Enrique Cardenas

El lenguaje del nazismo

En un intento de comprender lo que está ocurriendo en México, vale la pena asomarse a otras experiencias que comienzan a tener rasgos, indicios de algo ya vivido en el pasado.

Enrique Cárdenas

Universidad Iberoamericana de Puebla / Puebla contra la Corrupción e Impunidad

En una conversación con un querido amigo, con quien coincido en muchas ideas, me recomendó leer el libro de un filólogo alemán que analizó en sus días el lenguaje del tercer Reich. Su nombre es Victor Klemperer y el libro se llama La lengua del Tercer Reich (Ed. Minúscula, 2001, novena impresión).

Me asombró la profundidad de sus descripciones de lo que veía y había vivido en la Alemania de Hitler respecto al lenguaje que se utilizaba y la manera como permeó en la sociedad, o más bien dicho, en las masas germánicas durante el nazismo, la forma como penetraba en la gente, en su psique, en su manera de ver el mundo y de promover su propaganda. Son aterradoramente semejantes a algo (o mucho) de lo que estamos viviendo en este México de la 4T.

Dice Klemperer: "Pueblo se emplea tantas veces al hablar y escribir como la sal y la comida; a todo se le agrega una pizca de pueblo: fiesta del pueblo, camarada del pueblo, comunidad del pueblo, cercano al pueblo, surgido del pueblo…". Y por acá…El pueblo bueno, el pueblo sabio, confiamos en el pueblo, el pueblo responsable…

Y continúa Klemperer… "El nazismo se introducía más bien en la carne y en la sangre de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones, de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente". En la 4T tenemos, por ejemplo, "primero los pobres", "como anillo al dedo", "abrazos, no balazos", "corrupción es fuchi guácala", "fuchi caca", "la culpa es del neoliberalismo", "al carajo la delincuencia", "el PRIAN apesta"…

En este mismo sentido, el filólogo alemán agrega: "Pero el lenguaje no solo crea y piensa por mí, sino que guía a la vez mis emociones, dirige mi personalidad psíquica, tanto más cuanto mayores son la naturalidad y la inconsciencia con que me entrego a él". ¿Se parece esto a lo que vemos en grupos amplios de la población en el México actual?, ¿por ello se habla de que tenemos enfrente un culto, más que una ideología?

Chequen esta frase de Klemperer: "El lenguaje nazi […] altera el valor y la frecuencia de las palabras, convierte en bien general lo que antes pertenecía a un individuo o a un grupo minúsculo, y a todo esto impregna palabras, grupos de palabras y formas sintácticas con su veneno, pone el lenguaje al servicio de su terrorífico sistema y hace del lenguaje su medio de propaganda más potente, más público y secreto a la vez". ¿Encuentra usted algunas semejanzas con las mañaneras y su lenguaje? ¿Se repiten por muchos lo dicho cada mañana como verdades inamovibles?

En un intento de comprender lo que está ocurriendo en México, vale la pena asomarse a otras experiencias que comienzan a tener rasgos, indicios de algo ya vivido en el pasado. Por eso puede valer la pena leer este libro tan penetrante basado en los diarios del profesor Klemperer que escribió durante los doce años del tercer Reich, y cuando se reincorporó a su cátedra de filología en la Universidad de Dresde en 1947.

"La lengua del Tercer Reich se centra por completo en despojar al individuo de su esencia individual, de narcotizar su individualidad, en convertirlo en piezas sin ideas ni voluntad de una manada dirigida y azuzada en una dirección determinada, en mero átomo de un bloque de piedra en movimiento. La lengua del tercer Reich es el lenguaje del fanatismo de masas. Cuando se dirige al individuo, y no solo a su voluntad, sino también a su pensamiento, cuando es doctrina, enseña los medios necesarios para fanatizar y sugestionar a las masas." ¿Qué tal?

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