Dolores Padierna

Subsidios e inflación

El gobierno de México ha decidido mantener el subsidio a la gasolina para contener la inflación y como un instrumento para que los salarios no pierdan poder adquisitivo.

Diputada Federal por la LXIV Legislatura

Para hacer frente a la volatilidad reinante en el mercado petrolero internacional, y con la finalidad de que el precio de la gasolina no aumente por encima de la inflación, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tomado la decisión de mantener el subsidio fiscal a los combustibles.

El precio ya mostraba una tendencia alcista debido a la reactivación de la economía mundial, pero la guerra de Ucrania, con las consecuentes sanciones contra Rusia, acentuaron ese camino al alza.

El petróleo Brent del Mar del Norte, referencia internacional, rebasó la barrera simbólica de 100 dólares por barril el 28 de febrero y para el 8 de marzo había alcanzado 123 dólares, prácticamente el doble de la cotización promedio de diciembre. El anuncio de una ola de coronavirus en China desplomó las cotizaciones, pero se recuperaron rápidamente. Actualmente el precio se mantiene alrededor de los 120 dólares.

Al 24 de marzo, la mezcla mexicana de petróleo se vendía en 112 dólares por barril, muy por arriba del estimado de la SHCP para este año (55.1 dólares). En comparación con el cierre del 2021, el precio se ha incrementado en 55 por ciento.

Frente a ese panorama, el gobierno de México ha decidido mantener el subsidio a la gasolina para contener la inflación. Se trata de cuidar la economía familiar y evitar que la sostenida recuperación salarial emprendida con éxito por esta administración se vea afectada. Las mexicanas y mexicanos tenemos amargos recuerdos de los perniciosos efectos de la inflación, sobre todo en los estratos de menores recursos.

De ahí la decisión de utilizar el subsidio a la gasolina como un instrumento para que los salarios no pierdan poder adquisitivo. La gasolina es uno de los 299 genéricos individuales que más peso tienen en la determinación en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).

El esquema de subsidios se basa en la variación del cobro de los impuestos que se aplican en el comercio de los combustibles. El mecanismo principal consiste en el cobro flexible del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS). Cada año el Congreso fija una meta de recaudación de ese impuesto, acompañada de la autorización para el gobierno de variar semanalmente el descuento sobre el gravamen. La diferencia entre la meta de recaudación por litro y lo realmente recaudado se contabiliza como un subsidio fiscal. El descuento en el pago del IEPS aumenta cuando el precio internacional crece y disminuye cuando la cotización global disminuye. Con ese movimiento alternativo se logra estabilizar los precios internos.

Tal esquema funciona desde que se liberalizaron los precios en 2017 y ahora se utiliza con la finalidad de que no haya más gasolinazos, y para garantizar que el incremento no será mayor que la inflación.

Con la fórmula establecida por la SHCP, en estos días gasolinas y diésel alcanzan un estímulo fiscal de cien por porciento sobre el IEPS, así como un estímulo complementario que va de dos a cuatro pesos. Así la gasolina Magna recibe un subsidio fiscal de 5.5 por litro y uno complementario de 2.4 pesos (un total de 7.9 pesos por litro). El estímulo al diésel alcanza 10 pesos.

Sin el esquema de subsidios, el precio de la gasolina Magna rondaría los 30 pesos, con variaciones según la región y la marca.

En este punto conviene recordar que a principios de marzo, con el pretexto de las tensiones geopolíticas, varias gasolineras en el Valle de México –de transnacionales con oscura reputación– vendieron la gasolina Premiun a 30 pesos. La Profeco clausuró los establecimientos abusivos.

Subsidios similares, que se aplican en naciones como Estados Unidos y Canadá, han permitido que México cuente con la gasolina más barata entre muchas naciones (10 pesos menos por litro respecto de nuestro vecino del norte).

Como expuso la SHCP en los Criterios Generales de Política Económica para este año, “un aumento en el precio del petróleo incrementa los ingresos por exportaciones de petróleo más que el incremento de los gastos por importación de hidrocarburos para Petróleos Mexicanos”. Es decir, entra más por exportaciones de petróleo crudo de lo que sale por importación de gasolinas.

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