Edna Jaime

De la Procuraduría a la Fiscalía: sin margen de error

La transformación de la PGR a una Fiscalía General autónoma es uno de los procesos de cambio institucional más relevantes para nuestro país en los próximos años.

La autora es directora de México Evalúa

México Evalúa presentó recientemente el estudio "De la Procuraduría General de la República a la Fiscalía General de la República: Lineamientos hacia la transición". Se trata de un análisis detallado, que plantea los elementos que se deben incluir en el diseño, reorganización y proceso de transición hacia la nueva Fiscalía General de la República.

Llevamos años debatiendo cuál es la mejor manera de construir un sistema de justicia funcional. La falta de una instancia de procuración de justicia a nivel nacional que sea realmente independiente y capaz, ha sido uno de los principales obstáculos para abatir los graves niveles de impunidad en el país. Los casos se acumulan por millares, y doy al lector como ejemplo tres cifras que retratan la gravedad del problema:

De enero a octubre de 2018 se tramitaron 143 mil 831 investigaciones, de las cuales fueron analizadas y desahogadas 106 mil 282. Aproximadamente el 74 por ciento. Esto quiere decir que uno de cada cuatro casos que se presentaron ante la PGR quedaron sueltos, sin ningún tipo de determinación por parte de la autoridad.

De los casos que sí fueron determinados, en el 70 por ciento en realidad no pasó nada, ya sea porque la PGR consideró que no había delito que perseguir (36.2 por ciento) o envió el caso al archivo temporal (34.4 por ciento).

Ahora, alrededor del 80 por ciento de los casos que conoció la PGR no tenían detenido. Y, al momento de llevar el caso ante el Poder Judicial, la mitad de los asuntos se judicializaron sin detenido (63.5 por ciento para 2018). ¿Sorprende a alguien que en México sea siempre más barato y fácil quebrantar la ley?

Esta situación no puede seguir así, si consideramos la enorme cantidad de delitos del fuero federal que se sigue cometiendo a diario en contra de la paz y la integridad de las personas. Ya no hay margen de error. El gobierno mexicano no puede pretender ejercer una autoridad legítima cuando no tiene los instrumentos para hacerlo. Me viene a la mente la imagen de un espantapájaros, que quiere disuadir la incursión de las aves o roedores en la siembra y fracasa porque estos saben que está hecho de paja. Así nuestra procuración de justicia. Es de paja.

Por eso es tan importante la ventana de oportunidad que se abre en esta transición de la Procuraduría a la Fiscalía. No es la primera vez que se busca reformar a esta institución. Tenemos una colección de intentos fallidos. Pero quizá nunca antes se había considerado una transformación tan ambiciosa, prometedora y riesgosa a la vez.

En México Evalúa consideramos que hay que avanzar con inteligencia en cinco frentes:

Uno, el plan estratégico de transición, que debe tener una metodología clara en aspectos tan importantes como: qué va a pasar con los casos abiertos, los cambios en la operación cotidiana de la institución, la transformación del organigrama, qué áreas se van a cerrar, cuáles van a cambiar y cuáles se tendrán que crear, qué personal se va a necesitar, etc.

Dos, el Plan de Persecución Penal, porque ahora la Fiscalía tiene que seguir un modelo diferente de persecución penal estratégica y un modelo de investigación criminal alineado a las mejores prácticas internacionales, al debido proceso legal y al respeto de los derechos humanos. Ya no hay espacio para improvisaciones.

Tres, el establecimiento de un servicio profesional de carrera, que garantice que sólo se queden trabajando en la Fiscalía las personas más idóneas y aptas para cada posición, y que el reclutamiento se haga con criterios de excelencia para servir a la sociedad con gente capaz y honesta.

Cuatro, la política de transparencia, participación ciudadana y rendición de cuentas, que es fundamental para asegurar que la Fiscalía no repita los errores de la PGR y sea una institución realmente abierta al escrutinio ciudadano y a la evaluación del desempeño.

Y cinco, los recursos y tiempos que esta transformación requerirá, porque hay que recordar que todo plan es tan bueno como los recursos que tenga a su alcance y el tiempo que tienen las personas encargadas de su implementación.

Como lo ha dicho Ana Laura Magaloni al comentar nuestro estudio, "hay que poner pilares sólidos para que no se los lleve la inercia de una institución que lleva muchos años de no funcionar".

La transformación de la PGR a una Fiscalía General autónoma es uno de los procesos de cambio institucional más relevantes para nuestro país en los próximos años. Y México Evalúa quiere acompañar este proceso para contribuir a su éxito.

Invito a los lectores a conocer este documento de lineamientos en www.mexicoevalua.org .

En este tema, lo reitero, no hay margen para el error.

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