Opinión Edna Jaime

Discutamos de finanzas públicas, ¿te sumas?

Vivimos al día, sin ejercicios de previsión y prospectiva. Sin análisis de escenarios y sin medir las consecuencias de acciones en el presente.

La autora es directora de México Evalúa.

El presidente tiene una obsesión con el equilibrio presupuestal. No quiere gastar más de lo que ingresa. Como un político de larga trayectoria, sabe de los efectos que generaría un desbalance y, sobre todo, de la crisis que originaría un comportamiento irresponsable en este ámbito.

En su primer año de gobierno, los dos principales ingresos del sector público –los petroleros y los tributarios por recaudación de ISR e IVA– quedaron muy por debajo de su meta. Éstos últimos se vieron afectados directamente por el bajo crecimiento económico, y nada nos hace pensar que en 2020 la situación sea muy diferente. Por eso el gobierno ha tomado recursos de los fondos de ahorro; de uno de ellos, el famoso FEIP (Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios), ya agotó casi la mitad el año pasado. En suma, aunque en apariencia las cuentas están en orden, la realidad es que las finanzas públicas son endebles. Debemos hablar de ello.

Mientras tanto, el Ejecutivo se apresta a afilar sus instrumentos recaudatorios. Quiere sacar agua de piedras. La tónica es la amenaza de persecución a defraudadores. Y está bien que empresas e individuos que evaden o eluden se sientan obligados a cumplir con lo que les corresponde. Pero esto no compensa lo que la falta de crecimiento ocasiona en la recaudación. Estamos bajo los efectos de un círculo vicioso de nulo crecimiento, baja recaudación, poca y mala inversión, poco crecimiento. Así se nos puede ir el primer trienio de esta administración, si no el periodo de gobierno completo.

En el país no estamos discutiendo con seriedad estos temas. Ni los de corto ni los de largo plazo. Vivimos al día, sin ejercicios de previsión y prospectiva. Sin análisis de escenarios y sin medir las consecuencias de acciones en el presente. Así erosionamos paulatinamente las palancas que pueden fomentar el desarrollo. Porque es la Hacienda Pública la base de todo gobierno, sea éste potente o en desarrollo. Lograr finanzas sostenibles puede hacer la diferencia entre resolver nuestros problemas o ahogarnos en ellos.

Al país le faltan espacios de análisis y reflexión sobre las finanzas públicas; una evaluación constante que nos sirva para trazar las mejores rutas para dotar al Estado mexicano de los recursos que le son necesarios para cumplir su función. Esa función la definen los mexicanos con su voto, que expresa preferencias y otorga un mandato. Un voto que debería estar bien informado, porque es el esfuerzo de todos lo que genera el ingreso que impulsa acciones de gobierno orientadas a lograr las metas por todos compartidas y anheladas.

No tenemos un espacio para generar debate e información que trascienda el círculo restringido de especialistas en el tema; que forme juicios informados en los ciudadanos, listos para transformarse en un mandato. Hay un vacío donde debería existir intercambio de ideas, puentes de comunicación y de exigencia.

Con el fin de motivar este espacio, México Evalúa presentará el próximo 4 de marzo una plataforma de debate y conversación sobre estos temas. Se trata de una iniciativa que, sobre todo, permite la comunicación. Un espacio en el que autoridades, legisladores y ciudadanos (sobre todo jóvenes universitarios) se sientan invitados a interactuar. Un diálogo virtual que pueda orientar de mejor forma la toma de decisiones y también ayude a los ciudadanos a entender cabalmente dónde están paradas las finanzas del país.

La plataforma lleva el nombre de #YoMeSumo, porque incluir es una forma de resolver. La conversación y el debate serán incitados a través de desafíos, problemáticas identificadas, que plantearemos regularmente. Por esta vía queremos encontrar nuestros territorios compartidos que, sospecho, son muchos más de los que imaginamos en este contexto de polarización inducida. En esta iniciativa vamos de la mano con instituciones como el CEEY, el CEESP, el Imco e insituciones académicas de primer nivel. A la convocatoria se han sumado también legisladores y autoridades de los distintos ámbitos de gobierno.

Esta iniciativa será exitosa si logra mover la conversación hacia los temas sustantivos de la Hacienda Pública. Porque debemos estar preparados para la discusión sobre la reforma fiscal que se avecina, porque tendremos que encontrar la fuente de ingresos que asegure nuestro acceso a derechos básicos. También tenemos que repensar nuestro arreglo federal en el aspecto fiscal. Y porque necesitamos encontrar los mecanismos para que la inversión social y física genere mayor valor para los mexicanos.

De paso, también sería deseable incitar al Legislativo a que cumpla con su función en esta materia. Es de ellos buena parte de la responsabilidad de promover finanzas públicas sanas y un ejercicio del gasto que nos beneficie a todos.

En fin, queremos todo esto, ¿te sumas?

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