Universo Pyme

Donde Natura non da, Salamanca non presta

Eduardo Torreblanca indica que el Gobierno autoproclamado como de ‘la Cuarta Transformación’ ha renunciado a conducir una política hacia los emprendedores y hacia las micro, pequeñas y medianas empresas, políticas que resultan fundamentales para articular un aparato productivo.

¡TAN TAN!

Se ha consumado el acta de defunción de la política pública hacia las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas.

En términos legales el proceso ha concluido. La desaparición del INADEM, del Instituto Nacional del Emprendedor, no es más que una parte de un entramado mucho más complejo. No implica la desaparición sólo de un organismo, sino de algo mucho más grande con consecuencias que se difieren al futuro nacional.

Lo que resulta más que lamentable es que el Gobierno autoproclamado como de "la Cuarta Transformación" ha renunciado a conducir una política hacia los emprendedores y hacia las micro, pequeñas y medianas empresas, políticas que resultan fundamentales para articular un aparato productivo, un tejido celular empresarial sano, coordinado y acorde a estrategias económicas fundamentales para el crecimiento económico.

Las economías desarrolladas e incluso las naciones en vías de desarrollo, prácticamente todas, cuentan con organismos, recursos, apoyos hacia los esfuerzos emprendedores y el tejido empresarial de pequeños tamaños.

México creó este complejo que formó parte de las políticas públicas hacia Pymes y el emprendimiento a partir del sexenio que encabezó VICENTE FOX, en el que se inauguró como parte del apoyo a los "CHANGARROS".

Fue la labor a partir del 2001el orientar esa preocupación por "empresas" de subsistencia, hacia una verdadera política pública de apoyo, primero, hacia micro y pequeñas empresas, después. Un tercer tiempo abrió las puertas a los emprendedores.

Fueron JUAN BUENO TORIO y destacadamente SERGIO GARCÍA DE ALBA como Subsecretarios para la Pequeña y Mediana Empresa, quienes orientaron los esfuerzos hacia una política robusta con casos de éxito relevantes.

Se conformó un ecosistema emprendedor que comprendió más de 400 empresas incubadoras y 50 aceleradoras comerciales. Las empresas sujetas al apoyo público fueron divididas como básicas, de mediana vocación tecnológica y de alta tecnología.

Las aceleradoras procuraron relanzar a empresas hacia labores de exportación o mayor impacto en la economía nacional vinculándolas como proveedoras de las llamadas "tractoras" o grandes empresas.

México armó una política pública que destacó ante el extranjero. La OCDE concedió espacios relevantes a ella. Le confirió el honor de encabezar un grupo para analizar cuál debía de ser el conjunto de políticas públicas exitosas que generaran beneficios a su tejido empresarial pequeño.

Concedió nuestro país programas y proyectos que ocasionaron muy buenos comentarios entre países desarrollados como Italia, Alemania, Canadá, el propio Estados Unidos. Ese esfuerzo, el de apoyar a las Pymes, estaba a punto de abandonarse como política recomendada en la OCDE pero si no se ejerció el retiro fue porque nuestra nación demostró que sí había áreas de oportunidad que debían ser abordadas.

Hubo excesos, sin duda. Donde hay dinero siempre existe la intención de hacer mal uso de él en beneficio de los corruptos. Negar que hubo corrupción y manejos equivocados de recursos es infantil, ESTÚPIDO. Pero también como hubo casos de escándalo, conocidos muy bien en el ecosistema emprendedor, también es menester reconocer grandes logros, que los hubo destacados, incluso en los planos internacionales. Fueron muchos más los segundos que los primeros.

Era recomendable pensar que AMLO y su equipo mantuvieran esas políticas y cerraran los espacios a los actos de corrupción, pero les faltaron "tamaños de mira".

Prefirieron matar organismos y políticas. Es un error estratégico muy alto que quedará en sus registros como gobierno. Condenar a la juventud al papel de empleados con políticas públicas asistencialistas y poco productivas, le quita la alternativa de emprendimiento a una generación que sabe que ser empleado ya no es una opción viable en sus vidas.

Le quita al país, para un futuro, la alternativa de que estos muchachos, de que estas pymes que son el 99.8 por ciento del tejido económico nacional, que conceden poco más del 70 por ciento del empleo formal, tengan un mejor camino en la contribución a generar riqueza y mejores empleos.

Pero cuando la visión es corta, es corta.

Donde natura non da, Salamanca non presta.

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