En las últimas semanas hemos analizado la evolución de la industria de la vivienda, del sector turismo y las exportaciones; en esta entrega analizamos cómo va la inversión en este inicio de año y de sexenio. La inversión es importante no solo porque es un factor relevante del PIB por el lado de la demanda, sino también porque es uno de los indicadores adelantados del crecimiento de la economía.
Las cifras publicadas para los dos primeros meses del año apuntaban a una caída moderada de 0.5% respecto al mismo periodo del año anterior; sin embargo, y a pesar de que las cifras de marzo se publican el 6 de junio, ya es posible adelantar una caída mayor.
La inversión en el Sistema de Cuentas Nacionales se denomina Formación Bruta de Capital Fijo y se divide en dos grandes categorías: la construcción y la maquinaria y equipo. El primer grupo se divide a su vez en dos, construcción de instalaciones industriales, comerciales y de prestación de servicios, así como obras de infraestructura, por un lado, y construcción de vivienda por el otro.
Una forma de evaluar anticipadamente cómo va la inversión, es a través de la información del Índice de Producción Industrial, que incluye la construcción residencial y no residencial; y de las importaciones de maquinaria y equipo.
La construcción residencial inició con crecimiento en el mes de enero, sin embargo, para el trimestre en su conjunto registra una caída de 0.6% respecto al mismo periodo del año anterior. Adicionalmente el tren de la vivienda parecería estar desacelerándose de acuerdo a la información del Registro Nacional de Vivienda.
La construcción no residencial incluye la construcción de obras de ingeniería civil, que es lo que generalmente llamamos infraestructura, es decir, la construcción de carreteras, caminos, puentes, puertos, aeropuertos, sistemas de agua potable y drenaje, presas y obras de riego, infraestructura para la generación y distribución de electricidad y telecomunicaciones, oleoductos, gasoductos, perforación de pozos petrolíferos, etcétera.
La construcción de infraestructura registro una caída de 3.5% en el primer trimestre del año respecto al mismo período del año anterior, pero quizá lo que más sorprendió fue la caída que se registró en el mes de marzo (8.0%) que llevó a que la construcción no residencial registrara un nivel de actividad no visto desde julio del 2007, hace cerca de doce años. Es cierto que es solo un mes, pero si este nivel de actividad continúa en los siguientes meses, sería una señal de alarma para la actividad económica y especialmente para la generación de empleos.
La construcción no residencial, también incluye los trabajos especializados para la construcción, es decir, instalaciones, acabados, etc., que, como es lógico, también disminuyeron, aunque su caída fue mayor, 7.3% en el primer trimestre respecto del mismo período del año anterior.
El otro componente de la inversión, la maquinaria y equipo, se refiere a la adquisiciones de activos fijos nuevos y cualquier renovación, reconstrucción o ampliación que incremente significativamente la capacidad productiva o que amplíe su vida útil. Entre las adquisiciones de maquinaria y equipo destacan las relacionadas con: automóviles y camiones; maquinaria y equipo para la industria en general, y para el sector agropecuario, la construcción y la industria extractiva; equipo de aire acondicionado, computadoras, equipo de oficina, etcétera.
Este rubro presenta una caída de 2.7% en el periodo enero-febrero. La adquisición de bienes nacionales registró una disminución de 6.3% y la correspondiente a bienes importados de 0.4%; sin embargo, ya conocemos que las importaciones de bienes de capital para el mes de marzo tuvieron una caída a tasa anual de 4.8% y que en el trimestre en su conjunto la disminución fue de 2%, lo que anticipa una caída aun mayor para el trimestre en el rubro de maquinaria y equipo.
Por último, el gasto programable del sector público en inversión física tiene una caída de 6.3% en términos reales en los primeros tres meses del año, respecto a lo registrado el año anterior.
En síntesis, todos los indicadores apuntan a una caída importante de la inversión en el primer trimestre del año, pero quizá estemos presenciando un fenómeno más grave. A partir del 2010 la inversión privada había venido substituyendo la disminución de la inversión pública y por ello se había mantenido relativamente estable la relación inversión a PIB; ahora empezamos a entrar en el peor de los mundos, un gobierno federal que quiere hacer todo, pero que no tiene recursos, experiencia y proyectos ejecutivos, y un sector privado que no es bienvenido a los proyectos de infraestructura y tiene dudas sobre invertir en infraestructura productiva. Ojalá que los tomadores de decisiones no tarden mucho en darse cuenta de este fenómeno.