del proyecto de nación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el conjunto de propuestas, destaca creación del Régimen Simplificado de Confianza para personas que reciben ingresos de hasta 3.5 millones de pesos anuales, que se espera permita seguir aumentado la base de contribuyentes. Se espera que con este régimen y otras medidas se pueda llevar la recaudación a un máximo histórico de 3.94 billones de pesos en 2022.
En un escenario global de gran complejidad, nuestro país avanza con estabilidad macroeconómica, aprovecha plenamente las ventajas que ofrecen instrumentos como el T-MEC, cosecha los frutos de las acciones oportunas que se pusieron en marcha para enfrentar la crisis sanitaria y para avanzar en el bienestar de la población.
Sin deuda, sin aumento de impuestos, impulsando una clara separación de los poderes político y económico ha sido posible incrementar la recaudación para dedicar más recursos a programas que benefician a las mayorías.