Coordenadas

El ‘sábado de gloria’ y la devaluación

La devaluación del “sábado de gloria” quedó registrada en los anales de la historia económica y financiera del país por haber sido el último ajuste antes de del desarrollo estabilizador.

Fue el ‘sábado santo’ del año de 1954, que en ese entonces cayó en 17 de abril.

Los mexicanos recibieron un “sabadazo”, al producirse en esa fecha el anuncio de que la paridad del peso frente al dólar pasaba del nivel de 8.65 pesos vigente desde junio de 1949 a 12.50 pesos, cifra que permanecería sin cambio hasta el 31 de agosto de 1976.

Eran los tiempos en los que había paridades fijas de las divisas y que, por tanto, los movimientos cambiarios derivaban de decisiones que tomaban los gobiernos y los bancos centrales, como ocurrió en México.

El secretario de Hacienda, Antonio Carrillo Flores y el director general del Banco de México, Rodrigo Gómez, fueron los encargados de comunicar la decisión.

En el año de 1953, la balanza comercial mexicana había resultado deficitaria en 248.4 millones de dólares, que era el mayor saldo negativo que se había tenido en toda nuestra historia, por lo que las autoridades financieras buscaban cómo corregirlo.

Las exportaciones de aquel año habían caído en casi 11 por ciento mientras que las importaciones se habían mantenido estables.

El ajuste cambiario tan grande, de 44.5 por ciento produjo un inevitable efecto inflacionario con un incremento que llegó al 9.2 por ciento, medido por el índice de precios al menudeo de la Ciudad de México, después de que en 1953 se había presentado incluso una leve deflación.

Otro factor que pesó en la decisión fue el deterioro de las reservas del Banco de México, que habían retrocedido fuertemente, sumando una caída de 116 millones de dólares en el segundo trimestre de 1954, la más grave que se hubiera registrado para un trimestre individual, concentrada la caída en los primeros días de abril.

La devaluación del “sábado de gloria” quedó registrada en los anales de la historia económica y financiera del país por haber sido el último ajuste antes del desarrollo estabilizador, cuyo emblema fue la durabilidad de la paridad fija de 12.50 pesos y la combinación de la estabilidad de precios y un crecimiento acelerado que superó el promedio de 6 por ciento anual por más de una década.

Las paridades fijas pasaron a la historia en la década de los 70 en todo el mundo cuando quebró el arreglo monetario de Bretton Woods, que se había acordado en 1944.

Desde 1976, en México desapareció el sistema de paridades fijas y tuvimos una sucesión de devaluaciones que, de no haber sido por la eliminación de tres ceros al peso habría dejado la cotización actual en 16 mil 532 pesos por dólar.

Desde 1954, el tema de la sustentabilidad del tipo de cambio desata polémica.

Luego de la decisión del Banxico en marzo de bajar en un cuarto de punto la tasa objetivo y dejarla en 11 por ciento, había quienes pensaban que la cotización del dólar podría empezar a subir al reducirse levemente el diferencial que hay con la tasa de Estados Unidos.

Pero, no solo no fue así, sino que el peso se fortaleció y el dólar alcanzó su nivel más bajo desde 2015.

Pero, prácticamente no hay quien piense que ese nivel es sostenible.

Incluso, la Secretaría de Hacienda, al presentar el jueves pasado los Precriterios de Política Económica para el 2025, estimó una paridad de 17.80 por dólar para el cierre de este año, lo que implica un encarecimiento del dólar de 1.27 pesos en este año.

Pero otras voces temen que el ajuste pueda ser más elevado y que la paridad se vaya más arriba.

Los analistas interrogados por Citibanamex en su encuesta quincenal estiman en promedio una paridad de 18.20 para cierre de este año.

Pero, hay una amplia dispersión en los pronósticos pues mientras. Por ejemplo, Vector calcula que la paridad cerrará 2024 en 17.40 pesos, Casa de Bolsa Masari calcula que lo hará en 20 pesos por dólar.

Como le he comentado frecuentemente en este espacio, cada vez es más difícil pronosticar el tipo de cambio por la gran cantidad de variables que inciden en la paridad, pero a mi parecer y de acuerdo con la información disponible, más allá de episodios de volatilidad que puedan surgir en el curso del año, no se ven cambios en los factores fundamentales que han fortalecido la paridad por lo que el escenario más probable es un peso fuerte todavía por bastantes meses más.

COLUMNAS ANTERIORES

El debate que cada quien vio
La recta final de las campañas

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.