¿Es cierto que hay una inminente devaluación de 20 por ciento del peso frente al dólar?
No. Es totalmente falsa la inminencia y el riesgo hoy es sumamente bajo.
Si Moody’s Investors Service hubiera sido la entidad que hizo la advertencia respecto a la cercanía de una devaluación del peso frente al dólar, tenga la certeza de que el tipo de cambio se hubiera disparado el viernes pasado.
Pero, quien hizo este señalamiento fue Moody’s Analytics, que desarrolla software e investigación, pero que está lejos de tener la influencia de la calificadora.
Los reportes de esta firma, tradicionalmente han sido sumamente pesimistas y a veces muy alarmistas respecto a México.
Tiene tan poco impacto en el mercado que después de que se difundió su advertencia respecto a una devaluación inminente… el peso ganó terreno frente al dólar y la paridad cerró el viernes en 19.96 pesos.
Moody’s Investors Service, la entidad que realmente influye, degradó la calificación de la deuda soberana de México en julio pasado, pero mantuvo el grado de inversión y modificó su perspectiva de negativa a estable.
En el comunicado a los mercados en ese entonces señaló: “…las autoridades (de México) han mostrado la disposición y la habilidad para adoptar políticas para preservar la estabilidad macroeconómica durante el resto de la actual administración”.
La razón de la baja de la calificación fue fundamentalmente el escaso crecimiento económico, y la del cambio de perspectiva a estable, la disposición del gobierno de AMLO para mantener los balances fiscales.
Los voceros de Moody’s expresaron posteriormente que existe el riesgo de un deterioro, pero no en el corto plazo.
Pese a que no hay fundamentos creíbles para pensar en una depreciación abrupta del peso frente al dólar, el viernes pasado y durante el fin de semana hubo muchas preguntas al respecto y el tema fue motivo de inquietud y conversación en diversos círculos de la sociedad mexicana.
Cuando uno quiere creer algo y encuentra algo que fundamente su creencia, lo da por bueno. Entre los opositores a López Obrador, hay muchos que consideran que es muy probable que ocurra una crisis financiera, como pasó al final de las administraciones de Echeverría, López Portillo y Salinas de Gortari.
Como se asume que se trata de un gobierno populista, como fueron los de los 70 y 80, y aquéllos terminaron en crisis, suponen que ocurrirá lo mismo.
Se pierde la perspectiva de que la actual administración ha sido sumamente conservadora en la contratación de deuda.
Incluso para el 2023, en su definición más amplia (requerimientos financieros del sector público), el déficit fiscal estará ligeramente arriba del 4 por ciento del PIB y la deuda por abajo del 60 por ciento del PIB.
Es decir, no habrá riesgo de una crisis en las finanzas públicas.
Diversos analistas empezaron a predecir la inminencia de una devaluación del peso desde el 2019.
Llegará la desconfianza de los inversionistas, decían, y con ello la fuga de capitales y la depreciación de nuestra moneda.
Tuvimos, de hecho, una importante salida de capitales en 2021, del orden de más de 12 mil millones de dólares. Pero nuestra moneda resistió.
Para tener una devaluación abrupta del peso frente al dólar se requeriría que el Banco de México instrumentara una política totalmente contraria a la de la Fed y, por ejemplo, comenzara con bajas de tasas de interés a pesar de que no se ha logrado controlar la inflación.
O bien, que ocurriera algún hecho traumático en la situación financiera global que disparara la percepción del riesgo de modo dramático.
No es imposible que ocurra cualquiera de esas dos circunstancias, pero hoy es muy poco probable.
Espero que no haya corrido usted a comprar dólares al ver la opinión de Moody’s Analytics porque perderá dinero al retirar inversiones en pesos.
La situación es tan singular que incluso algunos inversionistas están viendo las inversiones en pesos como un refugio frente a la caída del valor de divisas que antaño eran de protección como el euro o la libra.
El mundo al revés.