La revelación de que la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel “se parece mucho” a otra que fue publicada con anterioridad cambia el clima en la elección de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El miércoles pasado, tras hacerse esta revelación, la ministra pidió respaldo a su directora de tesis, a un sinodal y a otras personas que estuvieron involucradas en otros exámenes presentados a lo largo de su trayectoria académica.
Todo han sido palabras que no cambian la evidencia documental de dos tesis de licenciatura similares, la suya hecha con posterioridad.
Dudo que vayan a darse implicaciones académicas tras esta revelación, como el retiro del título o alguna otra sanción.
No obstante, lo que sí sucederá es la formación de un nuevo clima en el proceso de designación del nuevo presidente o presidenta de la Corte.
El 31 de diciembre termina el mandato del ministro Arturo Zaldívar.
Hay que recordar que se trata de una elección de pares. Los únicos que tienen voto en este proceso son los propios ministros. Su opinión es la única relevante y se la reservan.
Yasmín Esquivel era vista desde afuera –y quizás también desde adentro de la Corte– como la candidata de la 4T.
Por su historial de sentencias y votos fue considerada como la persona más cercana al presidente de la República entre los cinco ministros que se postularon para el puesto. Además de ella, están en la lista Norma Piña, Alberto Pérez Dayán, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Javier Laynez.
Si ya antes de que se hicieran las revelaciones respecto a su tesis de licenciatura se veía complicado que Esquivel pudiera sumar los votos necesarios para lograr la presidencia, ahora se ve verdaderamente cuesta arriba.
Dudo mucho que los ministros aceptaran, incluso bajo presión, una presidenta que sería permanentemente cuestionada.
La renovación de la presidencia va a cambiar la dinámica de la Corte luego de haber tenido en los últimos cuatro años un presidente a quien se veía muy cerca del Jefe del Ejecutivo.
Ninguno de los otros cuatro candidatos tiene esa peculiaridad.
Las opciones por las que deberán inclinarse los ministros derivarán ahora de las trayectorias, formaciones y estilos de los restantes prospectos, mas no de la cercanía con el Ejecutivo.
Algunos ven en Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena un perfil más negociador mientras que, por ejemplo, observan en Javier Laynez uno más doctrinario, pero ambos con perspectivas independientes, por citar dos casos de fuertes candidatos que se han comentado en círculos jurídicos.
En cualquier caso, la elección de la nueva presidencia de la Corte va a influir, entre otras cosas, en la agilidad con la que puedan atenderse las eventuales acciones de inconstitucionalidad relativas a la reforma electoral que puedan surgir tras su aprobación y promulgación, para que puedan ser votadas y resueltas antes del proceso electoral de 2024.
Por lo pronto, creo que el intento de la 4T para quedarse con el control del Poder Judicial ya fracasó.
La terca inflación
Por seis quincenas consecutivas la inflación, a tasa anual, tuvo una tendencia a la baja, por lo que parecía que ya estaba en camino de controlarse. Ayer, el INEGI nos reveló que esto no es así.
En la primera quincena de diciembre la tasa volvió a incrementarse a un nivel de 7.77 por ciento y con una inflación subyacente que se resiste a bajar, pues quedó en 8.35 por ciento.
Ese resultado anticipa dos cosas: un mes de enero muy complicado debido a que tendremos una combinación de mayor crecimiento de los precios con signos de freno económico; y la certeza de que el Banco de México va a tardarse aún en relajar su política monetaria, por lo que a la etapa de tasas altas no se le ve aún fin en el horizonte.
Paréntesis: Esta columna volverá a publicarse el próximo lunes 2 de enero. Le deseo a todos los lectores una Feliz Navidad y un excelente comienzo de 2023.