Érase una vez un Número

Los riesgos de no difundir la información de manera imparcial

Redactar el boletín de modo que se de un mensaje positivo, parece un error. Hacerlo de otra manera corren el riesgo de generar desconfianza en la información.

El autor es profesor asociado en el CIDE

Un porcentaje muy importante de los ciudadanos en el mundo no tiene confianza en las estadísticas oficiales. Este fenómeno se da incluso en los países con sistemas estadísticos más desarrollados. De acuerdo a la encuesta Harris desarrollada para el Financial Times en diciembre del 2009, el promedio de las respuestas para Gran Bretaña, Francia, Italia, España y Alemania, muestra que el 66 por ciento de la población adulta está de acuerdo con el siguiente argumento: ''las estadísticas oficiales son manipuladas o ajustadas para fines políticos'', 69 por ciento con el de: ''las cifras oficiales son mal interpretadas o tergiversadas por los políticos o por los medios de comunicación''; y solo el 17 por ciento con el de: ''el gobierno presenta las cifras oficiales honestamente cuando habla de sus propias políticas''.

La confianza en las estadísticas se construye día con día utilizando las mejores prácticas, no solo en la producción de la información, sino también, y de manera especialmente relevante, en como la información es difundida. Si los indicadores no se producen con calidad estamos perdidos, pero aún si se producen con rigor científico, si no se difunden con los más altos estándares éticos y técnicos pierden credibilidad; y por tanto utilidad.

Lo anterior está reflejado en los Principios Fundamentales de las Estadísticas Oficiales, aprobados por la Asamblea de las Naciones Unidas, que representan el marco básico que debe regir las actividades estadísticas de los países miembros. El primer principio señala: ''Las estadísticas oficiales constituyen un elemento indispensable en el sistema de información de una sociedad democrática.... Con este fin, los organismos oficiales de estadística han de compilar y facilitar en forma imparcial estadísticas oficiales de comprobada utilidad práctica para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a mantenerse informados'', subrayó el señalamiento de facilitar en forma imparcial las estadísticas oficiales.

Comparto esta reflexión por dos eventos de difusión de la información que muestran prácticas que deben desecharse antes de que se pierda la confianza en esas estadísticas oficiales, me refiero a los homicidios y a los asegurados ante el IMSS.

En el primer caso, Alejandro Hope, en un artículo en El Universal denominado: ''Las ganas desesperadas por tener buenas noticias'', muestra que las estadísticas de homicidios presentadas por el Presidente en el informe de 100 días no se corresponden con la cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; y que lo mismo sucede con un reporte de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana denominado: ''Homicidios dolosos previos y posteriores a la instalación de las mesas de trabajo en 13 regiones prioritarias'', donde además de no coincidir los datos con las cifras del Secretariado, se presenta lo que parece una muestra a modo de municipios, sin grupo de control, períodos muy cortos y sin considerar la estacionalidad de las series. En otras palabras, se elabora un informe parcial para mostrar que la estrategia esta funcionando, y se hace en el peor momento, cuando los homicidios registran récords históricos.

El segundo caso es importante por la importancia de los asegurados en el IMSS para medir el empleo formal en México. De las cifras publicadas para el mes de enero y febrero de este año se desprende que los asegurados ante el IMSS se están desacelerando. El incremento en el empleo es de 3.2 por ciento en el primer bimestre de 2019 respecto al mismo período del año anterior, lo que se compara desfavorablemente con lo registrado en los últimos cuatro años, 4.5, 4.2, 3.8 y 4.6 por ciento para el mismo período.

No obstante, en los boletines de prensa del IMSS se refleja lo contrario. En el de enero se señala, utilizando datos absolutos, que es el segundo mejor aumento reportado en un mes de enero en los últimos diez años; y en el de febrero, que es el mejor febrero del primer año de las últimas tres administraciones.

La intención es clara, redactar el boletín de modo que se de un mensaje positivo, lo cual me parece un error. El crecimiento de los asegurados es un indicador fundamental para evaluar la coyuntura económica y por ello debe producirse y difundirse de manera imparcial, de forma que los ciudadanos estén bien informados.

La Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana y el IMSS deberían tomar nota de la forma en que órganos autónomos como el INEGI y el Banco de México difunden la información estadística de manera imparcial. Al hacerlo de otra manera corren el riesgo de generar desconfianza en la información que producen.

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