Elsa Diaz Coria A

Chilango: una marca gentilicio para la Ciudad de México

 

1

Los habitantes de la Ciudad de México hemos dejado de ser defeños y estamos a la espera de tener un nuevo gentilicio para ser identificados a través de nuestro terruño.

Miguel Ángel Mancera, ahora gobernador de la Ciudad de México, ha dicho que el nuevo gentilicio se someterá al voto de la ciudadanía; otra información explica que será la Asamblea Constituyente quien tome la decisión.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se adelantó y nos definió como mexiqueños: "1. adj. Natural de México, capital de la república mexicana.". Expertos en lingüística explican que podríamos seguir siendo defeños por la asimilación que ya tenemos con el término.

Capitalinos, mexiqueños, mexicas, defeños, hasta ciudadanos podríamos ser, sin embargo hay un alias para los de la Ciudad de México que está más que anclado a nuestra identidad territorial: "Chilango".

La palabra Chilango dejó de ser un nominativo despectivo para convertirse en una marca que identifica a los nacidos y los arraigados en la Ciudad de México que estamos aquí por el gusto de vivir en ella.

Grandes símbolos de nuestra marca chilanga están representados por personajes como el Chavo del 8, Cantiflas, Resortes, Roberto Cobo "Calambres", El Wash and Weare de los Polivoces, y más recientemente Doña Lucha, por citar algunos ejemplos.

Tendría que haber alguna clasificación para la novela, el teatro y el cine Chilango donde estarían consignadas las obras de Emilio Carballido, Armando Ramírez, la dinastía Taibo, Vicente Leñero; Carlos Monsiváis, y José Emilio Pacheco por citar ejemplos; en cine estarían Los Olvidados; Pepe el Toro, Maldita Ciudad; El mil usos; y más recientes: Perfume de Violetas, Amarte duele y Amores Perros. Y en la música que tal, el Sábado Distrito Federal de Chava Flores, La Chilanga Banda de Jaime López y Mi Ciudad de Guadalupe Trigo.

La marca Chilango es un apelativo muy poderoso. Tiene expresiones en el arte, en la comida, en la literatura. También representa el gusto por las dificultades, el caos y el estrés.

Chilango es una marca ciudad querida, pero a veces desafortunada. Los chilangos estamos asociados con la prepotencia, la arrogancia y la transa. El proceso de la adopción de Chilango como nuestro gentilicio podría iniciar con una campaña gobierno-ciudadanía que erradique esas tres condiciones.

La autora es Directora ejecutiva de la Bola de Papel Comunicación.

Twitter:@laboladepapel

También te puede interesar:

Les pidieron bajar la nota

La fallida campaña del 'Chapo'

Las salchichas envenenadas

COLUMNAS ANTERIORES

Los automovilistas están solos, muy solos
Les pidieron bajar la nota

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.