Si usted piensa que la tercera ola de contagios del Covid es una sorpresa, se equivoca.
Es algo que se pudo anticipar. Muchos lo advertimos.
El 30 de marzo pasado, hace tres meses y medio, usted pudo leer en este espacio un artículo titulado: ‘La tercera ola de contagios ya está aquí'.
Decíamos entonces: “…la dinámica de la pandemia es una guerra entre la vacunación y las mutaciones del virus. Lamentablemente, las cifras nos dicen que las mutaciones van ganando la partida”.
Y hoy también se puede anticipar que los países que podrán contener con más rapidez y eficacia esta tercera ola serán aquellos que vayan más adelante en el proceso de vacunación y los que tengan la capacidad de instrumentar medidas eficaces y específicas de distanciamiento social, uso del cubrebocas y control de concentraciones, sobre todo en espacios cerrados.
Los que vayan atrasados en la vacunación o no puedan tomar las demás medidas, van a ser más golpeados.
También se puede anticipar que, por la reducción de las edades promedio de los contagiados, tendremos seguramente una menor incidencia de enfermos graves y fallecidos que en la segunda ola, sin que eso signifique que no vaya a darse un costo en salud y vidas. Lo habrá.
En México ya lo estamos viviendo. El reporte de ayer fue de 15 mil 198 nuevos contagios, lo que implica un crecimiento de 25 por ciento respecto al mismo dato de hace una semana.
Gracias al avance de la vacunación, se han limitado los fallecimientos, aunque también van al alza. Ayer se reportaron 397 muertos por Covid, 72 por ciento por arriba de la semana pasada, pero aún muy por debajo de los niveles cercanos a 2 mil que se registraban en enero.
Con todo y el crecimiento dramático de casos y contagios… esta no es la sorpresa.
Lo que podría modificar completamente el entorno en México y en el mundo podría ser la aparición de una nueva mutación que haga ineficaces las vacunas existentes.
Eso sí cambiaría completamente las perspectivas. Ojalá no suceda, pero la probabilidad existe, según lo que ha admitido la propia Organización Mundial de la Salud.
No es lo único malo que nos puede brincar en los próximos meses.
Ya le hemos comentado que la situación financiera internacional no es precisamente la más sólida.
Estamos en un mundo inédito, en el que se ha inyectado dinero como nunca en la historia. Y también en el que la recuperación de la economía ha adquirido una velocidad espectacular en las dos principales economías del mundo: Estados Unidos y China.
Esto está conduciendo a que los problemas de suministro estén adquiriendo proporciones gigantescas, frenen el crecimiento de algunos sectores y propicien inflación.
Si todo este cuadro no fuera suficiente, ponga sobre la mesa la aparición de crisis sociales también sorpresivas.
La erupción de las protestas en Cuba hace pocos días es apenas uno de esos trazos inesperados de esta crisis. Pero, no es el primero ni va a ser el último.
Las sociedades están cambiando. Hay procesos subyacentes de los que ni siquiera somos conscientes.
Pero, sobre todo, cuando tenemos una situación tan inestable en México y en el mundo, casi podemos apostar a que algún acontecimiento aparentemente menor pueda desencadenar una reacción en múltiples ámbitos, cuyas consecuencias no son previsibles.
Los sistemas altamente inestables pueden tener enormes reacciones ante estímulos pequeños.
Un repaso de la historia nos muestra que algunos de los acontecimientos económicos, políticos y sociales de mayor trascendencia, parecieron llegar de repente y sacudir hasta los cimientos a los sistemas económicos o los arreglos políticos.
Así que, honestamente, le digo, no se dónde brincará la próxima sorpresa.
Pero, hay altas probabilidades de que la tengamos.
Más nos vale estar conscientes de ello.