No lo reconocerán quienes fueron titulares de la Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa o el INADEM, pero en realidad eso hizo falta y mucha: invertir el músculo del gobierno para impulsar a empresas relevantes.
A lo largo de 19 años, casi, el gobierno federal invirtió grandes cantidades de dinero, se habla de varias decenas de miles de millones de pesos en apoyar a Pymes y emprendedores. No siempre se consiguieron los UNICORNIOS, esas empresas que romperían paradigmas en el país o en el mundo, pero en no pocas ocasiones fueron los resultados relevantes.
La innovación disruptiva no fue el común o promedio de los proyectos apoyados pero no brillaron absolutamente por su ausencia.
Es casi imposible hoy reconstruir en dónde están esos proyectos empresariales o empresas que recibieron recursos fiscales como soporte. No fue política pública hacer un listado con las mejores empresas en sus mejores productos o servicios. No hubo quien hiciera ese listado y promoviera entre secretarías de Estado que las dependencias apoyaran el consumo o el uso de sus productos y servicios.
De entre varias decenas que hoy pudiera recordar UNIVERSO PYME, por ejemplo, traigo a colación GASTRONOMÍA MOLECULAR tan solo por citar alguna. El lunes publicamos el caso de GRESMEX, que pudiera ser otro ejemplo de cómo desperdiciar recursos apoyando a Pymes que consiguen un producto o productos relevantes para luego colocarlas en el camellón y esperar que se ganen la vida limpiando parabrisas.
En el caso de GASTRONOMÍA, el titular de la empresa es MANUEL SORIANO quien, CIENTÍFICO del Sistema Nacional de Investigadores (nivel tres) desarrolló un concentrado de proteína de AMARANTO con la que se elabora una bebida con propiedades excepcionales de nutrición, adecuada para intolerantes a la proteína de la lactosa de vaca a la que pronto se le encontraron capacidades para revertir desnutrición infantil.
Nunca esa bebida fue parte de la estrategia para atender a los niños de regiones pobres caracterizadas por la desnutrición. MANUEL SORIANO desarrolló más de 12 productos derivados todos del amaranto. Tenía para combatir la depresión, el estrés e incluso aceite derivado del seudocereal combatía el colesterol.
Ninguno de los 12 productos fue promovido para ningún proyecto en pos del combate a la desnutrición infantil o atención a enfermos del sector salud.
Y por el estilo con decenas de empresas relevantes.
Porque el Gobierno las promovía, las apoyaba pero no daba seguimiento a su desempeño. Nunca elaboró siquiera una lista con las Pymes o Emprendimientos más relevantes y "recomendarlas" con las instancias del sector público.
Creaba pero las dejaba a la deriva posteriormente.
En el caso de MANUEL SORIANO, fue Premio Nacional del Emprendedor con ENRIQUE PEÑA NIETO. Tiene su foto con el Presidente y su diploma. Luego de recibir esa distinción en el año 2014 como la mejor Micro Empresa, el INADEM le volvió a hablar en el 2015 para invitarle a asistir a la entrega del reconocimiento para ese año.
Nadie más le procuró en los 350 días previos. En términos reales el Premio Nacional del Emprendedor, más allá del distintivo, no le sirvió de nada.
PORQUE EL GOBIERNO FEDERAL NUNCA QUISO INVERTIR SU MÚSCULO DE COMPRA PARA APOYAR A LAS PYMES EN LAS QUE INVIRTIÓ RECURSOS FISCALES.
Para eso no necesitaba dinero. Requería intención, voluntad.