Eduardo Guerrero Gutiérrez

¿Datos, el secreto de Sheinbaum?

La publicación y el uso de información fue sólo uno de varios ingredientes en la estrategia de seguridad durante el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Una de las cartas fuertes de Claudia Sheinbaum es el buen desempeño de su gobierno en materia de seguridad. Por supuesto, la capital que deja Sheinbaum dista mucho todavía de ser un oasis de paz y tranquilidad. Sin embargo, la mejoría de los principales indicadores a lo largo de los últimos años ha sido contundente. En lo que va del sexenio los homicidios dolosos se redujeron a la mitad. Acaso más impresionante todavía ha sido el cambio en la percepción de los chilangos. En septiembre de 2019 el INEGI comenzó a medir la percepción de seguridad, por separado, en cada una de las 16 alcaldías de la CDMX. En aquel entonces, en todas las alcaldías, más de la mitad de la población decía sentirse insegura; en Iztapalapa, la que tenía la peor percepción, la cifra alcanzaba 86 por ciento. De acuerdo con la encuesta más reciente, de marzo pasado, hay cuatro alcaldías (Benito Juárez, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo e Iztacalco) donde menos de la mitad de la población se siente insegura; en Iztapalapa la cifra bajó a 70.5 por ciento.

Conforme avance la contienda entre los aspirantes presidenciales, la razón de estos buenos resultados de Sheinbaum (y de su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch) será motivo de creciente interés. Hace unos días, un amigo me preguntó sobre una hipótesis interesante, que se describe en un breve video publicado por el World Economic Forum (WEF). La hipótesis es que la clave del éxito ha sido el uso de datos delictivos, desagregados por calle, lo que ha permitido a la población crear y utilizar herramientas para cuidarse (por ejemplo, para identificar la ruta más segura para hacer trasladados a pie o en bicicleta). En el video del WEF se menciona, por ejemplo, el portal Hoyo de Crimen, de Diego Valle.

De entrada, me parece dudoso que la difusión de datos haya tenido un impacto significativo en la incidencia delictiva en la Ciudad de México. La razón para este escepticismo es que, a falta de una campaña de difusión masiva, el uso de la información, y de las herramientas que se han construido a partir de ella, ha sido relativamente marginal (aunque no encontré cifras al respecto, no tengo la impresión de que los ciudadanos de a pie consulten de forma cotidiana estas herramientas).

Sin embargo, no descartaría que el esfuerzo realizado por las autoridades capitalinas para recopilar y publicar datos en materia delictiva, un rubro en el que como país estamos en pañales, haya rendido frutos por medio de otros mecanismos. A Sheinbaum le gusta jactarse de que toma decisiones con base en datos. En este sentido, la publicación periódica de cifras georreferenciadas de incidencia delictiva probablemente ha servido para informar las decisiones tácticas, como el despliegue de elementos o la realización de operativos. Probablemente también ha incentivado que los mandos al interior de la policía tengan mayores incentivos para reducir la delincuencia (pues nadie quiere ser exhibido ante la opinión pública como el responsable del cuadrante o de la colonia con mayor incidencia.

En todo caso, la publicación y el uso de información fue sólo uno de varios ingredientes en la estrategia de seguridad durante el gobierno de Sheinbaum. Un factor adicional para el éxito en la capital ha sido la labor para construir confianza y trabajar en conjunto con actores estratégicos, en particular en el ámbito empresarial. En este sentido, la Subsecretaría de Participación Ciudadana y Prevención del Delito, actualmente tiene una impresionante oferta de servicios que las grandes cadenas comerciales que operan en la capital pueden utilizar para vincularse con el C5 y con la Policía, lo que ha permitido responder de forma más oportuna a robos e incidentes violentos.

Finalmente, la principal clave del éxito radica, en mi opinión, en la colaboración entre la procuraduría y la policía capitalina para desarticular a los grupos delictivos de mayor peligrosidad. Desde el segundo semestre de 2019 coordino un monitoreo de arrestos de alto perfil en todo el país. Este monitoreo ha arrojado un total de 4 mil 475 detenidos con vínculos a grupos delictivos de alta peligrosidad. De éstos, casi una cuarta parte (mil 64) han sido arrestados en la capital. La Ciudad de México no sólo es la entidad federativa donde se arresta a más personas vinculadas a grupos criminales de alta peligrosidad (Chihuahua ocupa un lejano segundo lugar), sino que, en contraste con las demás entidades federativas, es la policía local –y no el Ejército o la Guardia Nacional– la institución que realiza la gran mayoría de estas detenciones.

COLUMNAS ANTERIORES

¿Un milagro en Zacatecas?
Harris o Trump, ¿quién le conviene a la seguridad de México?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.