Coordenadas

¿Podrá la oposición tener un candidato único?

Debe ser alguien que asegure el respaldo de las fuerzas políticas opositoras y capte a esos sectores medios que le dieron el triunfo a la oposición en numerosas zonas urbanas.

El presidente López Obrador parece haber desarrollado una fijación singular con la clase media.

Seguramente encargó a algunos colaboradores que buscaran episodios históricos condenables de los cuales pudiera responsabilizarse a este estrato de la sociedad.

Por esa razón, el jueves pasado refirió que el ascenso de Hitler así como el de Pinochet habían sido producto del respaldo de la clase media.

Respecto a Hitler, la historia señala un cuadro complejo en el que, en efecto, hubo sectores que respaldaron inicialmente a los nazis.

Profesionistas, comerciantes, pequeños empresarios, burócratas, etcétera, abrumados por la derrota de la guerra, fueron, en efecto, un respaldo importante en el ascenso del Partido Nacional Socialista en Alemania.

El Tratado de Versalles, a través del cual los ganadores de la Primera Guerra Mundial exigieron a Alemania enormes y costosas reparaciones de guerra, indignaron a un amplio estrato de la población, sobre todo a los sectores medios, y Hitler y su partido, como los populistas por antonomasia, tuvieron la capacidad de captar esa indignación para llegar al poder legítimamente en 1933.

El caso de Chile y Pinochet es diferente.

El golpe de Estado de 1973 no contó con apoyo popular ni de la mayoría de la clase media. Quizás el presidente tenía en mente los ‘cacerolazos’ previos. Pero el rechazo a Salvador Allende no fue equivalente al respaldo a Pinochet.

Lo que sí es un hecho es que al paso de los años y tras un resultado económico favorable, el régimen militar en Chile sí fue obteniendo mayor apoyo de sectores medios de la sociedad.

Sin embargo, si López Obrador hubiera revisado con cuidado la historia, hubiera encontrado que el derrumbe de Pinochet y su salida del poder se debieron principalmente a la acción de las clases medias que lo rechazaron durante el plebiscito de 1988.

Es probable también que al presidente de la República se le haya olvidado que una parte sustantiva de su triunfo en 2018 derivó del respaldo de las clases medias, que ahora tanto cuestiona.

Sin ese apoyo, probablemente López Obrador hubiera ganado de cualquier forma, pero con un margen mucho menor respecto al que finalmente obtuvo.

La historia de los recientes tres años hubiera sido muy diferente si el triunfo de 2018 hubiera sido por un pequeño margen.

Desconozco si el presidente de la República es consciente de todo lo que arriesga al condenar y cuestionar a este sector.

De modo contradictorio, en Morena, otros personajes han señalado la necesidad de rescatar el apoyo de la clase media.

Tenemos una dualidad de mensajes y no queda en absoluto claro lo que pretenderán Morena y el presidente en el camino hacia 2024.

Las cifras que refieren que la clase media representa 40 por ciento de la población indicarían que sería suicida para el partido en el gobierno dar por perdido a este sector.

Pero, aun si esto sucediera, la duda que existe es si la oposición tendría la capacidad de mantenerse unida para conseguir el respaldo de este importante grupo.

El desafío de la unidad pasa por la capacidad de respaldar a un solo candidato opositor.

Ese hecho marca una enorme diferencia respecto a Morena y López Obrador, para quienes el tema del candidato no es tan crítico.

La clave es que cualquiera que sea el elegido o la elegida, obtengan el respaldo al proyecto… y de AMLO. Por eso ha referido que su baraja es más amplia de lo que parece.

En el caso de la oposición, por el contrario, es absolutamente clave el personaje.

No solo debe ser alguien que asegure el respaldo de las fuerzas políticas opositoras, es decir, que sea aceptable para el PAN, el PRI, PRD y MC, sino que logre captar a esos sectores medios que le dieron el triunfo a la oposición en numerosas zonas urbanas y sume a algunos que hoy respaldan a la 4T.

No será sencillo definir ni encontrar a quien logre aglutinar tanto a partidos como a electores.

¿Tiene alguien en mente?

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