Dolores Padierna

Responsabilidad, deuda y segundo piso de la transformación

El comportamiento y manejo de la deuda del sector público es una prueba de la disciplina con que se han administrado las finanzas públicas, lo que ha contribuido a la estabilidad macroeconómica.

Recientemente, las autoridades hacendarias informaron que nuestro país “redujo la deuda externa del país que vence en 2025 en 894 millones de dólares, con el objetivo de dar mayor flexibilidad a la siguiente administración en su primer año”, según un comunicado de la Secretaría de Hacienda.

Se trata de una buena noticia sobre la cual, sin embargo, debe precisarse que no se trata de una reducción real de la deuda del sector público, sino de un refinanciamiento anticipado, como señala el mismo anuncio de la SHCP.

El 13 de junio, el subsecretario Gabriel Yorio dio información adicional: “Hoy continuamos con las operaciones de mercado para disminuir la deuda de 2025, 2026 y 2027, ahora en el mercado local refinanciamos 181,000 millones de pesos”.

El funcionario añadió que se trató de la quinta operación de deuda en el mercado local para reducir los vencimientos de los que deberá hacerse cargo la siguiente administración.

“México cuenta con un mercado financiero sólido y sobrecapitalizado, así como con reservas internacionales históricas”, expuso Yorio.

Es sabido que, en general, el saldo de la deuda pública que se va acumulando a través de los años no se liquida, ya que solo se pagan los intereses que se generan y la parte de la deuda que vence en cada año se refinancia mediante la contratación de nuevos endeudamientos.

La deuda, tanto interna como externa, aumentó entre 2018 y abril de 2024.

El comportamiento de la deuda externa depende de tres factores: la contratación de nuevos financiamientos, el refinanciamiento de vencimientos y el tipo de cambio. Como puede verse, en 2023 la deuda externa se redujo respecto a 2022 porque el tipo de cambio disminuyó, lo que no implica que se haya pagado deuda.

Durante la presente administración se ha dado prioridad a la deuda interna sobre la externa. En 2018, 36.6% de la deuda era de origen externo y en 2023 este porcentaje bajó a 24.3%, y así se ha mantenido prácticamente en 2024.

Es más importante la sostenibilidad de la deuda que su monto absoluto. Excepto en 2021, la deuda del sector público se ha mantenido por debajo del 50% del PIB, que para México se considera como un nivel sustentable de acuerdo con las calificadoras internacionales.

Una muestra de lo anterior es que la tasa de interés implícita (costo financiero entre monto total de la deuda) se ha mantenido prácticamente constante, a excepción de 2023 en el que las tasas de interés aumentaron en todo el mundo.

Por otra parte, el costo financiero como porcentaje del PIB se mantuvo por debajo del 3% en los primeros cuatro años de la administración, pero en 2023 se incrementó a 3.3% debido al crecimiento de las tasas de interés. No obstante, sigue siendo un nivel sustentable.

El comportamiento y manejo de la deuda del sector público es una prueba de la disciplina con que se han administrado las finanzas públicas, lo que ha contribuido a la estabilidad macroeconómica, al crecimiento económico, la creación de empleos y el considerable aumento del poder adquisitivo de la población.

Como parte de ese manejo responsable, se han realizado las operaciones anunciadas por las autoridades hacendarias para favorecer el arranque del gobierno que desde el primer día de octubre encabezará la doctora Claudia Sheinbaum.

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