El 29 de junio pasado la Policía Estatal irrumpió en el campus de la Universidad de las Américas Puebla. El argumento que la autoridad esgrimió fueron los problemas judiciales en curso de los patronos de la Fundación Jenkins. Dado que sus miembros son los mismos que los de la fundación de la universidad, la Junta para el Cuidado de las Instituciones de Asistencia Privada del Estado de Puebla, controlada por el gobernador, impuso un nuevo patronato y logró así el control de la institución. Lo hizo utilizando la fuerza pública, desalojando estudiantes, profesores y personal administrativo. No sólo eso, en unos días nombró un nuevo rector sin seguir la normatividad de la universidad. Ni siquiera Armando Ríos Pitter, la persona nombrada rector por el patronato espurio, cumple con los requisitos mínimos para el puesto.
El conflicto jurídico y judicial está enredado. Pero el pasado viernes, un juzgado federal otorgó suspensión provisional para que las cosas regresaran a la situación anterior, mientras se resuelve el conflicto legal existente para no afectar la vida de la universidad. No ha sucedido nada hasta ahora. La universidad sigue ocupada.
Ante esta situación, un grupo amplio de académicos de muy alto prestigio, rectores y exrectores de universidades públicas y privadas, miembros de El Colegio Nacional, profesores eméritos y de alta representatividad en nuestra vida académica y cultural, todos a título personal, se sumaron a firmar un manifiesto en defensa de la Udlap. Los acompaña un grupo nutrido de profesores de muy diversas instituciones, muchos de ellos exalumnos de la Udlap, así como representantes estudiantiles de muchos años, cientos de exalumnos y de empresarios y ciudadanos interesados en que una universidad de prestigio peligre de esta manera.
Este es el manifiesto.
“Las universidades trascienden sus tiempos y circunstancias. Son instituciones eternas que construyen, como la ciencia, sobre los pasos de sus antecesores. Se caracterizan por ser plurales, diversas y respetuosas de las maneras distintas de pensar y de ver el mundo. Hay universidades de financiamiento público y de financiamiento privado, pero todas son de interés general. Su bienestar y desarrollo son de interés de toda la sociedad.
La Universidad de las Américas Puebla tiene una larga historia, de más de 80 años, en las que ha transitado de una pequeña institución, el Mexico City College fundado en 1940, a la universidad ubicada en Cholula que conocemos el día de hoy con cerca de 10 mil estudiantes, y con un prestigio nacional e internacional ganado a pulso a lo largo de las décadas. Cada año, cientos de graduados de muy diversos programas de licenciatura, maestría y doctorado se suman al gran acervo de talento de nuestra sociedad.
Por ello es inadmisible que, con base en diferencias y conflictos al interior del Patronato de la Universidad cuya resolución está en curso, súbitamente el gobierno del Estado de Puebla haya decidido intervenir en su vida interna, tomado las instalaciones con la fuerza pública, y nombrado a un nuevo patronato y a un nuevo rector sin haber concluido la querella judicial, y sin siquiera respetar las normas internas de la institución.
Respaldamos la decisión del Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Amparo Civil, Administrativa y de Trabajo y de Juicios Federales del Estado de Puebla quien otorgó una suspensión provisional para que el gobierno estatal, a través de la Junta para el Cuidado de las Instituciones de Asistencia Privada del estado de Puebla, se retire de la universidad y se abstenga de intervenir en tanto no se resuelva la disputa judicial en curso.
Lo ocurrido en Puebla es una afrenta no sólo a la Universidad de las Américas Puebla, sino al concepto mismo de universidad que tenemos en México”.
Yo me adhiero.