Enrique Cardenas

Educación contra la pobreza

Enrique Cárdenas Sánchez reflexiona sobre el papel de la educación en la generación de oportunidades para todos los mexicanos.

En estos días en los que se intenta discutir en el Poder Legislativo federal una nueva reforma educativa, que pretende dar un borrón al modelo establecido en los últimos años del PRI en el poder, conviene sopesar el papel de la educación en la generación de oportunidades para todos los mexicanos que, entre muchas otras cosas, se refleja cada día menos en la obtención de un empleo digno. La informalidad y la precariedad laboral predominan.

En términos simples y coloquiales, la educación es una de las herramientas más poderosas para tener chance de mejorar la calidad de vida de cualquier persona; o visto de otro modo, si el sistema educativo nacional es mediocre, estaremos garantizando la perpetuación de la pobreza y la desigualdad, especialmente en los estados sureños más rezagados, como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Puebla.

En el estudio 'Educación y Trabajo Digno. Un camino hacia la movilidad social' (https://ceey.org.mx/), el Centro de Estudios Espinosa Yglesias presenta hallazgos muy valiosos que ponen el dedo en la llaga. Se da una explicación de por qué el país está como está y en mucho esto se debe a las deficiencias en el sistema educativo, que no dota a los estudiantes de herramientas suficientes en cantidad y calidad para enfrentarse a la vida económicamente activa.

Para empezar, en el estudio se reafirmó que los logros educativos, así como el desempeño laboral de las personas están íntimamente vinculados con las condiciones socioeconómicas de su hogar de origen. Si nacieron en una familia de ingresos bajos, es casi un hecho que así se van a quedar las siguientes generaciones.

Otro aspecto a resaltar vinculado a la educación, es que ésta "presenta problemas acumulativos que se reflejan en una alta deserción en el nivel medio superior", aunado a la "inadecuada focalización de la capacitación para el primer empleo y la insuficiencia de la educación continua".

Por el lado contrario, cuando se consigue tener un nivel educativo más alto, laboralmente hay también más estabilidad, mejor remuneración y promociones laborales, desde el primer empleo y a lo largo de la trayectoria laboral de los mexicanos.

Un dato alarmante develado en el estudio es que cuando se suman factores diversos como la baja escolaridad, con la discriminación por motivos de edad y la desigualdad de género, acaba habiendo exclusión de los grupos vulnerables del mundo laboral. Y aunque suena paradójico, los jóvenes pese a presentar una escolaridad más elevada, enfrentan muchos obstáculos para hallar un empleo, y las personas de mayor edad tampoco pueden colocarse en un trabajo porque su escolaridad es más baja.

La informalidad laboral es un aspecto harto recurrente y que está directamente vinculada a la ausencia de trabajos dignos que vayan más allá de garantizar la supervivencia de lo elemental para vivir al día. Y el problema es que una persona que inicia su vida laboral en la informalidad, tiene una alta probabilidad que continúe en la informalidad el resto de su vida.

Y cito una conclusión contundente y extraordinaria: "El acceso al trabajo digno depende de la igualdad de oportunidades educativas y laborales. Por ello, cualquier esfuerzo o política que busque mejorar las trayectorias laborales a través de la educación debe dirigirse hacia la compensación de desventajas de origen, la promoción de la permanencia en la educación media superior hacia un mejor primer empleo".

La pregunta es ¿cómo salir de este círculo vicioso? El análisis nos da luces al respecto: se necesita enfocarse en disminuir la deserción escolar, especialmente en la educación media superior; abatir el analfabetismo; atender de forma prioritaria a los enfermos crónicos y personas con impedimentos de movilidad corporal; promover la educación continua -especialmente entre los adultos- además de combatir la desigualdad de género en el mercado laboral. Para lograrlo es necesario implicar a las instituciones educativas, autoridades y actores vinculados a la educación en la planeación y ejecución de todas estas acciones.

Enrique Cárdenas Sánchez (con la colaboración de Jorge Machuca), Universidad Iberoamericana de Puebla .

Puebla contra la Corrupción y la Impunidad .

COLUMNAS ANTERIORES

El Plan C no es compatible con el T-MEC
Estamos viendo el final de la película

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.