Coordenadas

¿Podrá el Banxico contener la inflación? No parece

Anticipar la inflación es muy complicado en cualquier momento, pero en las circunstancias en las que estamos, todavía es más difícil.

¿Podrá frenarse la inflación a través del incremento de las tasas de interés, como ha decidido el Banco de México?

En la más reciente reunión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banco de México, se presentó un interesante debate a propósito de la eficacia del incremento de las tasas como mecanismo para contener la inflación.

Le recuerdo que, por mayoría, de cuatro a uno, la Junta de Gobierno del Banxico decidió incrementar en un cuarto de punto la tasa de referencia el pasado 30 de septiembre y dejarla en 4.75 por ciento.

Ayer conocimos la minuta de esa reunión y los argumentos de quien votó en contra de subir los réditos, el subgobernador Gerardo Esquivel.

Él señaló lo siguiente:

“Considero que aumentar la tasa de interés en esta coyuntura es inefectivo e ineficiente. Es inefectivo porque una mayor tasa no resuelve los factores que originan las presiones inflacionarias: aumento en precios internacionales de los insumos y disrupciones en las cadenas de suministro. Es ineficiente porque el aumento sí podría afectar a la economía en varias dimensiones: consumo, inversión, crédito y finanzas públicas”.

Otro argumento esgrimido por Esquivel es que ante la posibilidad de que las tasas en Estados Unidos se incrementen próximamente, y haya que aumentarlas también en México, quizás con ese ciclo se tendrían que llevar las tasas a niveles demasiado elevados en el futuro.

Uno de los integrantes de la Junta de Gobierno, que votó a favor de incrementar las tasas, el subgobernador Jonathan Heath, defendió el incremento de las tasas, pero señaló que el efecto de estos incrementos no es inmediato.

Señaló: “No es una cosa mágica de que subamos la tasa e inmediatamente la inflación empieza a ceder, no. Tiene un rezago mínimo de unos seis meses antes de que comience realmente a empezar a surtir efecto, y mucho de su efecto no se termina de sentir hasta un año y medio o dos años después”.

¿Quién tiene la razón? ¿La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno o Esquivel?

En realidad, el debate no es privativo de México. La Reserva Federal en Estados Unidos ha tenido hasta ahora una postura más cercana a la de Esquivel y se ha resistido a incrementar las tasas.

La discusión de fondo es en realidad a propósito del origen de la inflación.

Si la fuente de crecimiento de los precios tiene que ver fundamentalmente con la oferta, el aumentar el costo del dinero tendrá un escaso efecto sobre el comportamiento de la inflación.

En poco menos de un mes, el 11 de noviembre, la Junta del Banxico habrá de volver a definir si sube una vez más las tasas.

Existe el consenso de que la mayoría que votó por aumentarla, va a volver a ganar la votación y la tasa se incrementará por lo menos a 5 por ciento. Incluso, hay quienes señalan que el aumento será de medio punto porcentual.

O, en su caso, se ajustará un cuarto de punto en noviembre y otro cuarto el 16 de diciembre, cuando se decida por última vez en este año.

Al margen de las decisiones que tome el Banxico, la perspectiva de la inflación es incierta pues dependerá de lo que suceda con los problemas de suministro de insumos, con los precios internacionales de las materias primas, y también con el comportamiento del tipo de cambio, que a su vez dependerá en buena medida de lo que haga la autoridad monetaria estadounidense.

Anticipar la inflación es muy complicado en cualquier momento, pero en las circunstancias en las que estamos, todavía es más difícil.

En estos tiempos de incertidumbre, más nos vale reconocer lo que sí podemos anticipar y lo que ahora no podemos saber.

Y vaya tarea la de Banxico. Ojalá que no se equivoque.

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