En los últimos nueve años, las importaciones realizadas por México provenientes de China prácticamente se duplicaron.
En abril de este año alcanzaron 10 mil 481 millones de dólares. En el mismo mes de 2015 eran de 5 mil 531 millones. Esto significa un crecimiento de 90 por ciento.
Las importaciones totales del país crecieron 63 por ciento. Es decir, las de China lo hicieron en cerca de 30 puntos porcentuales adicionales.
La presencia de los productos chinos en México es creciente, y en contraste, la de productos mexicanos en China es casi marginal.
Las exportaciones mexicanas a China en abril de este año fueron de 930 millones de dólares.
Esto quiere decir que por cada dólar que México exporta a China, México importa 11 dólares provenientes de China.
Este contexto es relevante para entender la decisión del gobierno de Estados Unidos el día de ayer, que impone un arancel de 25 por ciento a las importaciones de acero ‘no vertido’ en alguno de los países de Norteamérica, bajo la presunción de que una parte del acero que pasa como mexicano en realidad podría ser proveniente de China.
Esa determinación de EU es una expresión de una visión más amplia.
La idea es que China quiere usar a México como una vía para ingresar sus productos al mercado de EU, y de esta manera darles vuelta a los aranceles.
En muy diferentes terrenos, hay diferencias entre los demócratas y los republicanos. Pero, en cuanto a la posición respecto a China, hay coincidencias entre los dos partidos.
Así que no importa el resultado electoral, la actitud agresiva contra los productos chinos va a mantenerse aun si ganaran los demócratas y sería aún más agresiva si el triunfo fuera de Trump.
México puede verse pronto en una disyuntiva. Por un lado, está la relación que tenemos con Estados Unidos, con mucho, la más importante y estratégica en materia económica y comercial.
Por el otro lado, la seducción de China, que está vendiendo a México cada vez más productos, al tiempo que más y más empresas chinas quieren invertir en México.
No debería haber ninguna disyuntiva si existe un instrumento jurídico como el TMEC, que establece reglas para determinar las condiciones que deben cumplir las exportaciones provenientes de México para ingresar a Estados Unidos sin pagar arancel.
Pero, por razones políticas y estratégicas, sí existe esa disyuntiva.
Estados Unidos ve como una amenaza a China y actúa en consecuencia.
La decisión del gobierno norteamericano de gravar el acero que no haya sido fundido en Norteamérica con un arancel de 25 por ciento, respaldada por las autoridades mexicanas, es apenas uno de los primeros indicios de la disyuntiva de la que hablamos, en la que hubo una respuesta de México alineada con la presunción de Estados Unidos respecto a la búsqueda de China por usar a México como una vía de escape a los aranceles impuestos por EU.
El tema no se va a agotar en el acero.
El siguiente ámbito en el que habrá medidas análogas será en la industria automotriz.
Es totalmente falso que “grandes plantas automotrices chinas” se estén instalando en México.
Hay una pequeña planta de autos en el estado de Hidalgo que produce la marca JAC, y un par más de vehículos comerciales. Pero, las ‘plantas gigantescas’ de las que habla Trump solo están en su imaginación.
Pero lo que sí es cierto, es que las importaciones de autos chinos a México están viviendo un boom.
Sin embargo, se trata de la expresión de un temor que va a estar vigente entre los norteamericanos, y respecto al que habrá numerosas presiones políticas para México.
Así que más vale que nos vayamos preparando.